domingo, 7 de diciembre de 2014

PRIMER ENCUENTRO ENTRE AL-MU´TAMID Y RUMAYKIYYA

PRIMER ENCUENTRO ENTRE AL-MU´TAMID Y RUMAIKIYYA

Por Elisa Simon

Entre los historiadores de al-Andalus existe una controversia acerca de la veracidad del primer encuentro entre el rey al-Mu´tamid de Sevilla y la bella esclava de Silves, Rumaykiyya. ¿Es una leyenda o un hecho real o quiza una mezcla de los dos? (para saber mas acerca de esta controversia haga click aquí) Opino que bien podría haber sucedido si bien con añadidos  posteriores de tipo legendario.


azulejo en homenaje a al-Mu´tamid e I´timad
 en el parque da Cidade, Beja, Portugal 

Hacia el año 1051 el rey de Sevilla, al-Mu´tadid estaba llevando a cabo una política expansiva de la taifa sevillana. Se centró en las pequeñas taifas bereberes colindantes y las combatió hasta conquistarlas y anexionarlas a Sevilla. Entre los años 1050 y 1053 las derrotas y victorias se alternaban. En la zona de gharb al-Andalus (el occidente) existían una serie de pequeñas localidades regidas por familias nobles del lugar. Una de esas plazas era Silves, que fue conquistada y anexionada a Sevilla a partir del 1051.

Silves, con vista al castillo 


El rey al-Mu´tadid decidió nombrar gobernador de Silves a su hijo Muhammad, un adolescente amante de la poesía. Una vez asumido el cargo el príncipe Muhammad tomó el sobrenombre de al-Mu´ayyad bi-llah. Se trasladó con un séquito, entre ellos su amigo Ibn ´Ammar y se instaló en la palacio de al-Xarajib donde vivió los momentos más felices de su juventud. 
castillo de Silves, que esconde los restos del palacio de Xarajib
donde al-Mu´tamid vivió su dorada juventud 


A partir de este punto del post, deseo compartir con ustedes un fragmento del libro o novela histórica, que he escrito sobre la vida del rey al-Mu´tamid y que se titula “al-Mu´tamid, el poeta que reinó Sevilla” y el cual espero poder publicar un día.

Uno de los episodios más famosos en la vida del rey al-Mu´tamid fue su primer encuentro con la bella Rumaykiyya, luego llamada I´timad.

Espero que les guste este fragmento extraído de mi novela ... 


 … Silves guardaba muchas sorpresas, que al joven príncipe lo marcarían para toda su vida. Ocurrió en esta ciudad, donde Muhammad conocería el amor de su vida.
Una tarde de primavera paseaban el príncipe Muhammad e Ibn ´Ammar por la orilla del río Arade de Silves. El río discurría mansamente bordeando la ciudad camino del Mar de las Tinieblas. Bajo la sombra de los frondosos árboles se divertían los amigos. Vestían ropas no demasiado lujosas para no llamar la atención y pasar desapercibidos. Como era habitual, iban improvisando versos que uno comenzaba y el otro debía completar con rima perfecta. De pronto, una suave brisa hizo ondular la superficie del agua del río, lo cual inspiró a Muhammad e improvisó

“el viento hace del agua una lóriga…”

Ibn ´Ammar quedó un instante pensando buscando la rima, cuando de repente fue una voz femenina la que dio réplica al verso y dijo:

“¡qué cota de malla si se helase!”

El príncipe, sorprendido, se giró buscando la voz suave que había completado el verso y encontró los ojos azabache chispeantes de una hermosa muchacha. Sus miradas se cruzaron solo un instante, lo suficiente para que Muhammad se perdiera en la profundidad de aquella mirada dulce. La joven vestía una chilaba humilde y su cabello estaba cubierto con un pañuelo y un nudo atado en la cabeza, algunos mechones quedaron al descubierto. Ella y el gobernador se quedaron paralizados fijándo sus miradas. El hechizo se rompió cuando un ruido los sobresaltó. Ella se asustó al darse cuenta de la situación y salió corriendo. Muhammad no tuvo margen de reacción.

-- ¡Ve tras ella! – gritó a uno de los guardias, señalando con el dedo la dirección por donde había salido corriendo.

El gobernador también fue tras ella, pero la joven se perdió entre la muchedumbre de la medina.

Los días fueron pasando y Muhammad parecía enfermo, no tenía ganas de nada. Pensaba en aquellos ojos negros y la belleza de aquella joven.

-- Amigo, te ruego que muevas cielo y tierra para encontrar a esa mujer y que me la traigas aquí al palacio – le pidió a Ibn ´Ammar

-- Mi señor, pero si tu puedes tener cualquier mujer que desees. No sabemos nada acerca de esa joven de la tú te has encaprichado – opinó Ibn ´Ammar

-- Me da igual, yo quiero que la encuentres y paga por ella el precio que sea. Pregunta en la medina, alguien debe saber quien es  – insistió el gobernador.

Unas semanas más tarde, Ibn ´Ammar se presentó en el palacio con Rumayk b. Hayyay. Así se llamaba el dueño de la joven y de ahí su nombre Rumaykiyya.

-- Esta chica es mi esclava. Ella se ocupa entre otras labores de azuzar a las bestias – explicó Rumayk al gobernador

-- ¿ Tiene ella esposo? – preguntó Muhammad

-- No, mi señor, yo la compré siendo una niña. Si me permites gobernador, no entiendo el interés en esta joven, tan menuda. Siempre la estoy riñendo, porque no rinde lo suficiente y tiene mucha fantasía. Pasa el día contando una historia de princesa en un palacio suntuoso – añadió Rumayk

-- Llegarás a un acuerdo económico con Ibn ´Ammar y yo me quedaré con ella – concluyó el gobernador, se dio media vuelta abandonando la sala de recepción.

Rumayk e Ibn ´Ammar negociaron la compra de Rumaykiyya. Su dueño, aún sin comprender los motivos, la entregó a Ibn ´Ammar y se marchó con una bolsa de monedas de oro.

Al día siguiente Rumaykiyya entró temerosa en el palacio de Yarajib, fue alojada con las demás mujeres que componían un pequeño harén. Muhammad sólo deseaba estar con ella y que ella le correspondiera. La bella Rumaykiyya se convirtió en la fuente de inspiración del gobernador, pasó a ser la favorita y ocupar un lugar preeminente en la vida de Muhammd.

Los sentimientos del gobernador hacia Rumaykiyya despertaron los celos en su amigo Ibn ´Ammar. Veía ahora como tenía que compartir su amistad con una mujer joven y atractiva …

plaza de al-Mu´tamid en Silves, una obra moderna, donde se incluyen poemas del rey en árabe





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