domingo, 31 de mayo de 2015

PALACIO DE LOS LEONES DE LA ALHAMBRA

Palacio de los leones de la Alhambra

Por Elisa Simon

Cuando visiten este palacio les aconsejo tiempo, para poder fijar la vista en los detalles, en la belleza de los momentos del día con sus sombras que parecen dibujar un ambiente íntimo. Intenten abstraerse de los demás visitantes y agudicen el oído para seguir el suave rumor del agua de los surtidores. Es uno de los lugares más maravillosos del mundo, si pensamos no sólo en quien los habitó sino en su fisionomía y decoración. La cerámica, la madera, el yeso, el mármol, el ladrillo fueron empleados por expertos artesanos nazaríes con la intención de dejar plasmado para la eternidad la belleza de un arte y una manera de vivir.



El palacio de los leones también recibe el nombre de Palacio de al-riyad o jardín feliz, construido junto al palacio de Comares bajo el emir Muhammad V. Este hermoso palacio supone el máximo esplendor del reino nazarí y su arte.
El emir Muhammad V lo mandó construir cuando recuperó el trono en 1362. Su hermano se lo había arrebatado, por lo que el emir tuvo que exiliarse. Marchó finalmente a Fez desde donde organizó su retorno, para ello obtuvo el apoyo del rey castellano Pedro I.

El palacio se articula entorno a un patio rectangular de crucero, con una fuente central y recorrido por un bello pórtico con esbeltas columnas de mármol y capiteles nazaríes que sostienen arcos de tipo peraltado y de mocárabes. Dos canales dividen el patio en cuatro partes llevando así el agua hasta los pequeños surtidores de las salas adyacentes. Este tipo de patio o jardín de crucero es habitual en los palacios andalusíes y representan el Paraíso con sus cuatro ríos que llevan leche, vino, miel y agua.




En sus lados menores sobresalen dos pabellones cuadrados coronados por hermosas cúpulas de madera sostenidas por mocárabes. El emir se situaba bajo ellos según la hora del día. Detrás de estos pabellones, se encuentran dos salas alargadas, que servían de recepción, una llamada de los mocárabes y la otra situada justo en frente, la sala de los reyes. Esta sala de los reyes estaba en restauración cuando visitamos Granada en Enero.




Desde los lados mayores de este patio se accedía a las dos viviendas principales donde residía la familia del emir. A un lado se encuentra la llamada sala de los Abencerrajes y frente a ella se sitúa la sala de las Dos Hermanas. Cada una contaba con pequeñas salas laterales y una letrina.

El eje de este palacio es la fuente central del patio, la fuente de los leones. Es una hermosa obra realizada en mármol de Macael por al menos cuatro maestros alarifes que eligieron en las canteras las piezas para tallar los leones. Esta fuente tiene un valor histórico y simbólico. Se trata de una enorme taza sostenida por doce leones situados de espalda a ella. Si nos fijamos con detalle, cada león es diferente, presten atención a las vetas del mármol y el pelaje de los leones. Ellos son guardianes y guerreros que muestran sus fauces, están en actitud alerta, con las orejas levantadas y las colas plegadas. De esta manera protegen al emir Muhammad V. En la caligrafía del filo de la taza quedó grabado un poema de Ibn Zamrak donde alude a la construcción de dicha fuente y su sentido simbólico.

¡Bendito quien dio al sultán Muhammad
estas moradas que por su belleza son gala de las mansiones!
Ejemplo es este jardín en que hay tantas maravillas
que el mismo Dios prohibió otro semejante;
y estas figuradas perlas de transparente claridad
que adornan los bordes con orla de aljófar;
la líquida plata que se desliza entre joyas,
también pura y blanca belleza;
la vista se confunde ante lo quieto y lo fluyente
y no se sabe si es el mármol o el agua lo que fluye.
¿Acaso no ves que el agua corre por los bordes
y luego se oculta por los sumideros?
Se asemeja al amante con los párpados rebosantes de lágrimas
que oculta por temor que le delaten.
¿No es agua de las nubes, en verdad,
que acequias traen sobre leones?
Es igual a los favores de la mano del Califa
que dispensa a los leones de la guerra.
Tú que estás mirando, verás que los leones están al acecho
y si no saltan es por respeto tuyo,
¡oh heredero de los que ayudaron al Profeta,
legado de grandeza que aligera las cargas,
sobre ti la paz y sean numerosos los días fastos
y sean amargos para tus enemigos!




La sala de los Abencerrajes es una de las viviendas de la familia emiral con fuente central y alcobas laterales. Al entrar la vista se concentra en su impresionante bóveda de mocárabe, con estrella central de ocho puntas y sostenida por ocho trompas de mocárabe también.



La sala de las Dos Hermanas, llamada así por las dos lozas de mármol que la pavimentan, también tiene una hermosa fuente central que se comunica con la de los leones. Su bóveda tiene una estrella central de ocho puntas que culmina en dieciséis capulines con sus respectivas ventanitas, que le da ingravidez a la bóveda.


En los muros de esta sala se encuentran los versos de Ibn Zambrak, que compuso y recitó con motivo de la circuncisión del hijo del emir Muhammad V.
En este palacio, está técnica alcanza su mayor apogeo. No todos los artesanos eran capaces de construir cúpulas de este tipo, porque era imprescindible el dominio de las matemáticas y de la geometría. De ahí que sólo los maestros alarifes se encargaban de decorar este magnífico palacio con mocárabe.

Se trata de un complejo sistema de ensamblaje de pequeñas piezas, cuya parte inferior queda visible mientras que la superior queda oculta en la estructura. La parte inferior recibe un corte preciso. Estas piezas se combinan entre sí y con la ayuda de un andamio de madera, el maestro alarife va formando una cúpula o bóveda tridimensional.

Por último, desde la sala de las Dos Hermanas se accede al mirador de Daraxa o dar al-Aisha, la casa de Aisha, en su día debió tener unas magníficas vistas desde sus ventanales. Se trata de un espacio pequeño y acogedor, con bellos arcos de mocárabes, y los muros repletos de yesería con epigrafía y motivos vegetales. 
BIBLIOGRAFIA:

-  curso online “La Alhambra: historia, arte y patrimonio” organizado por la Universidad de Granada y el Patronato de la Alhambra y Generalife
- pagina web del Patronato de la Alhambra y Generalife – conocer la Alhambra
   mocárabes versus muqarnas de Gaspar Aranda Pastor  
- cervantesvirtual.com – Literatura hispanoárabe de María Jesús Rubiera Mata
- Historia de España de Menéndez Pidal tomo VIII – 4 reino nazarí




martes, 26 de mayo de 2015

EL PALACIO DE COMARES - LA ALHAMBRA

Palacio de Comares de la Alhambra




Por Elisa Simon

El reino nazarí alcanzó su máximo esplendor en el siglo XIV bajo dos emires, Yusuf I y su hijo Muhammad V. El primero fue proclamado emir en 1333 siendo su gobierno fructífero y próspero, caracterizado por los tratados de paz tanto con Castilla como con los Meriníes. La corte de Yusuf I estaba compuesta por poetas y sabios, como el gran Ibn al-Jatib.



Yusuf I se ocupó de embellecer la ciudad y el recinto de la Alhambra. Mandó construir nuevas torres y puertas así como el palacio de Comares. Lamentablemente este proyecto constructivo se vio truncado por su asesinato, en 1354 cuando salía de la mezquita aljama de la ciudad de la Alhambra. Le sucedió su hijo Muhammad V quien se preocupó de concluir las obras emprendidas por su padre, entre ellas el palacio de Comares en la Alhambra.



El palacio está articulado en torno a un patio central de forma rectangular con alberca alargada y galerías porticadas en los lados menores que daban acceso a las salas principales. Parece ser que se inspiraron para ello en qasr as-Segir o alcázar Menor de Murcia, del siglo XIII.  

Este palacio está precedido por el Mexuar, que era el área administrativa del emirato nazarí. En esta sala se reunía el consejo de ministros. En el siglo XVI sufrió algunas transformaciones cuando fue convertido en capilla.


Junto al Mexuar se encuentra el oratorio privado del emir, que si bien fue reconstruido en el siglo XX, conserva el encanto del arte nazarí. Este espacio íntimo para el encuentro con Dios, tiene una hermosa vista hacia la naturaleza y el barrio del Albaicín.

Nuestro recorrido nos lleva hasta un patio, donde nos impresiona la fachada del palacio de Comares. Delante de esta fachada y subiendo tres escalones se situaba la silla desde donde el emir recibía a sus súbditos e impartía justicia. Imagino el asombro e impresión de aquellos que llegaban hasta el emir y se situaban delante de esta fachada.



Los arquitectos y artesanos se emplearon a fondo para dejar plasmada en esta fachada la grandeza y el poder de Muhammad V. El zócalo decorado con cerámica vidriada, le sigue un paño de yeso compuesto por varias partes adornado con motivos vegetales y epigrafía, que relata la victoria de Algeciras en 1369, plaza que fue reconquistada para el reino nazarí. Otro elemento que se repite es el escudo nazarí o la galiba nazarí. El diseño geométrico de esta fachada, se basó en la simetría axial y la división aurea de un segmento en dos partes.



















Si esta fachada es ya de por sí fascinante, cuando avanzamos en la visita y entramos en el patio de arrayanes, se despiertan los sentidos y afloran las emociones.
El patio de Comares o de arrayanes es el centro del palacio, entorno al cual se abren las estancias de la residencia del emir. Se trata de una maravilla arquitectónica y decorativa del arte nazarí. La alberca estrecha y alargada de escasa profundidad es la protagonista de este espacio. En sus dos lados más estrechos hay dos fuentes gallonadas que alimentan la alberca. El agua, equivalencia de riqueza y abundancia y la alberca integrada en la arquitectura, convierten a este patio en un espacio lleno de magia. El juego de luces y sombras, el reflejo de las estructuras en el agua, el aroma del arrayán, planta con “baraka”, todo ello unido a la belleza de las galerías porticadas con hermosos arcos y esbeltas columnas, llenan de emoción al visitante.




En uno de estos lados menores del patio, se alza la torre de Comares en cuyo interior se sitúa el salón del trono o de Embajadores. Se trata de una estancia tipo qubba, donde el emir tenía el trono. Esta sala tiene un doble significado del poder: el terrenal y el sobrenatural o metafísico.

Los muros de esta sala están decorados con paños de yeso que parecen tapices, con formas geométricas y ataurique. La epigrafía está compuesta de suras coránicas, textos áulicos como “la eternidad es atributo de Dios”, “Sólo a Dios pertenecen la grandeza, la gloria, la eternidad, el imperio y el poder”. Poemas del gran ibn al-Jatib se encuentran en las taqas de la entrada al salón. Los zócalos de cerámica vidriada con motivos geométricos repetitivos aluden a la unicidad de Dios.



Sin embargo, lo más sobresaliente es la cúpula, realizada en madera. Se trata de un armazón de madera ensamblando en tres planos diferentes con distinta inclinación. El diseño geométrico combina estrellas de 8 y 16 puntas. En el centro de la techumbre hay un cupulín de mocárabes con base octogonal, en cuyo eje se encuentra una estrella blanca.



A nivel metafísico este techo es una representación de la Escatología del Islam, que son los siete cielos a los que el alma del creyente deberá ir, según la vida que llevó, pudiendo ascender hasta alcanzar el Paraíso, el trono de Dios, representado en el cupulín central de mocárabes. Cada cielo aparece figurado horizontalmente mediante las estrellas que se van superponiendo hasta el centro, de donde emana la luz divina y donde injerta sus raíces el árbol del Paraíso, simbolizado en los vértices del techo.




BIBLIOGRAFÍA:

- parte del contenido del curso online “La Alhambra, historia, arte y patrimonio” organizado por la Universidad de la Alhambra y el Patronato de la Alhambra y Generalife

- web del Patronato de la Alhambra y Generalife – conoce la Alhambra

- Historia de España. Menéndez Pidal VIII – 4 el reino nazarí de Granada

- Arquitectura Islámica en Andalucía. Ed. Taschen – Marianne Barrucand y Achim Bednorz   




martes, 12 de mayo de 2015

LA ALCAZABA DE LA ALHAMBRA

LA ALCAZABA DE LA ALHAMBRA

Por Elisa Simon

La alcazaba es la parte más antigua de la ciudad de la Alhambra. Fue mandada construir en 1238 por Muhammad I, fundador de la dinastía nazarí.



Muhammad I, después de anexionar Granada, Málaga y Almería a su recién creado territorio, visitó Granada. Se estableció en el palacio de los reyes ziríes del siglo XI, situado en el barrio del Albaycín. Sin embargo, pronto tomó la decisión de situar su residencia en una zona más estratégica, desde donde poder vigilar y defender la ciudad, la colina de la Sabika. Allí ya existía una vieja fortaleza de origen califal, llamada qasr al-Hambra. Muhammad I ordenó cimentar un castillo con murallas y torres. Una labor importante que se realizó gracias a este primer emir nazarí, fue la dotación de agua, la cual llegaba hasta la alcazaba a través de una acequia desde el río Darro. La puerta principal a la alcazaba era la Puerta de las Armas, que comunicaba directamente con la ciudad.  En aquellos primeros tiempos de la dinastía nazarí el reino no estaba aún consolidado, de ahí que el emir prestara más atención al sistema defensivo que a la belleza de la alcazaba.



La alcazaba estaba formada por una calle principal desde donde se distribuían una serie de viviendas de diverso tamaño, las más grandes con patio central, donde residían los oficiales y el mando de élite del ejército nazarí con sus familias. Otras casas eran de dimensiones más pequeñas. 

barrio castrense 

barrio castrense 
Al ser un espacio habitado, se necesitaba ciertos servicios, como un horno de pan, donde las mujeres llevaban sus masas a hornear. Hacia 1240 se erigió un baño público, el cual facilitó la vida diaria en la alcazaba. 

baño publico 
baño publico 





      













Al pie de la torre de la Vela se construyó el aljibe, fundamental para la supervivencia de sus habitantes. En la alcazaba, los oficiales del ejército realizaban su trabajo de vigilancia y defensa del emir y de su territorio. Desde las robustas e imponentes torres, la del Homenaje (bury ´azim mutill ´alá l-balad) que consta de seis plantas y de la Vela (bury al-a´zam) con cuatro plantas, se vigilaba de forma continua. En ellas había un cuerpo fijo de soldados, los cuales se podían defender a través de las saeteras. 

torre del homenaje y del adarguero 

torre de la Vela 


Estas torres tenían varias funciones, en la zona más baja estaba la mazmorra y los depósitos de grano o alimento, necesario en caso de asedio. Las demás plantas servían a los soldados para la vigilancia y la parte superior de la torre del Homenaje se usaba como vivienda, donde según dicen vivió el carismático emir Muhammad I y más tarde fue el alojamiento de los alcaides que le sucedieron. En los dos siglos y medio de vida continua de la ciudad de la Alhambra, la alcazaba siempre cumplió su función militar, de defensa y vigilancia de los emires nazaríes. 



BIBLIOGRAFÍA:

- Historia de España de Menéndez Pidal tomo VIII-4 dirigida por José María Jover Zamora “El reino nazarí de Granada” – Espasa Calpe
- Arquitectura Islámica en Andalucía, Marianne Barrucand y Achim Bednorz – Taschen

- curso online organizado por la Universidad de Granada, la Escuela de la Alhambra y CEIBIoTIC Granada “La Alhambra, historia, arte y patrimonio”


jueves, 7 de mayo de 2015

EL HAMMAM DE LA MEDINA DE LA ALHAMBRA

El hammam de la medina de la Alhambra

Por Elisa Simon

Entrando en el recinto de la Alhambra, y caminando por la calle Real Alta, se encuentra a mano derecha una pequeña casa que guarda un tesoro nazarí. El hammam de la antigua medina. 



Se trata de un baño público que daba servicio a la mezquita aljama, hoy desaparecida. Su lugar lo ocupa hoy la Iglesia Santa María de la Alhambra.



En la zona de la medina vivía una numerosa población estable, de distinta escala social y dedicados a diversas labores y funciones, siempre al servicio de los emires nazaríes que moraban en los palacios. Esta población necesitaba de ciertos servicios básicos para su vida diaria, tal como un mercado, una mezquita o un baño.   



El hammam fue mandado construir por el emir Muhammad III a principios del siglo XIV, junto con la mezquita aljama de la medina de la ciudad palatina.


El baño sigue los cánones de los hammamat andalusíes. Se accedía por una pequeña puerta que abría a un patio, desde donde se entraba a las distintas salas que conformaban el hammam. Es decir, el vestíbulo, que servía también de guardarropa y lugar de conversación. La sala fría o bayt al-barid de la cual se pasaba a la sala templada o bayt al-wastani y finalmente la sala caliente o bayt al-sajun. Todas estas salas estaban cubiertas por bóvedas con lucernario en forma de estrellas. Los invito a visitar otros post de este blog relacionados con baños públicos andalusíes, donde explico de forma más extensa el uso de los mismos. Artículo sobre el Bañuelo, Granada  Artículo sobre baño de Ronda, Málaga





Las paredes estaban decoradas en yeso con bellos motivos geométricos y un friso con epigrafía, mientras que los zócalos estaban adornados con cerámica vidriada con trazados geométricos. Completaban el baño dependencias como la caldera y la leñera.






El baño sufrió diversas reformas y transformaciones en el siglo XIX, sobre todo cuando fue convertido en una vivienda donde se alojó el guitarrista Antonio Barrios, padre del compositor Ángel Barrios.



sábado, 2 de mayo de 2015

ABRAHAM IBN ZARZAL

ABRAHAM IBN ZARZAL, médico sefardí al servicio del rey don Pedro I de Castilla

Por Elisa Simon



Abraham ibn Zarzal, médico y astrólogo sefardí del siglo XIV. Para ahondar en este personaje he buscado en la documentación que tengo a mi alcance y dentro de mis posibilidades. No encontré muchos datos. Sin embargo, decidí seguir adelante con el artículo porque  este personaje sirvió a tres monarcas sobresalientes de su tiempo: un sultán meriní, un emir nazarí y un rey castellano.

No se sabe su fecha y lugar de nacimiento, Abraham ibn Zarzal o Ibrahim ibn Zarzar, se lo sitúa en Granada en la época del emir Muhammad V, cuando en 1354 fue llamado por el sultán meriní de Fez, Abu ´Inan Faris para que lo tratara de una enfermedad. Así, ibn Zarzal cruzó el Estrecho y se estableció en aquella corte durante un tiempo. Allí conoció y se hizo amigo del gran ibn Khaldun.

madrasa Bou Inania, Fez
Probablemente a la muerte del sultán meriní Abu´Inan Faris, nuestro médico sefardí regresó a Granada a la corte de Muhammad V, quien estaba a punto de ser destronado. De hecho, en 1359 cuando el emir nazarí debió abandonar su ciudad, ibn Zarzal marchó hacia el reino de Castilla, a Sevilla, donde se presentó ante el rey don Pedro I. Gracias a su carta de recomendación  rubricada por el soberano granadino y la buena impresión que le causó al rey, ibn Zarzal fue integrado en la corte sevillana en el Alcázar. El rey don Pedro tuvo a su lado a este medico sefardí no sólo para cuidar su salud sino para predecir el futuro.

patio de los leones, la Alhambra, Granada
Hacia 1362 el emir nazarí, que había estado en el exilio en Fez, logró recuperar el trono con la ayuda de don Pedro. Ambos soberanos decidieron ratificar sus tratados de paz. Así, Ibn Zarzal encabezó la embajada castellana a Granada donde le entregó cartas y regalos del rey castellano. Un año después, serían los nazaríes quienes visitaron Sevilla con ibn Khaldun al frente, para rubricar el tratado de paz, trajo asimismo valiosos regalos para el rey don Pedro. Ibn Khaldun cayó muy bien al rey, quien le ofreció un puesto en su corte, que el polígrafo declinó con mucha educación. Tuvo la oportunidad de pasar tiempo con su amigo ibn Zarzal en los jardines del Alcázar.

Fachada palacio rey don Pedro, Real Alcázar, Sevilla 
En el libro “Introducción a la historia” de Ibn Khaldun, se menciona a ibn Zarzal, en la autobiografía del polígrafo:

“ Allí (en Sevilla) fui presentado al rey (don Pedro), quien me recibió con todos los honores. El había oído hablar de mí y de la relevancia que tuvo mi familia en Sevilla, a su médico, el judío Ibrahim b. Zarzar. A éste, que era también astrónomo de gran categoría, lo conocí en la corte de Abu ´Inan, el cual había necesitado de sus servicios y le mandó a buscar a la ciudad de Muhammad V. “

En el libro de Francisco Bueno “los Judíos de Sefarad” cita un pasaje, donde el propio rey don Pedro mantiene una conversación con ibn Zarzal poco antes de su asesinato en Montiel.

“Don Abraham, bien sabedes que vos e todos los astrólogos de mi regno, me dixisteis siempre que fallábades por vuestra astrología que mi Nascimento fue en tal constelación que yo avía de ser el mayor rey que nunca ovo en Castiella del mi linaje, e que avía de conquerir los moros fasta ganar la Casa Sancta de Ierusalem, e otras cosas muchas de victorias, que yo avía de aver. Et agora paresçeme que todo es contrario; porque cada día veo que todos mis fechos van en destroyçión, de mal en peor, sin ninguna enmienda. Por lo cual digo que vosotros los astrólogos que esto me dixisteis, que me lo dixisteis por me lisonjar, sabiendo que era al contrario e non sopisteis lo que me dixisteis. “

Abraham ibn Zarzal le respondió con suaves palabras, que los augurios eran irreversibles y que había sido originados por sus propios pecados. Había hecho tantas cosas mal, que se habían torcido las constelaciones, los astros y sus indicaciones. El asunto no tenía remedio.

En efecto, el rey don Pedro fue asesinado por su hermanastro en 1369.
No se tienen más noticias sobre Abraham ibn Zarzal, podría ser que permaneciera en Sevilla bajo Enrique II o bien pudiera ser que decidiera regresar a la corte nazarí donde quizá se sentiría más seguro. Por otro lado, se sabe que Ibn Zarzal  tenía un hijo, llamado Moshé, que fue un médico que alcanzó gran reputación y era medico personal de Enrique III.


BIBLIOGRAFIA:
- Introducción a la historia de Ibn Jaldun

- Los judíos de Sefarad de Francisco Bueno