martes, 18 de junio de 2013

LA DEFENSA Y EL AGUA PARA SEVILLA - Alcalá de Guadaira

La defensa y el agua para Sevilla- Alcalá de Guadaira

Por Elisa Simon

Los invito a la localidad sevillana de Alcalá de Guadaira, donde esta primavera ha reabierto las puertas su imponente alcazaba que había permanecido cerrada durante unos 9 años para los necesarios trabajos de restauración e investigación arqueológica. Además se ha creado un centro de interpretación del castillo, situado en la zona de la villa junto a la Iglesia Ntra. Sra. Del Águila.  
Este artículo viene acompañado de un video y fotos para ilustrar el escrito. Así que sin más dilación, comencemos haciendo una breve introducción. 






INTRODUCCION

En dirección a Málaga, a unos 16 km de la capital, se encuentra Alcalá de Guadaira. Su silueta se dibuja sobre un alcor a unos 48 metros sobre el nivel del mar. ¿Qué es un alcor? Se trata de una suave elevación del terreno en la zona de llanura entre los alcores y el río Guadalquivir.  Estos alcores se formaron en época terciaria, cuando toda la zona estaba cubierta por agua de mar. Con el paso de los miles de años, dichas aguas se fueron retirando dando paso a la tierra que se fue plegando formando una serie de suaves elevaciones, como una especie de columna vertebral a lo largo de la llanura. Poblaciones como Viso del Alcor o Mairena del Alcor, así como Carmona y por supuesta Alcalá de Guadaira son buenos ejemplos. 


La piedra y la tierra de esta zona guardan unas características muy especiales, porque contienen minerales y fósiles marinos, se trata de calcoarenitas, es decir, piedra caliza con restos fósiles. La porosidad de esta tierra permite la filtración del agua. Esta piedra y tierra siempre fue apreciada y se utiliza hasta hoy día para material de construcción.  
Para terminar de dibujar un cuadro general de Alcalá, debemos mencionar su río, el Guadaira.  Este afluente del Guadalquivir abraza la ciudad vieja casi por completo, convirtiendo la zona más elevada en casi inexpugnable. Pero por si eso fuera poco, la zona de Alcalá cuenta con un sinfín de manantiales y fuentes subterráneas, que dan aún más riqueza a la zona. Dichas aguas subterráneas fueron aprovechadas para abastecer de agua no sólo a la villa sino a la capital, Sevilla.

La defensa para Sevilla

En tiempos andalusíes Alcalá, se llamaba Qal´at Yabir, de donde proviene el nombre actual de Alcalá. Qal´at Yabir era cabeza de iqlim (distrito) de al-Sahl (llanura) compuesta por alquerías cuyos habitantes se dedicaban a la agricultura. No olvidemos que la agricultura suponía un importante ingreso en las arcas estatales por impuestos. Por aquel entonces, Qal´at Yabir abarcaba lo que hoy se denomina la zona de la villa y el arrabal, además de la alcazaba, donde vivía el gobernador. Es decir la localidad estaba situada en la parte más elevada del alcor, casi rodeada por su río y protegido su lado sur por un foso profundo. La muralla que rodeaba la villa contaba con cuatro puertas.


 Sabemos de la existencia de las siguientes:
Bab-Qal´at, que comunicaba el castillo y la campiña
Bab-Isbiliya, en el camino hacia la Sevilla
Una tercera en la muralla del Arrabal, que comunicaba la villa mediante un puente romano con el iqlim al-Sahl.
Bab al-Ramla, puerta del Arenal o puerta de la Barqueta. Situada frente al muelle de barcas que unía el Arrabal con el camino de la retama.



La villa, zona junto a la alcazaba y protegida por la muralla, compuesta por calles estrechas, adarves y callejones tortuosos, no estaban pavimentadas, sino que eran calles de tierra. Dicha tierra no era otra que el albero, tierra extraída de las canteras de la zona, mezcladas con cal y agua. Formaba así una superficie dura. Tenía el inconveniente que levantaba mucho polvo en verano y en época de lluvia se producían grandes surcos y socavones, con lo que casi cada año debían renovar el albero. Entre estas calles habitaban la población en viviendas sencillas, normalmente de una sola planta, con un patio central. Muchas de ellas contaban con un establo y un pequeño huerto. En cuanto al saneamiento, éste discurría por cunetas que corrían hacia el río. Disponían también de letrinas y pozos negros que se limpiaban habitualmente.
En el centro de la villa se alzaba la mezquita, a su lado el mercado y el hammam.
Los habitantes trabajaban fundamentalmente en la agricultura. Les gustaba disfrutar de su entorno junto al río, donde se podía pescar pejerreyes, lampreas, sábalos o barbos. A los lugareños les gustaba retozar en su orilla a la sombra de la rica vegetación con la que contaba donde abundaban ranas y sapos pero también culebras y lagartijas, una delicia para el juego de los niños.
Junto a la villa y el Arrabal en la parte más elevada se encuentra la alcazaba o castillo de Alcalá, que vivió distintos momentos históricos en la época andalusí. 
Pero, vamos a acercarnos un poco más a la alcazaba….


   
LA DEFENSA PARA SEVILLA
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Por Alcalá pasaba la vía romana, que seguía siendo muy útil en tiempos andalusíes. Por lo que la localidad formaba parte de esa importante red de comunicaciones.
Alcalá de Guadaira se encontraba dentro de una red de comunicación importante y además   servía de punto estratégico de defensa ante cualquier ataque por el sur o sureste. A lo largo del emirato Qal´at Yabir fue escenario de algunas de las sublevaciones surgidas en al-Andalus en contra del poder central cordobés. Durante los primeros años de al-Andalus, los emires Omeya, tuvieron que esforzarse hasta consolidar el estado islámico de la Península.
De esta manera, Qal´at Yabir se vio inmensa en una rebelión o sublevación contra el poder central cordobés. Dicha sublevación estaba encabezada por al-Alá b. Mugiz al-Yahsubí. El rebelde encuentra muchos adeptos y llega hasta Sevilla. En ese momento el emir omeya envía a Sevilla sus tropas. Al mismo tiempo más y más seguidores se unen a la causa rebelde, encabezados por Gayyat b. Alqama, quien llegó hasta Qal´at Yabir. Las tropas cordobesas se encontraron con este gran grupo de sublevados, los cuales fueron disueltos regresando cada uno a su lugar de origen. Sin perder tiempo, los cordobeses fueron en busca de Ibn Mugiz que se encontraba camino de Carmona.
Unos años más tarde, en el 766, otro sublevado Sa´id al-Yahsubí al-Matari, había partido desde Niebla para llegar a Sevilla, donde se vuelve a unir Gayyat b. Alqama. Al final estos rebeldes son derrotados por las tropas de los omeyas. Y así se sucedieron revueltas hasta que ab dar-Rahman III logró traer la paz y la cohesión a al-Andalus.
Durante la fitna o guerra civil y la creación de los reinos de taifa Qal´at Yabir vivió la lucha entre el hammudí Yahyá b. Alí b. Hammud quien se había hecho fuerte en el castillo de Alcalá. En Sevilla, gobernaba el qadí Ibn Abbad, éste envió a su hijo para que combatiera al hammudí, finalmente ésta lucha de poder acabó con la vida del hijo de Ibn Abbad. Años más tarde, es muy posible que la fortaleza se reforzara bajo la dinastía de los abbadíes (1023-1091) con el fin de proteger Sevilla frente a los reinos bereberes de Granada y Málaga.
No se han encontrado intervenciones almorávides en Qal´at Yabir y su alcazaba. Debemos esperar hasta la llegada de los almohades. Ellos fueron los grandes protagonistas, ampliaron  y dieron esplendor al castillo de Alcalá, además de aprovechar las riquezas naturales y mejorar las infraestructuras hidráulicas.
Comencemos el recorrido de la alcazaba de Qal´at Yabir, observando el mapa de situación:



Se divide en dos partes principales: la villa y la alcazaba, además una zona exterior o arrabal. Fundamentalmente el castillo o alcazaba guarda restos almohades, si bien después de la conquista cristiana la alcazaba fue modificada a lo largo de los siglos XIV, XV y siguientes.  

Accedemos al castillo por la puerta Real del siglo XV, una serie de torres flanquean un pasillo que dan paso al primer gran patio o Patio de la Sima. Se llama así por la presencia de una gran fosa o sima en su sector sudoriental. Se desconoce la función de la Sima, que bien pudo servir de pozo en época andalusí. Este patio parece ser que no formaba parte del recinto de la alcazaba sino a la zona de la villa. Por lo que el hammam almohade servía a la población de la villa.
En el siglo XV es cuando se hace una gran reforma y se integra el patio dentro del castillo.
Centrándonos un poquito en el hammam, podemos distinguir perfectamente las distintas zonas. 


Desde el patio porticado, donde sólo quedan huellas de las columnas, y luego el terreno va descendiendo desde la sala de recepción, sala fría, templada y caliente. Según los trabajos arqueológicos parece que hubiera habido una serie de viviendas y almacenamiento en época almohade.



Un muro con torres y puertas en recodo separan el patio de la Sima de otro patio denominado Patio de los Silos, llamado así por la presencia soterrada de al menos tres grandes depósitos de grano o silos, excavados en la roca. El trazado de este patio es almohade.  


Al fondo del patio de los Silos se encuentra el alcázar real fechado hacia el siglo XV, donde vivió Leonor de Guzmán, concubina de Alfonso XI. Pero esta es otra historia… desde el alcázar real se accede a la torre del Homenaje del siglo XIV y a la puerta de la Traición, que daba acceso a la barbacana y las corachas. 

En este castillo podemos observar el sistema de fortificación andalusí, tales como la barbacana, puertas en recodo, torres albarranas, la coracha, matacanes sobre las puertas, la construcción de fosos secos. Pero vamos por partes:

La BARBACANA es la definición de un tipo de fortificación de origen bizantino. Se trata de una antemuralla baja con o sin torres, que rodea parcial o totalmente la muralla principal de un castillo o una ciudad. Entre ambos muros se forma un foso o cárcava. Este espacio entre ambas murallas se llama barbacana o camino de ronda. Dicho término se extendió también a la antemuralla. La barbacana impide al enemigo el ataque directo a la muralla principal. En al-Andalus, no se empleaba la palabra barbacana, sino la árabe sitara, cuyo significado general es todo “lo que encubre u oculto, el obstáculo interpuesto delante de algo.”  


PUERTAS EN RECODO: Sistema defensivo para impedir el acceso al enemigo, quebrando la entrada hacia un lado u otro, dejando al enemigo encerrado. Es decir, la intensión era dificultar la entrada al enemigo que había conseguido forzar la puerta principal exterior, permitiendo batirle en los recodos de la puerta.


TORRES ALBARRANAS: Es una de las mejores aportaciones almohades. Se trata de una torre poligonal, situada fuera del recinto amurallado, exenta del mismo, para impedir la aproximación del enemigo. Solía estar, sin embargo, comunicada con la muralla mediante un arco o un puente. Se situaba en lugares más vulnerables de las ciudades o castillos. En caso de que la torre fuera invadida, el puente o arco podría ser destruido con facilidad dejando al enemigo encerrado en la torre.

CORACHA:
Este es un término aún muy discutido entre los expertos, pero quedó bastante aclarado gracias a  Leopoldo Torres Balbás: “Se trata de un muro o espolón que, arrancando de la cerca urbana, avanzaba hasta una torre situada junto a la toma de agua (río, pozo o mar) – torre albarrana – con otras torres intermedias en ocasiones, que permitía a los sitiados proveerse a cubierto de tan principal elemento en caso de asedio”.
Es decir, se denomina coracha al muro que arranca perpendicular a la muralla principal que busca asegurar el suministro de agua en caso de asedio. Dicha coracha llegaba hasta el río donde una torre albarrana protegía no sólo dicho suministro sino que servía de baluarte defensivo para la ciudad o castillo. En el caso de Alcalá queda bastante claro, si bien la coracha fue rota en época cristiana para abrir el arquillo de San Miguel.


Hasta aquí llegó la visita del castillo de Alcalá de Guadaira. Espero les haya gustado. En el próximo artículo seguiremos en Alcalá, para visitar la ribera del Guadaira y algunos de sus molinos.


BIBLIOGRAFIA:

-          Alcalá de Guadaira en la Edad Media. Joaquín González Moreno
-          Alcalá de Guadaira en la alta edad media: Historia de Qal´at Yabir. Profesor Rafael Valencia. Universidad de Sevilla
-          Textos y selección de Imágenes de Florentino Pozo Blazquez. Capítulo IV. Ed. Consejería Obras Públicas.
-          Basilio Pavón Maldonado “corachas hispano-musulmanas. Ensayo semántico arqueológico” al-Qantara VII:1/2 (1986) pag. 331
-          Leopoldo Torres Balbás -  “Barbacanas”. Revista al-Andalus XVI:2 (1951) pag.454
                                               “Las puertas en recodo en la arquitectura militar hispano-musulmana”. Revista al-Andalus XXV:2 (1960) pag. 419
                                               “Crónica arqueológica de la España musulmana”VIII.
Revista al-Andalus VI:1 (1941) pag. 157. Dentro de este artículo hay varios, entre ellos: “dos obras de arquitectura almohade: mezquita de Cuatrohabitan y el castillo de Alcalá de Guadaira.




4 comentarios:

  1. Tengo que decirte Elisa, que me has dejado impresionada. Qué bonito post y qué bonito video,... y todo, todo, qué bien documentado. Gracias, de verdad. Y sobre todo, gracias por la mención que nos haces a mi compañera Lucía y a mí al final del video.
    Te sigo de cerca, y me encanta tu blog.
    Un beso, Carmen.

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    1. Carmen, me alegro mucho que te haya gustado el artículo y el video. Gracias a tí y a Lucía por hacer posible este post !!
      Me alegra que sigamos en contacto !
      Te mando un beso grande
      Elisa

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  2. Querida Elisa, hermoso tu bolg. Estás hecha una antropóloga, tus descripciones son muy didácticas e informativas y me gustan tus videos metiéndote en sótanos o escaleras empinadas y con tan bella música. Para mí es un deleite pasearme por esas tierras de donde vengo en parte.
    Te mando un beso grande,Livia

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  3. Muy interesante y muy útil saber estas cosas como alcalareño. Enhorabuena

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