ALCAZABA DE SILVES, PORTUGAL
Por Elisa Simon
Shilb andalusí, es una ciudad con
encanto, situada en un lugar hermoso y donde casi debajo de cada piedra Shilb
cuenta su historia. Expertos arqueólogos
investigan y excavan, sin cesar, tanto en la ciudad, como en la comarca
así como en el interior de su imponente alcazaba, en busca de más luz sobre el
período andalusí de esta hermosa ciudad junto al río Arade. Para este artículo también he recibido la gran ayuda de nuestro querido amigo Jose Alberto Ribeiro. El paseo por este hermoso castillo medieval lo realizamos con él, como ya verán en el video.
Especialmente es de agradecer la incansable labor de la arqueóloga Rosa Varela Gomes y Mario Varela Gomes de la Universidad Nova de Lisboa, que han editado varios trabajos sobre las sucesivas campañas de excavaciones que se están realizando en el interior del castillo. Han contribuido también los trabajos de Estácio da Veiga quien visitó el castillo y lo dejó descrito hacia 1878. Los distintos estratos de excavaciones han llegado a encontrar restos de edificios y objetos de uso diario datados entre los siglos VIII hasta el siglo XIII, hasta el momento.
vista al castillo, Silves - Portugal |
Además de la arqueología son
importantes las investigaciones de las fuentes escritas, que son escasas, sin
embargo, sí se encuentran descripciones de Shilb en los libros de viajeros, los
geógrafos, como al-Idrissi o al-Himyari, nos han legado verdaderas joyas, donde
describen no sólo la ciudad y su entrono sino la sociedad y la economía de la
zona. Los poetas andalusíes expresan, desde el corazón, su vínculo personal e
íntimo con esta hermosa ciudad.
Shilb no fue una ciudad
importante en a-Andalus, como lo fue Córdoba, Sevilla o Granada, pero sigue
siendo una ciudad con carácter propio y muy orgullosa de su pasado andalusí. Lo
vemos en sus plazas, fuentes y nombres de calles.
La historia de su alcazaba va de
la mano de los personajes que la habitaron a lo largo de los siglos. Sirvió
como residencia de los gobernadores y señores que rigieron la ciudad en
distintas épocas hasta su conquista cristiana en 1248. En el interior del
recinto fortificado estaría establecida la guarnición militar y las viviendas
de los funcionarios de la administración, además de la residencia palatina del
gobernador y su familia.
vista del castillo desde el otro lado del río Arade, Silves - Portugal |
A la hora de hablar de la
fortaleza, debemos tener en cuenta ciertas características de Shilb. Esta
situada sobre una pequeña colina, a cuyos pies se despliega un fértil valle por
donde fluye el río Arade que desemboca en el Atlántico a sólo 12 kilometros, en
Portimao. Este río fue navegable, por lo que Shilb contaba con un puerto
fluvial importante en el occidente de al-Andalus. Los montes, yabal al-yanna,
de los alrededores ofrecían abundante madera para la construcción de navíos, de
ahí que los astilleros andalusíes estuvieran en uso durante todo el período
andalusí. De hecho fue en Silves, donde el emir abd ar-Rahman II mandó
construir la flota que debía llevar una embajada andalusí dirigida por
al-Ghazal hacia la tierra de los mayus, (vikingos) de Dinamarca.
A lo largo del río, se sucedían
los molinos que suministraban abundante agua a los campos, las huertas, los
jardines y la ciudad.
Al Idrissi menciona el importante mercado que había en la
medina, se exportaba a todo al-Andalus los higos que tenían gran renombre. El árbol que más abunda es el manzano. Se
produce gran cantidad de miel.
La población silvense andalusí era de origen yemení, hablaba
un árabe muy puro, dominaban tan bien el idioma, que la gente , de diversa
condición, era capaz de improvisar versos en cualquier situación. Silves contó con numerosos intelectuales,
como poetas, juristas, historiadores, secretarios a lo largo de varios siglos.
Durante el emirato, cuando el
estado andalusí se estaba aún consolidando, se alzó contra el emir abd ´Allah,
un jefe local, llamado Yahya ibn Bakr, de origen muladí que parece ser
fortificó una fortaleza ya existente, probablemente romana e incluso anterior.
De época califal se ha datado los
cimientos de un edificio de planta cuadrada con patio central, junto con restos
cerámicos de procedencia oriental. Más adelante ofrezco más detalles.
A la caída del califato, en 1031,
Silves y su alcazaba se convirtieron en tierras de una familia local, ´Isa ibn
Muhammad y su hijo ´Amid al-dawla. Más tarde los señores de la alcazaba pasaron
a ser de los Banu Muzayn, padre, hijo y nieto. Hasta que finalmente, hacia
mitad del siglo XI el rey de Sevilla, al-Mu´tadid, logró anexionar esta ciudad
a la taifa de Sevilla. Al-Mu´tadid nombró gobernador de Silves a su segundo
hijo llamado Muhammad, quien siendo un adolescente se estableció en el palacio
de al-Xarajib, donde vivió los momentos más felices de su vida. Allí disfrutó
de la amistad del poeta Ibn ´Ammar y según parece fue allí donde conoció a la
mujer de su vida, llamada Rumaikiyya, más tarde convertida en la gran señora de
Sevilla, bajo el nombre de ´Itimad. Estos grandes amores, fiestas, sesiones
poéticas, se celebraron entre los muros de ese palacio magnífico que algunos
comparaban con los más bonitos de Bagdad.
Después del período taifa, en la
alcazaba de Silves se hizo fuerte un personaje fundamental en la historia
andalusí, originario de esta ciudad y que se enfrentó a los almorávides hacia
finales del siglo XI y principios del XII. Se llamaba ibn Qasi, un hombre muy
cercano al pueblo, que organizó la llamada “revuelta de los aspirantes”. Era un
hombre que poseía la sabiduría sufí, gracias a sus enseñanzas logró tener
muchos seguidores. Desde su ribat lanzaba arengas contra los gobernantes
almorávides. Ibn Qasi le abrió las puertas de al-Andalus a los almohades,
quienes lo nombraron gobernador de Silves, por lo que su residencia estaría en
la alcazaba. Los grandes trabajos de ampliación y mejoras tanto en la ciudad
como en la alcazaba se hicieron bajo esta dinastía almohade.
De hecho su trazado actual es de
origen almohade, de forma poligonal e irregular, con una fuerte muralla de
tapial y revestida con el gres de Silves. El llamado gres de Silves es un
compuesto de arenisca colorada de la zona, mezclada con barro, se le añade
arcilla, grava, arena y cal. De este material están construidas las robustas
murallas del castillo que tenía en sus mejores tiempos hasta tres líneas de
murallas defensivas, tal como relató un cruzado que ayudó al rey cristiano a
conquistar la ciudad. “ está ceñida por
muros y fosos, de tal arte que ni una sola choza se encuentre fuera de sus
murallas y dentro de ellas había cuatro órdenes de fortificaciones.” Hoy en
día, la alcazaba ocupa una superficie de unos 12.000m2. Se trata del mayor castillo andalusí
del Algarve. Once son sus torres, dos de ellas albarranas, que están unidas a
la muralla por un arco al camino de ronda del castillo. Algunas de ellas fueron
remodeladas en los siglos XIV y XV. La torre más monumental, llamada Celoquia o
bury, fue reconstruida en 1227 posiblemente por uno de los hijos del califa
almohade Abu Yusuf Yaqub, según recoge una lápida conmemorativa descubierta en
las cercanías. Algunas torres fueron remodeladas bajo los cristianos, como
queda evidente en las bóvedas así como en las puertas ojivales. La muralla de
la alcazaba está unida a la muralla de la medina.
zona excavada en el interior del castillo de Silves, Portugal |
En los años 40 se hicieron obras
de restauración, cuyos resultados quedaron en fotografías, que pudieron
contribuir a los trabajos de años siguientes. Desde hace ya varios años se
están realizando labores de investigación con excavaciones arqueológicas en el
interior de la alcazaba. La arqueóloga Rosa Varela Gomes y el arquitecto Mario
Varela Gomes están realizando importantes aportaciones. Desde 1984, están
llevando a cabo sucesivas campañas gracias a la colaboración de la Universidad
Nova de Lisboa y la Municipalidad de la ciudad de Silves, así como el propio
Museo. La primera gran campaña fue desde 1984 hasta el 2001, luego siguió otra
entre 2003 y 2007. En la
actualidad se están realizando más trabajos de catas, sondeos, prospecciones
electromagnéticas y excavaciones, dividiendo las zonas de estudio en cuadrados,
con la colaboración de estudiantes de arqueología de la Universidad, donde Rosa
es profesora titular.
Durante la campaña entre 2003 y
2007 se ha descubierto los restos arquitectónicos más antiguos hallados hasta
el momento que están situados en la zona norte del castillo. Se trata de restos
muy deteriorados y de estructura basilical. Según los expertos, de esta
edificación sólo quedan algunos cimientos, debido a su desmantelamiento y
posteriores edificaciones superpuestas.
De los inicios de época andalusí,
apenas quedan los muros y algunos pilares de un edificio defensivo, situado en
la zona central del actual castillo, fabricado en tapial de planta cuadrada con
un gran patio central y rodeado de una galería porticada y datado hacia el
siglo X. Se trata de una construcción de influencia oriental, queriendo quizá
emular las fortalezas omeyas de Siria o Jordania de principio del siglo VIII.
Rosa y Mario Varela Gomes han encontrado piezas de cerámica originarias de la
zona de Oriente Medio en la capa más profunda, donde interpretan como “el resultado de los desechos con diversos
materiales, utilizados en la nivelación que regularizan zona de pendiente, la
creación de terraza y que permite la edificación de construcciones durante el
siglo noveno… “ (Gomes, 2003:
480)
Las excavaciones realizadas junto
al acceso al castillo en la zona sur fueron identificadas con restos de objetos
y edificaciones califales, muchos de cuyos objetos están expuestos en el Museo
Arqueológico de la ciudad.
zona del hammam, con posible alberca, castillo de Silves, Portugal |
letrinas del hammam almohade, castillo de Silves, Portugal |
A lo largo de estos años de
investigaciones se han catalogado una infinidad de objetos de uso diario, en
diversos materiales. Lo más abundante es la cerámica, realizada con diferentes
técnicas, desde las más sencillas en pasta en colores claros, esmaltadas, con
reflejo metálico, en cuerda seca, la mayoría de ellas coloreadas. Los objetos
lo componen ollas, cantaros de distintos tamaños, jarras, tazas. Muchos de
estos objetos están expuestos tanto en el Museo Arqueológico como en el
interior de las torres del castillo.
A lo largo de estos años, ha
quedado al descubierto un grupo de viviendas almohades, que podrían pertenecer
al palacio de los gobernadores. Este palacio fue construido sobre otros de
tiempos anteriores, según los expertos, el famoso y mítico palacio de las
Varandas del al-Mu´tamid parece encontrarse ahí debajo, según los restos
encontrados. Se ha estudiado uno de sus salones del palacio de las Varandas,
ricamente decorado con arcos con fragmentos en estucos, con incisiones y
pinturas en colores negro, turquesa, rojo oscuro y anaranjado, así como
elementos ornamentales de pared con motivos en caracteres epigráficos,
fitomorficos y geométricos, pintado en los colores antes mencionados. Nos
quedan los poemas con versos descriptivos de aquel hermoso palacio, donde su
gobernador, el futuro rey al-Mu´tamid, vivió su dorada juventud junto a sus dos
grandes amores, Ibn ´Ammar y Rumaikiyya.
Han localizado, hasta ahora, tres
silos subterráneos para almacenamiento de trigo, con distintas capacidades que
podían almacenar entre 30.000 y casi 50.000 kilos de cereales.
Se han localizado tres cisternas,
en una de ellas, posiblemente de origen romano, han encontrado restos de fragmentos cerámicos andalusíes. Su
forma es rectangular y contaba hacia el exterior con una gran pozo circular
para extraer el agua. Debido a sus pequeñas dimensiones, los expertos opinan
que podría tratarse de un pozo cisterna para un jardín de una casa
particular.
Otra de las cisternas es la
llamada “de los Caes” se trata de un pozo-depósito con apertura rectangular, de
mediano tamaño, podría corresponder a una antigua mina, transformada en pozo
por los andalusíes. Según los restos hallados, el agua podría ser elevada por
una noria, ya que se han encontrado restos de alcatruces.
bóvedas de la gran cisterna almohade, castillo de Silves, Portugal |
Una de las construcciones más
importantes en el interior del castillo es el gran aljibe rectangular de origen
almohade, seguramente realizado después de 1189, cuando la ciudad y el castillo
fue recuperado para los andalusíes. Este enorme aljibe abasteció de agua a la
fortaleza y a la ciudad. Tiene una capacidad de 1.300.000 litros de agua, que
podía abastecer hasta 12.000 personas durante un año entero. Está compuesto por
seis pilares centrales que sostienen las cuatro bóvedas de cañón y está
reforzado por otras seis columnas adosadas a las paredes del aljibe. Tiene unos
siete metros de altura, se accedía por una pequeña escalera. En el suelo había
canalizaciones para la limpieza del agua. De ahí la teoría de que este aljibe
se construyera después de 1189, ya que durante la primera conquista cristiana,
los almohades se rindieron al rey de Portugal solo tres o cuatro meses de
asedio. En caso de haber tenidos los silos y la gran cisterna hubieran
resistido más tiempo.
La zona visible y adaptada para
la visita cultural se encuentra al este del castillo y adosada a la muralla y
junto a una torre. Allí es donde se sitúa el palacio almohade, que consta de un
complejo de unos 250m2, construida en tapial con base de muros en piedra. La
entrada se hacía a través de un zaguán. Las estancias rectangulares con suelo
de grandes lajas coloradas, distribuidas entorno a un patio central de 9 x 2,60m porticado
y adosado a la muralla. El patio contaba con tres arcos dobles polilobulados
sobre columnas con bellos capiteles. Tal como se han hallado y cuyos restos
están expuestos tanto en el Museo como en la torre del propio castillo. La sala
principal daría a este patio que estarían decoradas con motivos geométricos y
fitomórficos pintados, con puertas de madera. Este palacio tendría una planta
superior con galería abierta al patio en madera y con tejado, ya que se han
hallado tejas en la zona. Junto a este palacio que tenía una zona pública y
otra privada, la privada con un jardín interior con pequeña alberca con
canalización. Desde este jardín se tenía acceso a las habitaciones
privadas. A través de una calle se
llegaba a los baños, los cuales
están distribuidos siguiendo los cánones de los hammamat andalusíes y que miden
unos 220m2. Contaban con patio, atrio, vestíbulo, las tres salas diferenciadas
y letrinas. La zona de caldera y leñera estaba en el exterior del palacio. En
esta zona se han encontrado restos de frascos de vidrio que podrían ser
perfumeros.
arcos dobles polilobulados del patio almohade, castillo de Silves, Portugal |
zona excavada del palacio almohade. castillo de Silves, Portugal |
Los últimos trabajos realizados
se están llevando a cabo en la zona oeste del castillo y adosada a la muralla.
Se trata de la residencia del comandante del castillo o el alcaide ya en
tiempos cristianos, posiblemente de los tiempos del Infante don Henrique. Se
trata de restos arquitectónicos de planta rectangular y alargada, quedan ruinas
de la planta baja, parte de las escaleras y estaba compuesto por siete
habitaciones. Otro tramo de escalera daría acceso al camino de ronda y dentro
de una de las salas se han hallado restos de arcos ovijal, en gres de Silves. En
otra zona de esta residencia se ha identificado un ingenio azucarero movido por
tracción animal. La residencia del alcaide se prolongaba hacia el este, parece
que contaba con un patio interior, en el cual estaría integrado el
pozo-cisterna llamado “dos Caes”, en castellano, de los perros.
recreación de jardín andalusí, castillo de Silves, Portugal |
El castillo de Silves prosiguió su vida bajo dominio cristiano, como una de las fortificaciones más importante de la Península Ibérica.
Varios terremotos e incendios
acabaron con las valiosísimas y seguramente magníficas instalaciones
andalusíes, y gracias a las labores de investigación en varios frentes podemos
conocer cómo pudieron haber sido.
Jose A. Ribeiro en primer plano y su Joao al fondo. castillo de Silves, Portugal |
Después de tanta arqueología nada mejor que cerrar este post con poesía, aquella alusiva a Silves. Al-Mu´tamid e Ibn ´Ammar son los máximos exponentes, pero no los únicos que dejaron hermosos versos inspirados en ella. Quizá el poema que todos tenemos guardado en la memoria es el que al-Mu´tamid le recitó a su amigo, el poeta Ibn ´Ammar, cuando éste partió hacia Silves para ocupar la plaza de gobernador de la ciudad y la comarca y dice así:
“Saluda en Silves, oh Abu
Bakr, los lugares amados que tu sabes,
y pregúntales si han conservado mi
recuerdo.
Saluda especialmente al
palacio de al-Xarajib,
de parte de un joven
caballero que siente todavía
la misma pasión por el.
Eran moradas llenas de leones y de blancas gacelas.
¡Ah, que hermosa era la guarida, que hermoso era el albergue!
¡Cuántas noches deliciosas entre sus
sombras con mujeres de generosos cuerpos y finas cinturas!
Blancas y morenas, atravesando mi alma
como blancas espadas y morenas lanzas.
como blancas espadas y morenas lanzas.
¡Cuantas noches he pasado en la presa del rio,
retozando con una Mujer cuyo brazalete recordaba la curvatura de la luna!
retozando con una Mujer cuyo brazalete recordaba la curvatura de la luna!
Se quitaba la tunica del tierno talle
y era como un capullo que se encendia en flor;
La noche pasaba, escanciandome de su mirada,
o de su copa, o de su boca;
Tañía las cuerdas de su laud, y era como si oyese
los tendones de los cuellos al ser cortados.”
Por su lado el visir, poeta y
amigo de al-Mu´tamid, desde el exilio en Zaragoza trazó estos versos para su
amigo recordando los tiempos mozos en Silves:
“¿Como mencionarte
Silves,
sin derramar una lágrima,
como la del amante enternecido,
o de ti, Sevilla,
sin que se me escape un suspiro de ansiedad?”
Sois tierras vestidas por
la fina lluvia, como la túnica de la mocedad,
la mocedad que se desvaneció,
cuando me sustrajo mis amuletos.
Me invadió el recuerdo de
los amores ardientes,
como se consume el fuego violento en lo mas profundo de mi
corazón.
¡Oh, aquellas noches mias!
¡Que me importaba a mi la censura! Nada me desviaba del amor más loco.
El insomnio invade mis
languidos ojos, y sufro por la silueta de esbelto talle.
¡Cuantas noches hemos
pasado en el embalse, en medio de las corrientes sinuosas del río, que se
deslizaban como serpientes moteadas.
Esas corrientes pasaban
junto a nosotros, después se alejaban como si se tratara de envidiosos que
quisieran dejarnos su maledicencia.
En el lugar que habíamos
escogido
el jardín nos visitaba,
haciendo traer sus presentes
en manos de los vientecillos olorosos de la brisa.
El sol, nos asperjará de
estrellas,
¿A quien se mostrará ahora esta noche oscura?
Aquella noche, esa era la
nuestra,sin la presencia del censor
de tal modo, que nos sentíamos en lo mas secreto de un hombre discreto.”
BIBLIOGRAFIA:
- www.castelodepaderne.blogspot.com
- www.castelodepaderne.blogspot.com
- Trabalhos de arquitectura 35 de Rosa Varela Gomes. Silves
(Xelb), una cidade do gharb al-Andalus: A Alcáçova – 2003
- Xelb 9, actas do 6º encontro de
arqueología do Algarve, Silves, 2008 – Rosa Varela Gomes, “O Castelo de Silves,
contribuíos da investigaçao recente
- Cristaos e muçulmanos na Idade
Média Peninsular. Encontros e desencontros. Rosa Varela Gomes, “O Castelo de
Silves – do templo cristao á mais antiga fortificaçao islamica. 2011
- Xarajib, revista do centro de estudios luso-árabes, Silves, 2002
- Itinerario Cultural de almorávides y almohades. Fundación Legado Andalusi 2003
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