jueves, 23 de agosto de 2018

NUEVA IMAGEN DEL BLOG



AMIGOS, 

ESTÉN ATENTOS, EN LOS PRÓXIMOS DÍA EL BLOG TENDRÁ SU PROPIA PÁGINA WEB, SE PRESENTARÁ CON UN NUEVO ASPECTO, MÁS DINÁMICO Y DE ACCESO MÁS DIRECTO A LOS CONTENIDOS. 

SU ESENCIA SEGUIRÁ SIENDO LA MISMA, ARTÍCULOS DE CULTURA, ARTE E HISTORIA DE AL-ANDALUS Y SEFARAD, REDACTADOS CON RIGUROSIDAD. 

¡¡MUCHAS GRACIAS A TODOS !!  




viernes, 17 de agosto de 2018

BAÑOS MERINÍES DE GIBRALTAR



Por Elisa Simon

Gibraltar ofrece muchos atractivos a sus visitantes,  tales como los famosos e entrañables monos o las variadas compras en Main Street, sin embargo Gibraltar no tiene sólo historia británica, sino que guarda vestigios andalusíes. ¡Vamos a descubrirlos juntos!

vista de Gibraltar desde el castillo - moorish castle 

La situación geográfica de Gibraltar ya es una pista fundamental para conocer su historia. Situado en el Estrecho, donde se funden los dos mares, Atlántico y Mediterráneo y donde se encuentran dos continentes, cuyo incesante e intenso tráfico de mercancías y personas no cesa desde los albores del tiempo.

vista desde el castillo hacia la bahía de Algeciras - peñón de Gibraltar 

Fenicios, griegos, romanos, cartagineses, todas las grandes civilizaciones mediterráneas han pasado más o menos tiempo en esta zona del peñón de Gibraltar, sin embargo han decidido fundar sus ciudades en Carteia, Baelo Claudia, Ceuta o Tánger. Los romanos llamaron al peñón, mons Calpe, éste es considerado, según la mitología, una de las columnas de Hércules, la otra se identifica con Yebel Musa (montaña de Musa), actual Marruecos.

torre de la Calahorra, meriní, construida posiblemente sobre otra anterior almohade .... 

Gibraltar se sitúa al este de la bahía de Algeciras, que es la puerta de África. Tarifa, la ciudad del viento y cerca de Algeciras, fue una de las protagonistas de la historia de al-Andalus y del Estrecho. En la otra orilla del Mediterráneo se encuentra Ceuta, baluarte inexpugnable donde los haya y hacia el oeste se sitúa Tánger, ciudad blanca y hospitalaria. En este enclave, siempre ventoso, a veces más otras menos, se alza un promontorio al que llaman peñón o en inglés the rock. Ahí esta la ciudad de Gibraltar bajo bandera británica. Se accede enseñando la identificación en la aduana, lo más sencillo es pasar a pie, dejando el coche estacionado en La Línea.

Una vez superados los controles, entran ustedes en suelo británico. Es muy curioso, porque hay que atravesar la pista de aterrizaje del aeropuerto de Gibraltar para entrar en la ciudad en sí.

entrando en el ciudad de Gibraltar, atravesando la pista de aterrizaje del aeropuerto 

Los restos de la fortaleza andalusí se encuentran subiendo el peñón a no mucha altura. Se puede ascender caminando o en las diversas opciones que ofrece Turismo de Gibraltar.

Me gustaría aprovechar para dar un breve repaso a la historia y así situarnos mejor en el tiempo. El nombre de Gibraltar proviene del árabe “Yebel Tariq”, que significa, la montaña de Tariq. Tariq ben Ziyad era el general beréber, que dirigió las tropas musulmanes, beréberes y árabes, en el año 711 para atravesar el Estrecho y llegar a la Península. Fue así el inicio de la historia de al-Andalus. Los hombres de Tariq, al verlo subido en una zona alta del peñón, le pusieron su nombre … “Yebel Tariq”.

Los primeros años y decenios del emirato Omeya dependiente de Oriente, Gibraltar no se mostró demasiado importante. Probablemente porque los emires estaban centrados en la unificación, pacificación y consolidación del nuevo Estado. Por aquellos siglos VIII y IX, la costa no suponía un peligro, hasta la primera incursión de los mayus u hombres del norte (los vikingos) hacia 844.  

En tiempos del califato Omeya, una vez independizado de Bagdad, el siglo X y parte del XI, fue Ceuta la ciudad que ostentó más poder, frente a Gibraltar u otras zonas del Estrecho. Es bien conocida la magnífica Puerta Califal de Ceuta.  
Debemos esperar hasta la llegada de las dinastías Almorávide y sobre todo Almohade, cuando Gibraltar se empleó como puerto de desembarco de las tropas norteafricanas: almorávides (siglos XI-XII), almohades (siglo XIII) y meriníes (siglo XIV).

Debemos tener en cuenta que el peñón, hasta entonces era un lugar difícil para vivir, por la climatología, por el suelo pobre para la agricultura, por el escaso espacio habitable. Además habiendo tanta tierra fértil y amplia a tan poca distancia, hizo que en Gibraltar no se edificara una ciudad hasta el siglo XII.

La fundación de la ciudad de Gibraltar es Almohade. Hacia 1160 el califa almohade Abd al-Mumin mandó establecer en el peñón un puerto alternativo al de Algeciras. La nueva fundación fue emplazada en una zona elevada del peñón, donde hoy se encuentran los restos de la alcazaba (siglo XII) y la torre de la Calahorra (siglo XIV). A partir de ahí se fue creando una medina y con el tiempo el arrabal. A esta nueva ciudad se llamó, madinat al-Faht o la ciudad de la victoria, mismo nombre que se otorgó al peñón, es decir, Yebel Fath.

Mandó que “se dotara a la nueva fundación de adelantos de todas las clases y que se hiciera inexpugnable”. Se encargó de dicha construcción a al-Hayy Yaish de Ronda y Ahmad Ibn Baso. Ellos suplieron a la nueva medina de una mezquita, un palacio, una muralla con un perímetro de unos 1.300m adaptada a las condiciones del peñón, con una altura aproximada de unos 6m, con torres y puertas, una de ellas bab al-Fath (puerta de la Victoria).  

1.- torre de la Calahorra, A. alcazaba, B. barrio viejo, C. la Barcina

El califa Abd al-Mumin nombró como gobernador de la plaza a su hijo Abu Said quien se ocupó de seguir las edificaciones e infraestructuras hasta 1231. A medida que fue pasando el tiempo, la ciudad se fue extendiendo por una ladera del peñón, dando lugar a la Villa Vieja y más tarde el arrabal o la Barcina. Los meriníes en el siglo XIV la siguieron ampliando y embelleciendo con nuevos edificios, como los baños ….  

Gibraltar y las ciudades del Estrecho (Algeciras, Tarifa, Ceuta y Tánger) fueron muy codiciadas a partir de ese momento por las fuerzas de las diversas dinastías tanto cristianas como musulmanas. El control del Estrecho fue pasando de unos a otros, entre guerras y cercos a lo largo de los siglos XII, XIII, XIV y XV. De esta manera, Gibraltar fue almohade, nazarí, meriní y castellana si nos ceñimos sólo a la Edad Media. 

El emir meriní Abu l-Hasan ibn ´Utman fue quien hacia 1333 mandó construir los baños que vemos en el Museo de Gibraltar, cuando su hijo, Abu Malik era el gobernador.
Los baños se sitúan en la actual calle de la Bomba, muy cerca de la actual catedral católica de Santa María, antigua mezquita y a la vuelta de una de las sinagogas. El museo consiste en un pequeño y gran edificio, que da cobijo a millones de años de historia de un entorno muy limitado por la geografía. En su sótano se disponen las cinco salas de hammam meriní.

Recordemos brevemente las funciones de cada sala del hammam:
baños meriníes de Gibraltar - sala fría o bayt al-barid 

Los hammamat (baños en plural) son lugares de encuentro, donde se realiza un acto social importante en la vida diaria, además de cumplir con su función higiénica y espiritual o religiosa. Las mujeres solían tener las tardes a su disposición, mientras que los hombres acudían por las mañanas. En las ciudades andalusíes había varios hammamat según su numero de habitantes.   

En el caso del baño de Gibraltar, una vez en el sótano, se baja unos pocos escalones más y a la izquierda se presenta la primera sala, que no es el vestíbulo, como habitualmente, sino la sala fría (bayt al-barid). En ella la gente se sentaba, charlaba, se relajaba y disfrutaba de unos momentos de conversación fácil antes de dar comienzo la sesión del baño.  
bóveda estrellada de la sala fría de los baños meriníes de Gibraltar 


Le sigue el vestíbulo (bayt al-maslaj), donde estaban los vestuarios y el encargado del baño. Éste debía entregar toallas, si disponía de zapatos de madera y demás enseres que ofrecía el baño. Allí los asistentes al baño tenían unas taquillas o espacio donde poder dejar su ropa y se le entrega lo necesario.

Desde ahí se iniciaba el circuito en la sala caliente o (bayt as-sajun) de pequeñas dimensiones cubierta con bóveda de cañón con tragaluces estrellados, única entrada de luz. Había una pequeña piscina en uno de los extremos. Aquí la gente se solía relajar y dejaban que los poros de la piel se abrieran, gracias al vapor de agua. Esta sala situada junto a la caldera, se calentaba a través de unas canalizaciones cerámicas que discurrían por debajo del suelo y paredes del baño.

sala de caldera o bayt al-burma de los baños meriníes de Gibraltar 


Una vez finalizo el tiempo se pasaba a la sala más grande, mejor decorada y más bonita de los baños. La sala templada (bayt al-wastaní) casi cuadrada cubierta con una gran bóveda sobre pechinas, con dos alcobas en los extremos, y dos fachadas enfrentadas de tres arcos de herradura apuntados sobre columnas de mármol con capiteles reaprovechados de edificios de otras zonas. Uno romano y dos visigodos. Pilastras de ladrillo en los extremos de los pórticos se apoyan a la pared.

sala templada o bayt al-wastaní de los baños meriníes de Gibraltar - siglo XIV

Esta sala es donde las personas se dejaban masajear, lavar con una esponja que arrastraba la piel muerta, los puntos negros, las toxinas dejando la piel suave y limpia. 

sala templada, arcos de herradura apuntados sobre columnas de mármol y capiteles romano y visigodo

En este espacio, donde se pasaba la mayor parte del tiempo, se podía también, hacer la cera, afeitar, lavar el pelo, teñirse con henna, hacer la manicura, la temperatura agradable en un entorno bello invitaba a la conversación y contemplación. Se recitaba poesía, se reía y se tramaban también conspiraciones.   

capitel de inspiración nazarí, sala templada baño meriní - Gibraltar 


capitel visigodo de la sala templada de los baños meriníes de Gibraltar 
capitel romano de la sala templada de los baños meriníes de Gibraltar 

capitel de estilo nazarí de la sala templada de los baños meriníes de Gibraltar 


El circuito finalizaba en la sala fría (bayt al-barid) donde el cuerpo regresaba a su temperatura habitual, los poros se cerraban, la gente se refrescaba en las albercas o piscinas pequeñas de las alcobas en los extremos de la sala oblonga. Esta sala no era de grandes dimensiones y estaba cubierta también con bóveda de cañón.

parte de la cúpula de la sala templada de los baños meriníes de Gibraltar 

Según el tiempo del que disponía cada cual, el circuito se repetía al menos dos veces.
  
BIBLIOGRAFIA:

- Juan Abellán Pérez “El Cádiz Islámico a través de sus textos”, Universiad de Cádiz
Itinerario Cultural Almorávides y Almohades, Fundación Legado Andalusí
-  Kevin Lane. “Entre mitos y moros: un nuevo acercamiento a la historia de Gibraltar desde la arqueología (711-1462)”. ALMORAIMA. Revista de Estudios Campogibraltareños, 45, octubre 2016. Algeciras. Instituto de Estudios Campogibraltareños, pp. 203-227.
- Antonio Torremocha Silva “Fuentes para la Historia Medieval del Campo de Gibraltar (siglos VIII-XV). Colección Fuentes para la Historia Medieval del campo de Gibraltar nº2.
- Leopoldo Torres Balbás “The moorish baths” notes for their restauration, 1930.






domingo, 29 de julio de 2018

QASIDA "Fluyeron mis lágrimas"




Poema atribuido al rey al-Mu´tamid, rey de Sevilla (1039 – 1095)


Por Elisa Simon

La música andalusí es un vasto universo, lleno de matices. En líneas generales, se puede decir que es el resultado de la fusión entre la arabización introducida por Zyriab* hacia el siglo IX, a la música de herencia íbera y visigoda de la Península. Esta música fue evolucionando hasta que alcanzó su forma de expresión propia y genuina bajo el gran ibn Bayya* de Zaragoza en el siglo XII.

A partir del siglo XIII, cuando los reinos cristianos del norte avanzaban en sus conquistas, hubo sucesivas migraciones de andalusíes hacia el norte de África, llevándose consigo la música andalusí. Así, sevillanos, cordobeses, granadinos se establecieron en el Magreb, en regiones como Marruecos, Argelia, Túnez y Libia. Estas melodías andalusíes se fueron adaptando a la cultura norteafricana, en una evolución marcada por los avatares políticos de cada región. De esta manera en ciudades como Fez, Ifriqiya, Tlemcén o Constantina se fueron creando  escuelas de música andalusí, cuyos maestros transmitieron a sus discípulos más selectos, todo el saber de la música andalusí de forma oral. 


El repertorio andalusí lo componen las llamadas nubas o nawba, que son suites o piezas musicales de corte clásico, que siguen un solo modo musical y están compuestas de cinco movimientos o mizal, conteniendo cada uno tres ritmos diferentes.

El primero es instrumental a modo de obertura o bugya , al cual le siguen múltiples canciones encadenadas. La nuba (nawba) se interpreta según lo regulado en la tradición, tan sólo los Muwwal, que son cantos libres, donde el cantor puede expresar su creatividad.

El repertorio musical actual de Marruecos que conservan estas escuelas, lo compone, según la tradición de al-Ha´ik redactado hacia 1800, once nubas. En Argelia se conservan 13 nubas y en Túnez otras tantas.

En el caso que nos ocupa, en Argelia existen tres escuelas de tradición andalusí: El repertorio musical de Tlemcén se denomina Garnatí, el de Argel San´a y el de Constantina Ma´luf. 
Hoy en día todas las escuelas andalusíes en el Magreb, cuidan con sumo cariño y gran respeto, como el tesoro más grande, la tradición musical andalusí. Los músicos y los melómanos son los únicos que hoy en día realmente protegen este importante y frágil legado.

Uno de los últimos trabajos musicales de Eduardo Paniagua es este cd “Al-Mu´tamid de Sevilla”, de su sello Pneuma, PN 1420.
El disco fue grabado entre los años 2013 y 2017 en las ciudades de Constantina, Argelia y Madrid, España. Esta obra se realizó por encargo a Salim Ferghani, músico y laudista de tradición familiar de Constantina, Argelia y buen conocedor de este repertorio musical.

Eduardo ha registrado y documentado una interpretación musical sobre la base de un poema atribuido al poeta-rey de Sevilla del siglo XI.

Los músicos lograron transmitir el juego poético de la sensualidad, la ingenuidad y la alegría entre un joven príncipe (al-Mu´tamid) y un grupo de muchachas adolescentes, en un dialogo entre las estrofas e instrumentos musicales como el laúd, fhal (flauta) y viola.

Salim Fergani, visita Sevilla año 2002 
Me encantó la voz clara de Salim, potente y suave a la vez. Una voz que sabe esperar a los instrumentos, más grave o aguda según las estrofas, alargando las vocales con la intención necesaria. Es armoniosa, delicada, deja aire para saborear su cadencia.
Es una delicia el sonido limpio y armónico de los instrumentos, la pequeña flauta de caña, el laúd o ´ud al-´arbi, el rey de la música andalusí, cuyas cuerdas son tañidas por Salim y la viola que aporta un sonido característico a este ensemble, sin olvidar la tan necesaria percusión.    

La qasida* “Fluyeron mis lágrimas” es un largo poema compuesto por seis estrofas y una salida, donde el verso final indica la posible autoría de al-Mu´tamid, cuando dice: “Al-Mu´tamid desea la paz a los presentes, mientras dure el mundo y la bebida de la viña” … 
Salim Ferghani en Sevilla, 2002. Estuvimos paseando por el Alcázar de Sevilla y recitó un poema del rey junto a su columna. 

La historia de esta qasida me la imagino así:

Situamos la escena en Silves, en las afueras del castillo, quizá en una almunia. La ciudad había sido conquistada por la taifa de Sevilla alrededor del año 1052, cuando al-Mu´tamid era un adolescente de unos 13 años. Él fue enviado por su padre a Silves como gobernador, allí vivió sus años dorados, donde imperaban las fiestas y veladas poéticas, donde conoció el amor en todas sus expresiones, en aquella ciudad se sintió libre, lejos del control férreo de su temible padre, al-Mu´tadid. Conocidas son sus aventuras junto a su amigo Ibn ´Ammar y envuelto en leyenda se puede situar aquí, en Silves, su encuentro con Rumaikiyya.




En ese ambiente, podría haber sucedido que tuviera esta experiencia con un grupo de jóvenes, como relata el poema.

El joven Al-Mu´tamid había descubierto un grupo de muchachas, morenas unas y blancas otras, a cual más hermosa, que estaban cantando, tomando vino y disfrutando del momento. Él las observaba a cierta distancia y oculto tras unos árboles.

Ellas, en aquel jardín junto a un estanque, tocaban instrumentos mientras esbeltos coperos les iban llenando las copas de cristal del Irak. Ante tanta belleza,  el joven gobernador sentía su mente ofuscada y su alma extinguida.




A medida que el día fue pasando a la tarde-noche, ellas encendieron velas que iluminaban el hermoso y frondoso jardín, dibujando sombras que se contorneaban al ritmo de la melodía. Sus cantos se elevaban al tiempo que aumentaba la animación gracias al vino.

En un momento dado, se levantó una brisa, los árboles que ocultaban a al-Mu´tamid se movieron y él fue descubierto. Las muchachas, alteradas y contentas se acercaron a él, lo abrumaron tanto que, en un primer momento, no supo responder.

Ellas le propusieron un juego: si decía de forma correcta el significado de tres palabras, entonces ellas lo invitaban a pasar el resto de la velada juntos, entre la música y el vino.

El joven gobernador, algo intimidado por el carácter arrollador de las jóvenes, logró responder de forma satisfactoria para ellas, después de hacer como que dudaba, para alargar ese momento tan interesante, en el que se le juzgaba como si fuera un ignorante. El final feliz llegó cuando él disfrutó de la buena compañía, en aquel jardín atravesado por una acequia.

Las luz tenue de las velas, el susurro del agua, las fragancias de las flores del jardín que se esparcían con la brisa, los cuerpos sensuales de las jóvenes de piel suave, el delicado y fresco sabor del vino, la suave y rítmica melodía de la música hizo que el joven al-Mu´tamid se perdiera entre la sensibilidad de los sentidos y dando gracias a Dios por tanta belleza, amor y alegría.  


NOTA:

-  Nuba: suite o sesión musical oriental clásica, hoy en día en cinco movimientos
-  Qasida: poemas clásicos de verso largo y una sola rima.
 Zyriab: vivió entre los siglos VIII y IX, en Bagdad era discípulo de uno de los más grandes virtuosos de la música. Un día el califa Harun ar-Rashid se fijó en su laúd, en su forma de tocar y cantar, lo cual le causó una muy grata impresión, tanto que su despertó los celos de su maestro, quien temeroso de ser eclipsado, lo instó a abandonar la ciudad. Zyriab (el Mirlo Negro) inició su andadura que lo llevó primero a Ifriquiya y luego a la corte emiral de Córdoba. Bajo dos emires, al-Hakam I y abd ar-Rahman II después, Zyriab fundó la escuela musical andalusí, consolidó el sistema oriental musical, innovó tanto en los instrumentos, como en el canto y el baile.
- Ibn Bayya: nacido en Zaragoza en el siglo XI, murió en Fez en 1138. Fue uno de los más grandes sabios andalusíes, dominaba casi todas las facetas de las ciencias, como las matemáticas, la filosofía, astronomía, ciencias naturales, era músico, poeta y excelente laudista. Estudió la metafísica. A lo largo de su vida escribió varios tratados basados en la música, como los efectos terapéuticos de la música sobre el alma humana. A él le debemos la creación de la perfecta fusión (maziy) entre los cantos cristianos y los orientales. Se le considera el padre de la música andalusí.   


Eduardo Paniagua 


BIBLIOGRAFIA:

- Texto  contenido en el cd de Hichem Berderbal y Eduardo Paniagua
Música andalusí en el Magreb de Mahmud Guettat, Sevilla 1999
- Pasado y presente de la música andalusí de Manuela Cortés, Sevilla 1996

DISCO:
-  Pneuma PN 1420 “al-Mu´tamid de Sevilla” qasida “fluyeron mis lágrimas. Música andalusí de Constantina, Argelia. Salim Ferghani.


Salim Fergani, en el patio de las muñecas del palacio del rey don Pedro I en el recinto del Alcázar de Sevilla, visita a Sevilla año 2002