viernes, 28 de junio de 2013

La defensa y el agua para Sevilla - Río Guadaira de Alcalá

El agua para Sevilla – el río Guadaira de Alcalá 

Por Elisa Simon

En el artículo anterior, me centré en el castillo de Alcalá como punto de defensa para Sevilla. En este post, el protagonista es el río Guadaira y el agua para Sevilla. 





Una de las características de Alcalá es su río, que la envuelve casi por completo protegiendo la villa y el castillo de posibles ataques. El origen de su nombre es incierto, wadi, está más claro al referirse a la palabra árabe para río, pero la segunda parte, puede ser Ayra o Ira, que los expertos parecen haber identificado como un nombre propio, después de haber descartado otras opciones.
La importancia del agua en al-Andalus es bien sabida por todos. En el caso de Alcalá es especialmente relevante no solo por el río Guadaira, sino por un número importante de manantiales y fuentes, como la de Santa Lucía, que han alimentado no sólo a la villa sino a Sevilla.
El río Guadaira nace en la Sierra de Cádiz, en el Pozo Amargo, a unos 400 metros de altitud. A medida que el cauce avanza, manso, entre los montes gaditanos, el río va imprimiendo carácter según baja su cota, hasta llegar a Morón, donde tuerce de forma caprichosa para buscar, con anhelo, la villa de Alcalá. Río generoso, no se para allí, sino que sigue por la llanura ofreciendo vida a mansalva, en forma de acuíferos, manantiales y fuentes, hasta su sumisión ante el “río grande”, el Guadalquivir, un poquito más allá de Coria del Río.



A lo largo del tiempo, en sus márgenes se fueron construyendo una serie de molinos para la fabricación de harina, la base de la alimentación en al-Andalus. Había distintos tipos de harinas, entre ellas las de Qal´at Yabir. Recordemos que el pan se elaboraba en las casas y se llevaban al horno público. Esta era una de las tareas diarias de las amas de casa andalusíes.

El agua del wadi el-kebir, el río de Sevilla, no tenía la calidad, ni la dulzura, ni la claridad del río Guadaira, de ahí que no fuera la más adecuada para el consumo humano. Desde tiempos remotos el agua potable se transportó desde Alcalá a través de canalizaciones de las que hablaré más tarde. Desde Qal´at Yabir llegaba a la capital un agua limpia, dulce, cristalina.



Tenemos la suerte de contar con un cronista y testigo de época almohade, Ibn Sahib al-Salat, que era además secretario del gran califa Yusuf al-Mansur. Sus detallados relatos suponen una fuente primordial para el estudio de Sevilla y su provincia, en época almohade.

Otros cronistas como Al-Maqqari relató, que en los alrededores de Sevilla “por donde deambulaban los notables, de tan bellos como eran sus prados y aguadas, como el paseo de Alcalá de Guadaira “un paraje que tenían los Banu Abbad en un lugar que llaman al-Funt rodeado de prados resplandecientes de flores.” 



En el libro del Repartimiento de Sevilla se dice: “se conoce que en el reino de al-Mu´tamid ya gozaban de gran tradición los molineros de Alcalá de Guadaira”. 
Ibn Said, que vivió en el siglo XIII describió Qal´at Yabir así: “en las proximidades de Sevilla, cuyos magnates la frecuentan para distraerse, por sus prados, sus manantiales y la abundancia de sus aves que hacen de ella un lugar tan hermoso”.

Este mismo autor incluyó en su obra unos versos de Amir b. Jaddúx, poeta de Alcalá:

Dios le dio el agua a Alcalá de Guadaira
¡Cuántas noches inolvidables pasé en ella!
Por eso soy como un lugareño
Que no puede borrar su recuerdo
Mientras me envuelven su aroma y su hechizo.
Dios la pobló de vegetación y aves,
De riachuelos y de vistas maravillosas.
Ella tiene la culpa de que no cesen
Mis lágrimas por su ausencia
Como la nube provoca el agua de lluvia.

Otro poeta llamado Ibrahim al-Zawwali escribió:

Qué día aquel, junto al Guadaira, en Alcalá,
Entre diversiones que curan al espíritu más cansado.
Los pájaros gorgueaban en las ramas de los árboles
Como predicadores sobre sus púlpitos.
Pero ocultos tras las hojas mientras trinaban
Parecían más bien cantoras tras sus velos.
Los ruiseñores nos envolvían una y otra vez
En la dulce melodía de su estribillo,
En una nuba que libraba de las penas
Hasta hacer revivir al más desfallecido.
Subidos en las ramas eran ronroneantes niños de pecho
Amamantados por la flor del azahar.


La actividad económica de la zona, se centraba en la agricultura, sobre todo los cereales, como el trigo y la cebada. Los molinos harineros, las huertas y las alquerías a lo largo del río demuestran lo agradecida que es esta tierra.
Uno de los trabajo del profesor Valencia, se puede deducir que en la zona de Alcalá había familias de linajes importantes que poseían en la zona tierras, alquerías o fincas de recreo, como los Banu Jaldún o los Banu al-Chadd.

Nos debemos imaginar la ribera del Guadaira no sólo con los molinos harineros, sino con acequias y canalizaciones que llevaban el agua para los huertos, donde se cultivaban todo tipo de verduras y árboles frutales. Los remansos y recodos del río servían para el descanso en pequeñas embarcaciones, las orillas del río formaban como pequeñas playas donde las familias más pudientes retozaban a la sombra de los frondosos árboles de la ribera.







Centrándonos en los molinos,  siguiendo las imágenes del video, pueden distinguir las distintas salas de las cuales se compone.
Muchos de los molinos tienen un origen andalusí, otros son ya de tiempos cristianos, como el molino de la Tapada o El Algarrobo ambos parece ser del siglo XV.  

Los molinos son del tipo rodezno o rueda horizontal, que es la pieza más importante, sin la cual el molino no puede funcionar. Se trata de una rueda, situada en el sótano o subsuelo del molino, en la sala llamada del infierno, por donde entra el caudal de agua con la fuerza necesaria para activar el movimiento del rodezno. Esta rueda de madera con paletas a modo de radios, inicia su movimiento giratorio por la caída del agua sobre las paletas, este movimiento se transmite a un eje vertical que penetra, a través de la bóveda, hacia la sala superior, donde están las piedras de moler. El mecanismo de molienda cuenta con dos piedras, una fija al suelo, llamada solera y otra superior, llamada moledera, la cual unida al eje vertical del rodezno gira y gira, mientras el grano de trigo va pasando por la torba o cajón de madera de forma cónica. Esta operaciones concluye con el acopio de harina en un recipiente junto a las piedras de moler. 

sótano o infierno
sótano o infierno

sala de molienda

Muchos molinos cuentan con otra edificación pequeña y adosada,  donde vivía el molinero. Otra característica de los molinos de Alcalá es que casi todos están coronados con una torre almenada para la defensa de tan preciado alimento.

Todos los molinos de rodezno de Alcalá son de dos tipos: de canal y de cubo. Los molinos de canal se sitúan en corrientes de agua continua y tienen como característica la construcción de una presa o azud, palabra de origen árabe as-sudda, que represa el agua y la dirige hacia los canales de los rodeznos. El azud atraviesa en ángulo abierto casi toda la anchura del río, tal como pueden ver en el video.

molino La Aceña

molino Benarosa

Los molinos de cubo se sitúan en manantiales y arroyos, la característica de este tipo de molinos es que necesitan la construcción de una atarjea, es una especie de acueducto de dimensiones variables, al final de dicha atarjea, el agua se bifurcaba en ramales o se ensanchaba en forma de delta con el fin de distribuir el agua a los cubos.

Tanto los nombres de algunos molinos, como las alquerías cercanas, las torres defensivas de los alrededores y demás topónimos tienen un origen andalusí, haciendo referencia al linaje o nombre del último propietario andalusí antes de la conquista y repartimiento de tierras bajo los castellanos. El profesor Rafael Valencia ha investigado sobre ello y así lo menciono en la bibliografía.

Nuestro paseo por los molinos, que lo pueden seguir en el video, comienza con el de la Aceña, un poquito más allá del recinto de la Feria. Gracias a la amable colaboración e interés entusiasta de las dos técnico de turismo, María del Carmen y Lucía, hemos podido visitar su interior. El molino de la Aceña, en tiempos andalusíes, se llamaba Rihá Ibn Uqba, donde rihá es la palabra árabe para molino e Ibn Uqba el nombre de su propietario.     
Es de origen andalusí, se compone de dos naves abovedadas, una más pequeña a la entrada y otra más alargada construida perpendicularmente a la corriente del agua, la cual entraba a través de cinco canales dirigidos a los correspondientes  rodeznos. La torre rectangular de unos 12 metros de altura, es mudéjar del siglo XIV.

molino la Aceña

Nos acercamos con el coche hasta el parque Oromana, desde donde nos adentramos por los senderos junto a la ribera del Guadaira. Limpieza, sombra, lindos banquitos para descansar e incluso merenderos hacen de esta ruta una delicia, si a eso le sumamos el canto de los pájaros, el revolotear de mariposas, el sonido del agua del río, la suave brisa que mueve los árboles, gente joven haciendo deporte, otros paseando perros, otros escuchando música,  y así llegamos hasta los dos molinos del parque de San Juan, Benarosa y San Juan. 





Como pueden ver están muy cerca uno del otro. Se trata también de molinos posiblemente de origen andalusí, el primero se llamaría Abennaroza, mientras el segundo recibió su nombre de la orden militar a la que le fue entregada. Parte de la historia de estos molinos viene reflejada en la obra Repartimiento de Sevilla, donde se indica a quién fueron donados por el rey castellano Alfonso X. Así, dice que en 1253, Alfonso X donaba el llamado molino de Abenroça a don Pero Pérez, describiéndose como “una casa de molinos con su presa e con la parada de aceña de que él es tenedor, que es sobre Alcalá de Guadaira”. Dicho nombre está seguramente relacionado con el nombre del último propietario andalusí antes del Repartimiento. Podría ser Ibn Arusa.
El molino de Benarosa consta de una torre y dos naves rectangulares, una de ellas construida perpendicularmente al río y enlazada con el azud o dique. El molino tiene cuatro canales en el sótano o infierno por donde entraba el agua con fuerza para mover los cuatro rodeznos, que a su vez activaban, en la planta superior, el eje vertical que movía la piedra de moler.
La otra nave debía ser la vivienda del molinero, ambas naves se unen en una torre que hoy está cubierta con un tejado a dos aguas, pero que en su origen debió ser una torre con almenas, típica de la época medieval.


molino San Juan

Muy cerquita se encuentra el molino de San Juan, también de origen andalusí y que se entregó a dicha orden por el rey Alfonso X. Guarda muchas similitudes con el de Benarosa del cual dista unos 200 metros.   
La belleza del paisaje y la paz que reina en esta zona hace que nos paremos un rato para disfrutar de la naturaleza.
Nuestro paseo continúa a la sombra de la vegetación, debemos cruzar un lindo puente para visitar el siguiente molino, el de El Algarrobo. Está situado en el parque Oromana, justo donde el río hace un giro, el cual tiene casi la misma fisionomía que los anteriores molinos.

molino El Algarrobo

Como contraste a los molinos medievales de origen andalusí, es interesante el molino de la Tapada junto al puente romano. Es un molino de cubo del siglo XV, que recibía el agua a través de una atarjea conectada con un manantial cercano. Hoy en día la atarjea se conserva en su tramo de conexión con el molino, tal como pueden ver en el video.

molino la Tapada

Terminamos nuestro paseo por el hermoso sendero más allá del parque la Retama y pasando el puente del Dragón, llegamos al molino del Realaje o Rihá al-Hayy, es decir el molino del peregrino o bien rihá al-Hayyay, que era el nombre de una importante familia andalusí de Sevilla.
Concluye nuestro paseo con impresionantes vistas al castillo desde el moderno puente del Dragón.

molino Realaje

Regresando a los textos del secretario del califa almohade, debemos hacer una referencia al acueducto que traía a la ciudad el agua desde Alcalá, aunque el acueducto se llama de Carmona, por se así el nombre de la puerta cuando llegaba a Sevilla.        
Ibn Sahib al-Salat haciendo referencia a las obras que se llevaron a cabo en Sevilla bajo el califa al-Mansur, escribió lo siguiente:

“El emir al-Muminin, cuando se acabó la construcción de la buhayra, se cuidó de llevar agua para regar lo que había plantado. Había fuera de la puerta de Carmona, en el llano, sobre el camino que conduce a Carmona, huellas antiguas, que se habían cubierto, de la construcción de una acequia. La tierra se elevaba sobre ella y había en la tierra una línea de piedras, cuyo significado se desconocía. Fue a ella al-Hayy Ya´is, el ingeniero, y cavó alrededor de los vestigios mencionados, y he aquí que apareció la traza de un acueducto, por el que se conducía el agua antiguamente a Sevilla, obra de los primeros reyes de los romanos, de épocas pasadas, de gentes desaparecidas, de siglos anteriores…. Hasta que encontró la toma de aguas del río en las cercanías del castillo de Yabir (Alcalá de Guadaira)… niveló la tierra desde este sitio, y condujo el agua por el terreno nivelado hasta la Buhayra citada …y luego mandó conducirla y llevarla al interior de Sevilla … mandó construir un depósito para el agua dentro de Sevilla en la calle mayor.”

acueducto en Av. Andalucía , Sevilla

Sigue Ibn Sahib, “no cesó el ingeniero Ya´is de seguir la excavación con los mineros y obreros y con los cientos de hombres y trabajadores que iban con él, hasta que la excavación lo condujo hasta la fuente llamada entre la gente de Sevilla y su región, funt al-Gabar, nombre que tuvo en los tiempos pasados. Y he aquí que el agua de esta fuente no era de manantial, sino que era un sitio que se había abierto en el trayecto del acueducto antiguo. El agua se cortó para la gente al llegar la excavación al sitio indicado, y conoció con esto Ya´is que había encontrado el acueducto; y continuó los trabajos hasta que encontró la toma de agua del río en las cercanías del castillo de Yabir, con una línea borrada.”

acueducto Av. Luis Montoto, Sevilla

Es decir, el origen del acueducto estaba cerca del castillo de Alcalá, funt al-Gabar, que partía del molino de la Mina, era una toma de acueducto de origen romano.  El acueducto, con sus más de 400 arcos de ladrillo y unos 1600 metros de longitud y que llegaba hasta la misma puerta de Carmona o Bab Yahwar, fue inaugurado el 13 de Febrero de 1172 bajo el califa Abu Yaqub Yusuf.
El motivo de los arcos era para inclinar el canal conductor, que empezaba en un simple muro, para luego continuar sobre arcos sencillos, que fueron ganando altura hasta convertirse en arcos dobles. El agua saltaba sobre la muralla cayendo en el gran depósito de piedra junto a la puerta de Carmona, teniendo fijadas en las paredes del depósito los marcos de bronce con los agujeros calibrados para el reparto por la ciudad, alcázar, mezquitas y fuentes públicas. 

BIBLIOGRAFIA:

-          Rafael Valencia:  “Alcalá de Guadaira en la alta Edad Media,La historia de Qal´at Yabir” en Actas de las I Jornadas de Historia de Alcalá de Guadaira. Servicios Municipales de Publicaciones, Alcalá de Guadaira 1987.
-           Ahmed Tahiri: Agricultura y poblamiento rural en Sevilla durante la época ´abbadí. Área de Cultura y Fiestas Mayores. Ayuntamiento de Sevilla.
-          Historia de Alcalá
-          Textos y selección de Imágenes de Florentino Pozo Blazquez – capitulo IV. Ed. Sevilla, consejería Obras Públicas.
-          Cuadernos didácticos para el profesor, turismodealcaladeguadaira.com
-          Repartimiento de Sevilla, estudio y edición realizada por Julio González, 1993 – ed. Colegio oficial de aparejadores y arquitectos técnicos de Sevilla
-          Paisaje y naturaleza en al-Andalus. Fundación El legado andalusí, Fátima Roldán Castro 


martes, 18 de junio de 2013

LA DEFENSA Y EL AGUA PARA SEVILLA - Alcalá de Guadaira

La defensa y el agua para Sevilla- Alcalá de Guadaira

Por Elisa Simon

Los invito a la localidad sevillana de Alcalá de Guadaira, donde esta primavera ha reabierto las puertas su imponente alcazaba que había permanecido cerrada durante unos 9 años para los necesarios trabajos de restauración e investigación arqueológica. Además se ha creado un centro de interpretación del castillo, situado en la zona de la villa junto a la Iglesia Ntra. Sra. Del Águila.  
Este artículo viene acompañado de un video y fotos para ilustrar el escrito. Así que sin más dilación, comencemos haciendo una breve introducción. 






INTRODUCCION

En dirección a Málaga, a unos 16 km de la capital, se encuentra Alcalá de Guadaira. Su silueta se dibuja sobre un alcor a unos 48 metros sobre el nivel del mar. ¿Qué es un alcor? Se trata de una suave elevación del terreno en la zona de llanura entre los alcores y el río Guadalquivir.  Estos alcores se formaron en época terciaria, cuando toda la zona estaba cubierta por agua de mar. Con el paso de los miles de años, dichas aguas se fueron retirando dando paso a la tierra que se fue plegando formando una serie de suaves elevaciones, como una especie de columna vertebral a lo largo de la llanura. Poblaciones como Viso del Alcor o Mairena del Alcor, así como Carmona y por supuesta Alcalá de Guadaira son buenos ejemplos. 


La piedra y la tierra de esta zona guardan unas características muy especiales, porque contienen minerales y fósiles marinos, se trata de calcoarenitas, es decir, piedra caliza con restos fósiles. La porosidad de esta tierra permite la filtración del agua. Esta piedra y tierra siempre fue apreciada y se utiliza hasta hoy día para material de construcción.  
Para terminar de dibujar un cuadro general de Alcalá, debemos mencionar su río, el Guadaira.  Este afluente del Guadalquivir abraza la ciudad vieja casi por completo, convirtiendo la zona más elevada en casi inexpugnable. Pero por si eso fuera poco, la zona de Alcalá cuenta con un sinfín de manantiales y fuentes subterráneas, que dan aún más riqueza a la zona. Dichas aguas subterráneas fueron aprovechadas para abastecer de agua no sólo a la villa sino a la capital, Sevilla.

La defensa para Sevilla

En tiempos andalusíes Alcalá, se llamaba Qal´at Yabir, de donde proviene el nombre actual de Alcalá. Qal´at Yabir era cabeza de iqlim (distrito) de al-Sahl (llanura) compuesta por alquerías cuyos habitantes se dedicaban a la agricultura. No olvidemos que la agricultura suponía un importante ingreso en las arcas estatales por impuestos. Por aquel entonces, Qal´at Yabir abarcaba lo que hoy se denomina la zona de la villa y el arrabal, además de la alcazaba, donde vivía el gobernador. Es decir la localidad estaba situada en la parte más elevada del alcor, casi rodeada por su río y protegido su lado sur por un foso profundo. La muralla que rodeaba la villa contaba con cuatro puertas.


 Sabemos de la existencia de las siguientes:
Bab-Qal´at, que comunicaba el castillo y la campiña
Bab-Isbiliya, en el camino hacia la Sevilla
Una tercera en la muralla del Arrabal, que comunicaba la villa mediante un puente romano con el iqlim al-Sahl.
Bab al-Ramla, puerta del Arenal o puerta de la Barqueta. Situada frente al muelle de barcas que unía el Arrabal con el camino de la retama.



La villa, zona junto a la alcazaba y protegida por la muralla, compuesta por calles estrechas, adarves y callejones tortuosos, no estaban pavimentadas, sino que eran calles de tierra. Dicha tierra no era otra que el albero, tierra extraída de las canteras de la zona, mezcladas con cal y agua. Formaba así una superficie dura. Tenía el inconveniente que levantaba mucho polvo en verano y en época de lluvia se producían grandes surcos y socavones, con lo que casi cada año debían renovar el albero. Entre estas calles habitaban la población en viviendas sencillas, normalmente de una sola planta, con un patio central. Muchas de ellas contaban con un establo y un pequeño huerto. En cuanto al saneamiento, éste discurría por cunetas que corrían hacia el río. Disponían también de letrinas y pozos negros que se limpiaban habitualmente.
En el centro de la villa se alzaba la mezquita, a su lado el mercado y el hammam.
Los habitantes trabajaban fundamentalmente en la agricultura. Les gustaba disfrutar de su entorno junto al río, donde se podía pescar pejerreyes, lampreas, sábalos o barbos. A los lugareños les gustaba retozar en su orilla a la sombra de la rica vegetación con la que contaba donde abundaban ranas y sapos pero también culebras y lagartijas, una delicia para el juego de los niños.
Junto a la villa y el Arrabal en la parte más elevada se encuentra la alcazaba o castillo de Alcalá, que vivió distintos momentos históricos en la época andalusí. 
Pero, vamos a acercarnos un poco más a la alcazaba….


   
LA DEFENSA PARA SEVILLA
-      
-      
Por Alcalá pasaba la vía romana, que seguía siendo muy útil en tiempos andalusíes. Por lo que la localidad formaba parte de esa importante red de comunicaciones.
Alcalá de Guadaira se encontraba dentro de una red de comunicación importante y además   servía de punto estratégico de defensa ante cualquier ataque por el sur o sureste. A lo largo del emirato Qal´at Yabir fue escenario de algunas de las sublevaciones surgidas en al-Andalus en contra del poder central cordobés. Durante los primeros años de al-Andalus, los emires Omeya, tuvieron que esforzarse hasta consolidar el estado islámico de la Península.
De esta manera, Qal´at Yabir se vio inmensa en una rebelión o sublevación contra el poder central cordobés. Dicha sublevación estaba encabezada por al-Alá b. Mugiz al-Yahsubí. El rebelde encuentra muchos adeptos y llega hasta Sevilla. En ese momento el emir omeya envía a Sevilla sus tropas. Al mismo tiempo más y más seguidores se unen a la causa rebelde, encabezados por Gayyat b. Alqama, quien llegó hasta Qal´at Yabir. Las tropas cordobesas se encontraron con este gran grupo de sublevados, los cuales fueron disueltos regresando cada uno a su lugar de origen. Sin perder tiempo, los cordobeses fueron en busca de Ibn Mugiz que se encontraba camino de Carmona.
Unos años más tarde, en el 766, otro sublevado Sa´id al-Yahsubí al-Matari, había partido desde Niebla para llegar a Sevilla, donde se vuelve a unir Gayyat b. Alqama. Al final estos rebeldes son derrotados por las tropas de los omeyas. Y así se sucedieron revueltas hasta que ab dar-Rahman III logró traer la paz y la cohesión a al-Andalus.
Durante la fitna o guerra civil y la creación de los reinos de taifa Qal´at Yabir vivió la lucha entre el hammudí Yahyá b. Alí b. Hammud quien se había hecho fuerte en el castillo de Alcalá. En Sevilla, gobernaba el qadí Ibn Abbad, éste envió a su hijo para que combatiera al hammudí, finalmente ésta lucha de poder acabó con la vida del hijo de Ibn Abbad. Años más tarde, es muy posible que la fortaleza se reforzara bajo la dinastía de los abbadíes (1023-1091) con el fin de proteger Sevilla frente a los reinos bereberes de Granada y Málaga.
No se han encontrado intervenciones almorávides en Qal´at Yabir y su alcazaba. Debemos esperar hasta la llegada de los almohades. Ellos fueron los grandes protagonistas, ampliaron  y dieron esplendor al castillo de Alcalá, además de aprovechar las riquezas naturales y mejorar las infraestructuras hidráulicas.
Comencemos el recorrido de la alcazaba de Qal´at Yabir, observando el mapa de situación:



Se divide en dos partes principales: la villa y la alcazaba, además una zona exterior o arrabal. Fundamentalmente el castillo o alcazaba guarda restos almohades, si bien después de la conquista cristiana la alcazaba fue modificada a lo largo de los siglos XIV, XV y siguientes.  

Accedemos al castillo por la puerta Real del siglo XV, una serie de torres flanquean un pasillo que dan paso al primer gran patio o Patio de la Sima. Se llama así por la presencia de una gran fosa o sima en su sector sudoriental. Se desconoce la función de la Sima, que bien pudo servir de pozo en época andalusí. Este patio parece ser que no formaba parte del recinto de la alcazaba sino a la zona de la villa. Por lo que el hammam almohade servía a la población de la villa.
En el siglo XV es cuando se hace una gran reforma y se integra el patio dentro del castillo.
Centrándonos un poquito en el hammam, podemos distinguir perfectamente las distintas zonas. 


Desde el patio porticado, donde sólo quedan huellas de las columnas, y luego el terreno va descendiendo desde la sala de recepción, sala fría, templada y caliente. Según los trabajos arqueológicos parece que hubiera habido una serie de viviendas y almacenamiento en época almohade.



Un muro con torres y puertas en recodo separan el patio de la Sima de otro patio denominado Patio de los Silos, llamado así por la presencia soterrada de al menos tres grandes depósitos de grano o silos, excavados en la roca. El trazado de este patio es almohade.  


Al fondo del patio de los Silos se encuentra el alcázar real fechado hacia el siglo XV, donde vivió Leonor de Guzmán, concubina de Alfonso XI. Pero esta es otra historia… desde el alcázar real se accede a la torre del Homenaje del siglo XIV y a la puerta de la Traición, que daba acceso a la barbacana y las corachas. 

En este castillo podemos observar el sistema de fortificación andalusí, tales como la barbacana, puertas en recodo, torres albarranas, la coracha, matacanes sobre las puertas, la construcción de fosos secos. Pero vamos por partes:

La BARBACANA es la definición de un tipo de fortificación de origen bizantino. Se trata de una antemuralla baja con o sin torres, que rodea parcial o totalmente la muralla principal de un castillo o una ciudad. Entre ambos muros se forma un foso o cárcava. Este espacio entre ambas murallas se llama barbacana o camino de ronda. Dicho término se extendió también a la antemuralla. La barbacana impide al enemigo el ataque directo a la muralla principal. En al-Andalus, no se empleaba la palabra barbacana, sino la árabe sitara, cuyo significado general es todo “lo que encubre u oculto, el obstáculo interpuesto delante de algo.”  


PUERTAS EN RECODO: Sistema defensivo para impedir el acceso al enemigo, quebrando la entrada hacia un lado u otro, dejando al enemigo encerrado. Es decir, la intensión era dificultar la entrada al enemigo que había conseguido forzar la puerta principal exterior, permitiendo batirle en los recodos de la puerta.


TORRES ALBARRANAS: Es una de las mejores aportaciones almohades. Se trata de una torre poligonal, situada fuera del recinto amurallado, exenta del mismo, para impedir la aproximación del enemigo. Solía estar, sin embargo, comunicada con la muralla mediante un arco o un puente. Se situaba en lugares más vulnerables de las ciudades o castillos. En caso de que la torre fuera invadida, el puente o arco podría ser destruido con facilidad dejando al enemigo encerrado en la torre.

CORACHA:
Este es un término aún muy discutido entre los expertos, pero quedó bastante aclarado gracias a  Leopoldo Torres Balbás: “Se trata de un muro o espolón que, arrancando de la cerca urbana, avanzaba hasta una torre situada junto a la toma de agua (río, pozo o mar) – torre albarrana – con otras torres intermedias en ocasiones, que permitía a los sitiados proveerse a cubierto de tan principal elemento en caso de asedio”.
Es decir, se denomina coracha al muro que arranca perpendicular a la muralla principal que busca asegurar el suministro de agua en caso de asedio. Dicha coracha llegaba hasta el río donde una torre albarrana protegía no sólo dicho suministro sino que servía de baluarte defensivo para la ciudad o castillo. En el caso de Alcalá queda bastante claro, si bien la coracha fue rota en época cristiana para abrir el arquillo de San Miguel.


Hasta aquí llegó la visita del castillo de Alcalá de Guadaira. Espero les haya gustado. En el próximo artículo seguiremos en Alcalá, para visitar la ribera del Guadaira y algunos de sus molinos.


BIBLIOGRAFIA:

-          Alcalá de Guadaira en la Edad Media. Joaquín González Moreno
-          Alcalá de Guadaira en la alta edad media: Historia de Qal´at Yabir. Profesor Rafael Valencia. Universidad de Sevilla
-          Textos y selección de Imágenes de Florentino Pozo Blazquez. Capítulo IV. Ed. Consejería Obras Públicas.
-          Basilio Pavón Maldonado “corachas hispano-musulmanas. Ensayo semántico arqueológico” al-Qantara VII:1/2 (1986) pag. 331
-          Leopoldo Torres Balbás -  “Barbacanas”. Revista al-Andalus XVI:2 (1951) pag.454
                                               “Las puertas en recodo en la arquitectura militar hispano-musulmana”. Revista al-Andalus XXV:2 (1960) pag. 419
                                               “Crónica arqueológica de la España musulmana”VIII.
Revista al-Andalus VI:1 (1941) pag. 157. Dentro de este artículo hay varios, entre ellos: “dos obras de arquitectura almohade: mezquita de Cuatrohabitan y el castillo de Alcalá de Guadaira.