viernes, 14 de febrero de 2014

EL HAMMAM DE RONDA


HAMMAM DE RONDA

Un espacio para el aseo, la purificación y el ocio

Por Elisa Simon

sala fría de los baños de Ronda, Málaga
Los baños árabes de Ronda, en la provincia de Málaga, son uno de mejor conservados en la Península.  Durante el período andalusí existió un sinfín de ellos, tanto en las ciudades como en el medio rural, unos más modestos y otros espléndidos.  A medida que el Islam se fue extendiendo, los árabes fueron absorbiendo y desarrollando las técnicas propias de la cultura preexistente, en este caso las termas romanas, dispersas a lo largo del mar Mediterráneo.

sala templada de los baños de Ronda, Málaga 
El hammam es un baño de vapor de agua, de ahí que su estancia sea tan placentera. Las paredes y el suelo llevaban conductos, tubos de cerámica, por donde pasaba el agua que se calentaba en la zona de calderas alimentada con leña.  Era una sensación agradable pisar, con los pies descalzos, sobre el mármol o apoyar la espalda en las paredes tibias. 

Debemos imaginar el disfrute de los andalusíes en los baños a lo largo y ancho de todo el territorio de al-Andalus y el mar Mediterráneo. El hammam era un lugar de convivencia y común para las tres religiones, práctica habitual en al-Andalus y criticado por los alfaquíes tal como indica el tratado de Ibn Abdun:

“un musulmán no debe dar masaje ni a un judío ni a un cristiano”.

Otra interesante crítica de Ibn Abdún es: 

“… los bañeros, los masajistas y los barberos no deberán circular por la casa de baños sino con calzones y zaragüelles...”   


El poeta del siglo XI Ibn al-Mugallis escribió este poema acerca del ambiente en los baños:

“El hammam es un lugar en el que los hombres,
Reunidos, se parecen todos, ya sean criados,
Ya sean señores.
El hombre se codea con gente
Que no son sus amigos
Y su enemigo puede ser su compañero.”

En Ronda se sabe que existían al menos cuatro baños, sin embargo éste era el más grande, situado extramuros de la ciudad, en un barrio con callejuelas y pequeñas plazas con sus viviendas y talleres de artesanía, junto al arroyo de las Culebras y el río Guadalevín, con lo cual tenía asegurada el abastecimiento de agua. 

puente romano y antiguo acceso a Ronda andalusí
arroyo de las Culebras 



                                                                                                      






































El hammam de Ronda tiene la característica de haber sido construido junto a la puerta más importante de la ciudad amurallada y el puente romano.  Entre los siglos XIII y XIV Ronda pertenecía al reino nazarí y era uno de los pasos obligados hacia el Estrecho y el Magreb, por lo que el trajín de viajeros y tropas era considerable, de ahí probablemente el valor de este hammam, dispuesto en un lugar clave, con la idea de facilitar a los viajeros y soldados la posibilidad de un baño.

puente romano, acceso donde estaba la puerta y
los baños junto al arroyo.
La costumbre era que los hombres acudieran por las mañanas, mientras que las mujeres lo hacían por las tardes.  Los baños se empleaban con fines religiosos, como la purificación y   también jugaban una función social, como lugar de encuentro, de charla e incluso de negocio.
Ir al hammam supone seguir un ritual, que lleva su tiempo, atravesando una a una, sin prisa, las tres estancias cada cual con su función. Se accedía a un patio porticado con fuente en el centro, donde estaban las letrinas en un costado, había una zona de vestuario y sala de recepción (al-bait al-maslaj), luego se pasaba a la Sala fría (bait al-barid), que consistía en un rectángulo con pequeñas albercas con agua fría para reposar antes de proseguir hacia la sala templada (bait al-wastani). Finalmente disfrutar de la sala caliente (bait al-sajun) junto a la caldera. Como ven a medida que las salas se van alejando de la zona de la caldera, las salas se van enfriando.

letrinas de los baños
sala de recepción porticada 
sala templada de los baños

El ciego de Tudela, poeta del siglo XI, expresó así el contraste del calor y el frío:


“¡Cuánto fulgor y cuánto esplendor tiene nuestro hammam!
Al verlo, se diría que es cosa de magia.
Es un refugio que reúne el agua y el fuego,
Como el corazón que encierra alegría y tristeza.”
“Agua y al mismo tiempo fuego abrasador,
Como el sol mientras cae la lluvia.
En el suelo, un mármol blanquea
Como la nieve en el momento
En que empieza a fundirse.”

caldera del baño, situado junto a la sala caliente 
espacio por dónde se echaba leña para mantener el calor 

canalización para el abastecimiento de agua
El personal del hammam velaba no sólo por el buen funcionamiento del baño sino también por el bienestar de los clientes, a los que lavaban y  frotaban con fuerza con una esponja, para quitar la piel muerta. Después disfrutaban del deleite de un masaje reponedor con aceite de romero.

Las mujeres se depilaban empleando algo parecido al caramelo, que es una mezcla de azúcar con agua, se aplicaba sobre la piel en caliente para luego tirar extrayendo el vello con la raíz. Periódicamente se tintaban el pelo con henna y se perfilaban las cejas o se hacían la manicura. Para ellas suponía pasar una tarde con amigas, vecinas y familia en un entorno donde podían moverse con total libertad.  

Aunque parece no ser el caso de Ronda, es interesante señalar que, las descripciones de los baños abundan en la poesía. Las menciones a estatuas de figuras humanas de origen romano o bien, pinturas murales con escenas báquicas o mosaicos romanos con figuras de peces. En Sevilla, por ejemplo, era famoso el hammam Sattara por una escultura romana de mujer.  

Ibn Shuhayd, poeta también del siglo XI lo describe así:



Espero que este breve artículo les haya gustado, el video a continuación está realizado específicamente sobre el baño árabe de Ronda por Turismo de Ronda y subido a youtube en el año 2009. En él pueden ver con todo detalle el funcionamiento técnico de los baños y cómo y por dónde circulaba el agua.




BIBLIOGRAFÍA: 

- Sevilla a comienzos del siglo XII. Tratado de Ibn Abdun traducido por Emilio García Gómez y E. Lévi-Provençal. Biblioteca de temas sevillanos.
- Esplendor de al-Andalus. Henri Pérès, traducción de Mercedes García-Arenal. Libros Hiperión. 
-  http://www.turismoderonda.es/catalogo/esp/baniosarabes.htm pinche aquí 




viernes, 7 de febrero de 2014

GENIZAH DE EL CAIRO

Genizah de El Cairo

La ley judía dice que no se puede destruir ningún escrito que contenga el nombre de Dios. 



Con esta premisa, todos los documentos, libros y manuscritos deben ser conservados,  habitualmente en las sinagogas, bien en una biblioteca o espacio similar.  De cuando en cuando los rabinos, entierran u ocultan estos escritos y libros en un lugar llamado Genizah, que significa esconder o poner aparte en lengua hebrea.



En 1896 las hermanas Lewis-Gibson regresaron a Cambridge después de un viaje por Oriente Medio. En el Cairo (al-Fustat) habían comprado una serie de manuscritos en hebreo en una tienda. Las hermanas se los mostraron al director de la Universidad de Cambridge, Salomón Schechter, quien se sorprendió al constatar que se trataba de legajos del siglo II antes de Cristo.

Schechter contactó con un amigo de Oxfort que llevaba una librería. Este amigo casualmente también había recibido unos manuscritos de la misma época. Ambos se pusieron a investigar, las huellas los llevaron hasta al-Fustat y más concretamente a la sinagoga de Ben Ezra.

interior de la sinagoga de Ben Ezra en el Cairo

exterior de la sinagoga Ben Ezra 

Schechter decidió entonces viajar hasta Egipto para visitar la sinagoga, buscó en la sinagoga de Ben Erza el lugar dónde estaría ocultados los legajos ancestrales. Su tesón lo llevó por buen camino. Los encontró en lo más profundo y oculto del edificio, en un agujero de la pared.


¡Había hallado la Genizah!


Schechter estudiando los legajos hallados 

Aquel descubrimiento causó una revolución en el mundo judío. Los rabinos, estudiosos e investigadores debieron volver a escribir parte de la historia medieval de los judíos en el mediterráneo, debido a la cantidad de información que había aparecido en la Genizah.


documentos hallados en la Genizah


Lo más sorprendente es que los judíos del Cairo decidieron no tirar ningún papel, guardara o no el nombre de Dios. De momento 250.000 fragmentos de manuscritos componen el monumental archivo de la Genizah.
Es el mejor archivo para conocer la vida de los judíos en Egipto desde el siglo IX hasta el XIX, pero no solo eso, sino que se encontraron cartas, libros, documentos sobre la vida de los judíos en ciudades como Bagdad, Damasco, Alepo. Cartas de los comerciantes, cartas de los nasí de distintos países, cartas personales, testamentos, documentos de casamientos y divorcios, relatos en primera persona sobre las primeras cruzadas. Actualmente, estos manuscritos están en el bilbioteca de la Universidad de Cambrigde donde se están terminando de digitalizar. 

documento digitalizado de la Genizah de El Cairo

Por Elisa Simon 


FUENTE:   página facebook Genizah Research Unit  pinchar aquí
                página facebook Letters from Sefarad   pinchar aquí    

                       Jewish Encyclopedia.com pinche aquí

                        Cambridge University Library pinche aquí

martes, 4 de febrero de 2014

CARTA AL REY AL-MU´TAMID


Carta al rey al-Mu´tamid 

Un homenaje personal, en forma de carta, al que fuera último rey taifa de Sevilla.   



En el 2010 la Asociación Amigos del Legado Andalusí, de la cual soy miembro, realizó un viaje a Marruecos para rendir homenaje al rey al-Mu´tamid en la ciudad de Aghmat, donde se encuentra su mausoleo.  
Una mañana fría de Febrero partimos, llenos de ilusión hacia Algeciras, el ferry atravesó el Estrecho, como lo hicieran aquellas galeras, que llevaron al rey y su familia hacia el exilio en el 1091. Desde Tánger viajamos hacia Meknés, igual que lo hiciera al-Mu´tamid en situación mucho más penosa. Después de recorrer varios lugares hermosos, nos alojamos en Marraquech, cerca de Aghmat. 
Se trata de una pequeña localidad, situada a 30km al sur de Marraquech junto al río Ourika, en el linde del Gran Atlas. Aquella mañana llovía a cántaros, el viaje en autobús por aquella carretera sinuosa nos dio más de un susto. Llegamos a Aghmat y mi corazón comenzó a latir con fuerza. Ya estaba ahí, ya había llegado y pronto podría ofrecer al rey la cajita de madera labrada, que contenía tierra del alcázar, que había recogido unos días antes en el jardín junto a su columna. 




El homenaje de la Asociación de Amigos del Legado Andalusí de Sevilla, consistió en el recitado de una selección de sus poemas, entonamos una linda canción y leí esta carta personal que escribí para la ocasión:




Mi rey al-Mu´tamid, a medida que se acercaba la fecha para venir a rendirte homenaje mi inspiración se esfumaba. Te había escrito unas cuantas páginas, pero las he descartado todas. No tengo palabras para expresar mi admiración hacia tu persona. Mi mano no puede describir el cariño que siento por ti, majestad.
Procedo de tierras lejanas allende el mar de las Tinieblas. El destino me trajo a Sevilla, donde te conocí.
Los muros ocultos de Qasr al-Mubarak me contaron de ti, el  sahn de la mezquita de Ibn al-Adabbas te recuerda con cariño, el wadi el-kebir, sigue majestuoso su curso y aún te llora, ax-Xaraf sigue presumiendo de herencia de grandeza y la cúpula de al-Turayya se impone en el horizonte.

Tengo la suerte de haberte conocido, gracias a tu inagotable generosidad hacia tus amigos, poetas,  músicos y cortesanos, pero también he conocido tu rectitud y firmeza frente a los villanos y la injusticia.
Tu grandeza refleja, la gloria que te envolvía y el honor de los Banu Abbad. Te conocí gracias a tus actitudes heroicas frente a las vicisitudes de la vida que te tocó vivir.
Te conocí a través de la pasión que sentías por los que amaste con locura y seguramente aún amas.

Te conocí en Silves, donde encontraste tus dos grandes amores, Ibn Ammar y Rumaikiyya (Itimad) 

Conocí a la Gran Señora de Sevilla (Itimad), gracias a tus versos que describen su mirada, su magia, su encanto, su fragancia, su amor por tus hijos y su pasión por ti.

Gracias a ti, conocí a Ibn Ammar entre los muros rojizos del palacio de las Varandas de Silves, donde aún parece escucharse las risas festivas entre copas de cristal.

Te conocí por la amargura de tus lágrimas derramadas por tus hijos muertos. Pienso que no hay dolor igual.

Te conocí a través de tu sensibilidad y la pasión de tus palabras, para trazar poemas que enciende el corazón del más impasible. 

Conocí tu sensualidad envuelta en delicadas sedas finas, en el sabor del vino fresco, en el retozar con blancas gacelas, en el balanceo de una barca en un recodo del río, en el calor de las estrellas y la sonrisa de la luna, en el reflejo de un brazalete curvo. 

Te conocí, majestad, y te llevo conmigo como el andalusí que me enseñó su reino, eres historia viva en cada rincón de al-Andalus.

Te conocí con la música, en el sonido dulce y suave de un laúd que habla de amor, una flauta cuya melodía huele a azahar y el frescor de una canción.

Mi rey al-Mu´tamid, el tiempo, la historia te ha dado un lugar privilegiado en el firmamento andalusí, donde brillas con luz propia entre las constelaciones de las Pléyades y Orión.

Quiero que sepas, majestad, que tu espíritu, tu esencia, tu recuerdo y tu historia, siguen vivas en al-Andalus, en Sevilla. 

Como dijo un andalusí ilustre, “el rey no ha muerto, duerme aún…”

Por Elisa Simon 


Esta carta esta relacionada con el artículo "Cautiverio del rey al-Mu´tamid en Aghmat, para verlo pulse aquí

     

sábado, 1 de febrero de 2014

La huella andalusí de Niebla

 Labla al-Hambra 

La huella andalusí de Niebla






Llegamos a Niebla, justo al día siguiente de haber finalizado la Feria Medieval en el mes de Noviembre. Del 31 de Octubre al 3 de Noviembre, la ciudad revivió su época andalusí y medieval recreando la artesanía, gastronomía, música, etc. Habían transcurrido días de diversión con afluencia de muchos visitantes, por lo que comprendimos, el merecido descanso del lunes de nuestra primera visita.




Cámaras en mano nos adentramos en el trazado medieval y nos dejamos sorprender por los tesoros que alberga Niebla. El castillo, sus murallas con cinco puertas, Iglesias que fueron mezquitas, pero vamos por partes: 
La ciudad es una joya medieval en el oeste de Andalucía, situada en una llanura del suroeste de la provincia de Huelva, se levantó sobre un promontorio rodeado en parte por el río Tinto.
A lo largo de los siglos, contó con una población estable dedicada a la minería, agricultura y ganadería. En la Edad del Cobre, Bronce y Hierro, tartesos, fenicios y romanos, habitaron en este importante enclave, dejando visibles huellas y vestigios.  


Entre los siglos VIII y XIII Labla (nombre de Niebla andalusí) fue capital de la cora (distrito), que abarcaba desde Campo de Tejada hasta Huelva y Gibraleón, protegida por murallas rojizas, de ahí el nombre de Hambra, con fuertes torres cuadradas, puertas que se cerraban por la noche y la imponente alcazaba en uno de sus ángulos, convirtió a Niebla en una ciudad inexpugnable.




Su río llamado Tinto, por el color rojizo producido los  minerales, que contienen sulfuros de metales (hierro), llegaba hasta las mismas puertas de la ciudad, contando así con un puerto fluvial. Intramuros, la medina se desarrolló a partir del trazado romano de la antigua villae Ilípula.


En los alrededores de Labla al-Hambrá,  se hallaban alquerías que proveían de verduras, frutas y hortalizas a la ciudad, siendo la vid uno de los cultivos más extensos. Junto a la cuenca del río Tinto se seguía desarrollando la extracción de metales como el cobre y bronce, para convertirlos en obras de arte tales como candelabros, candiles, aguamaniles y estatuillas, muy apreciados en las casas andalusíes. Una de las actividades más importantes de Labla fue el teñido de telas para lo cual se empleaba el azófar (cobre y cinc), aceche y caparrosa. El cielo de Labla pertenecía a los halcones, de los mejores y más apreciados de al-Andalus, los maestros halconeros de Niebla estaban al servicio de los gobernantes andalusíes.


castillo de Niebla, con barbaca. 
Los geógrafos andalusíes la describieron así:    

El geógrafo al-Idrissi la describió: “Niebla es una villa antigua, consta de mediana extensión y ceñida por fuertes murallas. Al Oriente corre un río que viene de las montañas y que pasa muy cerca de ella bajo un puente. Se hace en Niebla bastante comercio y hay algunas producciones útiles … De Niebla al Océano hay seis millas. Allí está un brazo de mar, y sobre él la villa de Huelva, poco considerable, pero bien poblada; ceñida por muralla de piedra, provista de bazares en los que se hace negocio y se ejercitan en diversos oficios. Cerca de la ciudad está la isla Saltis, que está rodeada por todas partes por el mar. … Esta isla tiene poco más de una milla de longitud y la villa está situada al mediodía. Allí hay un brazo de mar que coincide con la desembocadura del río de Niebla … En cuanto a la villa de Saltis, no está rodead de murallas ni tienen puerta alguna. Las casas están reunidas y hay un mercado. Se trabaja el hierro, industria que se rechaza en otras partes, porque es muy penosa, pero que es muy común en los puertos de mar, en los lugares donde amarran los grandes y pesados barcos de transporte. Los mayus se han apoderado en varias ocasiones de esta isla, y los habitantes, cada vez que oían decir que venían los normandos, abandonaban la isla precipitadamente.”

Iglesia Sta. Ma. de la Granada, antigua mezquita aljama, patio de abluciones

Otro geógrafo al-Himyari: “ciudad antigua, con vestigios antiguos, solidas murallas descansando sobre cuatro figuras esculpidas y un puente en las proximidades sobre el río Tinto”
Al-Udri geógrafo del siglo XI: “La cora de Niebla tienen abundantes bendiciones que le aportan toda clase de beneficios. Abunda en terrenos llanos y su cártamo es excelente. Entre sus particularidades se encuentran las magníficas pieles teñidas de rojo con un curtido especial que imita al que se elabora en Taif. En sus tierras de labor hay toda clase de productos así como animales. Estos factores recompensan a los que allí habitan por sus beneficios y sus buenas cosechas. En Niebla se encuentran productos del mar, por su proximidad al océano, y de la tierra. Sus uvas son exclusivas del lugar, no se encuentran otras parecidas.”

Iglesia de San Martín, puerta mudéjar en ladrillo

El geógrafo del siglo XI nacido en Huelva, al-Bakri: “Niebla reúne en sí las ventajas de otras coras, pues es rica en olivares, higueras y variedad de frutales. Produce excelente carmín de excelente calidad y flores de alazor; pero lo más notable son sus cueros teñidos de rojo, magníficamente curtidos … Es, finalmente, Niebla a un tiempo llana y montuosa, continental y marítima.”


paño de muralla con la puerta de Sevilla, protegida por torre cuadrada, se distinguen las demás torres de la muralla andalusí 
A partir del siglo VIII se asentó en Niebla el yund (contingente) yemení, iniciando la formación de una medina, que a lo largo de los siglos se desarrolló hasta alcanzar su aspecto actual. Durante el emirato de Abd ar-Rahman I, constituyó uno de los focos rebeldes contra el poder central, bajo el líder Sa´id al-Yahsubí. En el 844 sufrió, al igual que otras ciudades, el ataque de los mayus (vikingos). Hasta el 916 Niebla no se sometió al  califa de Córdoba  Abd ar-Rahman III.
A partir de ahí, la medina se fue extendiendo, con la construcción de la mezquita aljama, reutilizando un templo visigodo, hammam y zocos fueron dando servicio a la población. La alcazaba se levantó en el ángulo norte de la ciudad, donde vivía el gobernador, sin embargo Labla aún no se había convertido en la fortaleza infranqueable de los siglos XII y XIII.

puerta del Buey, con ingreso en recodo, arco de herradura dentro de alfiz esbelto   
A raíz de la descomposición del califato cordobés, se alzó en Niebla, Ahmad ibn Yahya al-Yahsubí (1023-34 a 1041-42), miembro de una de las familias más importantes de la ciudad,  que se ocupó de la seguridad y bienestar de su gente, formando un principado taifa. Bajo su mandato, la ciudad vivió un período de paz y prosperidad. Se inició con este personaje la dinastía de tres generaciones de los banu Yahsubíes (1), que culminó con la anexión de Niebla a la poderosa taifa sevillana bajo los banu Abbad en el 1053-54. El señor de Sevilla, al-Mu´tadid era un hombre ambicioso y su codicia le llevó a emplear la fuerza y violencia para obtener para sí las pequeñas taifas colindantes a Sevilla.
Después del año 1090, bajo el dominio de los almorávides, Labla fue gobernada por Yusuf al-Bitruyi. Es probable que en el siglo XII la muralla se reforzara empleando tapial y reutilizando las piedras de la defensa romana. Por el lado sur y el este, gozaba de la defensa natural de su río Tinto, por lo que en esa zona no necesitó la construcción de tantas torres, mientras que el lado opuesto, no solo se encontraba la alcazaba sino también un gran número de torres cuadradas.   

Durante el gobierno almorávide surgió en al-Andalus un movimiento sufí atendiendo  la demanda social, que buscaba respuestas y consuelo en los maestros de la mística. En la zona de Niebla, gran parte de la población se unió al sufí Ibn Qasi.
Abu l-Qasim Ahmad b. al-Husayn b. Qasi nacido en Silves, de origen muladí, fue un líder sufí fundador del movimiento de los Muridin. Se sabe que uno de sus maestros fue Ibn Jalil de Niebla, de hecho parece ser que la ciudad contaba con una zawiya, donde los  maestros, como Ibn Jalil o Jalaf al-Sakuni, iniciaban a sus discípulos. Ibn Qasi en un momento de su vida decidió abandonar su trabajo, repartió sus bienes entre los más necesitados y construyó un ribat en las afueras de Silves. En aquel ribat se reunieron sus seguidores, llamados “muridin” (novicios). Ibn Qasi, se alzó contra el poder almorávide, logró tomar Mértola en 1144, estableció allí su baluarte, desde donde extendió su poder por casi todo gharb al-Andalus. Mientras esto estaba ocurriendo aquí, en el Magreb se constituía un nuevo movimiento, los Almohades (almuwahhidun – los que reconocen la unidad de Dios) 
Ibn Qasi acudió a ellos en busca de ayuda, contribuyendo así a su llegada a la Península a partir del año 1145. La ciudad de Niebla que apoyó la causa de Ibn Qasi abrió las puertas a los Almohades. Sin embargo, poco después de su asentamiento en al-Andalus, las buenas relaciones se truncaron y nuevamente surgieron voces de sedición. Niebla fue una de las ciudades que se levantaron contra los recién llegados magrebíes. La respuesta almohade fue contundente en forma de masacre ocurrida en 1154, donde incluso el señor de Niebla sufrió un intento de asesinato. A raíz de de estos hechos, el contingente almohade fue expulsado de la ciudad. La desmedida violencia empleada fue reprobada por el emir almohade Abd al-Mu´min, el cual hizo regresar al ejército y envió uno nuevo al frente de Yusuf ibn Sulayman.  

Los años siguientes a 1155 fueron para Niebla de prosperidad y estabilidad hasta principios del siglo XIII, a lo largo de los cuales se realizaron trabajos de embellecimiento y mejoras de la mezquita aljama, la alcazaba y murallas con sus puertas. Después de la derrota en las Navas de Tolosa en 1212, comenzó el final del período almohade, el imperio se fragmentó en pequeños principados. En Niebla gobernó Shuayb Ibn Muhammad Ibn Mahfuz, desde 1234 hasta 1262, el cual comenzó siendo señor de Niebla y terminó dominando un territorio que abarcaba desde la desembocadura del Guadalquivir hasta el cabo San Vicente y Sierra Morena.

castillo de Niebla, antigua alcazaba de Ibn Mahfuz 
Hacia 1253 Ibn Mahfuz firmó un acuerdo con el rey de Castilla Alfonso X, convirtiéndose en su vasallo. De esta manera el rey castellano frenó el avance portugués y obtuvo ingresos por tributos. Este pacto fue roto por Alfonso X cuando decidió que ya no le hacía falta Ibn Mahfuz y fue a la conquista de Niebla, sitiando la ciudad durante nueve largos meses. No fue tarea fácil, los castellanos estuvieron a punto de abandonar debido, entre otros motivos, a una plaga de moscas en su campamento y lo inexpugnable de la ciudad, no había forma de entrar en ella.
En lo más crudo del asedio, Ibn Mahfuz haciendo una demostración de fuerza, mandó salir por una de las puertas de la ciudad a un buey bien cebado, con la idea de desmoralizar a los sitiadores. Desde entonces, dicha puerta recibió el nombre de “puerta del buey”.

puerta del Buey, decorada con tres arcos polilobulados

Las crónicas cristianas cuentan que “desde las murallas los sitiados se defendieron tirando piedras y dardos con artificios y tiros de trueno con fuego” lo cual indica que en el sitio de Niebla se empleó la pólvora con fines bélicos en la Península por primera vez.
A finales de Febrero de 1262, las fuerzas de la población e Ibn Mahfuz  ya no pudieron aguantar el hambre y las enfermedades y el señor de Labla aceptó la rendición.  A partir de ese momento Niebla pasó a formar parte del reino de Castilla. Ibn Mahfuz residió en Sevilla hasta su muerte. La ciudad fue entregada a los Guzmanes. Pero esa ya es otra historia …
Así culmina nuestro paseo por la intensa historia de Niebla en época andalusí. Espero que les haya gustado, el video adjunto a este artículo les mostrará los monumentos más importantes.

Por Elisa Simon


AGRADECIMIENTO: Agradecemos al señor Manuel Pérez Bernal, jefe de prensa del Excmo. Ayuntamiento de Niebla, por su buena disposición y colaboración para facilitarnos material de consulta y sobre todo el acceso a la Iglesia. Disfrutamos de un interesante paseo y nos invitó a una agradable conversación con un rico café.


NOTA:   la dinastía de los banu Yahsubíes
1-      Ahmad b. Yahya Tay al-Dawla (1023-34 al 1041-42) inició la dinastía
2-      Muhammad b. Yahya ´Izz al-Dawla (1041-42 al 1051-52) hermano de Ahmad, exiliado en Córdoba
3-      Fath b. Jalaf b. Yahya Nasir al-Dawla (1051-52 al 1053-54) sobrino de Muhammad, exiliado también en Córdoba

 BIBLIOGRAFIA:

-          Historia de España de Menéndez Pidal, tomo VIII-2 retroceso territorial   de al-Andalus
-   
-          Historia de España de Menéndez Pidal, tomo VIII-1 reinos de taifas
-          Los reinos de taifas y las invasiones magrebíes. María Jesús Viguera       Molíns. Colecciones MAPFRE
-      Reinos de taifas. Fragmentación política y esplendor cultural. Pierre      Guichard y Bruna Soravia. Editorial Sarriá.
-    Itinerario cultural de “almorávides y almohades”. Fundación Legado    Andalusí, edición 2003. 
-        Revista de las fiestas de Niebla, año 2012. Artículos:
 Presencia de maestros del sufismo en Niebla por Juan Carlos Cavero
 Conquista de Niebla por Alfonso X, Alejandro García Sanjuan  Universidad de Huelva

 ENLACES DE INTERNET relacionados con Niebla andalusí: 

- http://castelodepaderne.blogspot.com.es/2012/01/ibn-qasi-e-os-comecos-de-portugal.html

- http://eldivandenur.blogspot.com.es/2013/11/niebla-andalusi.html

- http://cosasdeniebla.blogspot.com.es/

- http://miniebla.blogspot.com.es/2011/05/cronicas-de-un-ignorante-v-ibn-mahfuz.html