martes, 15 de diciembre de 2015

SOTANO PALACIO DEL REY DON PEDRO

VISITA AL SOTANO DEL PALACIO DEL REY DON PEDRO

Por Elisa Simon




El Real Alcázar de Sevilla ofreció visitas muy especiales para los interesados en la historia de este recinto.
El arqueólogo y doctor en Historia Miguel Ángel Tabales, nos hizo de guía para enseñarnos al sótano del palacio del rey don Pedro, espacio que está en fase de recuperación y rehabilitación después de muchos años de abandono.

Tabales, nos relató que los trabajos arqueológicos y de investigación estarán finalizados hacia el verano u otoño del próximo año. Dicho sótano será habilitado como sala de exposición arqueológica para el disfrute de todos los visitantes al Real Alcázar.


El profesor Tabales explicó que el actual Alcázar de Sevilla, es un recinto muy complejo y único por su irregularidad. Habitado a lo largo de los siglos, cada soberano andalusí y después de la conquista cristiana, cada rey castellano han querido dejar su huella, de ahí que cada uno construyera su espacio residencial. Todo ello dio como resultado la yuxtaposición de edificios o bien la destrucción de los antiguos para levantar los propios. Tabales nos hizo entender además que no se puede comprender esta construcción, sin fijarnos en la orografía del lugar y sus características, tales como el desnivel de la cercanía del río Guadalquivir y su afluente el Tagarete con respecto a la localización de la fortaleza. Tampoco debemos dejar de lado el desarrollo urbanístico que tuvo la ciudad a lo largo de los siglos, especialmente en época almohade.


El arqueólogo Tabales nos contó que, cuando el rey don Pedro (1334 -1369) quiso realizar una mega-construcción, sus arquitectos decidieron construir el palacio a una cota suficiente para evitar las inundaciones del Tagarete. Uno de los elementos importantes en esta construcción es la muralla almohade, que en parte, es aún visible (zona de la cafetería del Alcázar y callejón del Agua), se destruyó. Se cortó a nivel del suelo del palacio y fue empleada como cimiento para el mismo, quedando sumergida. Esta misma muralla fue aprovechada como muro para construir el sótano y salvar así el gran desnivel de terreno existente, que puede alcanzar los cinco metros.  



plano del recinto del Alcázar con los palacios almohades en rojo,en azul el palacio del rey don Pedro y
en marrón claro la muralla almohade 
muralla almohade que sirve de muro al sótano 

Pudimos ver la muralla almohade que da sentida al sótano, según palabras de M.A. Tabales, que con entusiasmo nos explicó la trayectoria de esta muralla, que llegaría hasta el arquillo de abd al-Aziz y por el otro lado se uniría a la muralla del callejón del Agua.

muralla almohade debajo del palacio del rey don Pedro y que
se aprovechó para construir el sótano 
camino de la muralla almohade

El sótano está situado debajo de la sala adjunta al salón de Embajadores y su acceso actual se realiza por una pequeña puerta y bajando unos escalones, por el jardín de la Galera, donde esta situada la famosa columna en honor al rey al-Mu´tamid.

Se trata de una hermosa construcción mudéjar, siendo sus muros, arcos y bóvedas construidos en ladrillo. Sirvió como espacio para almacenamiento de alimentos, tales como aceite, grano, vino y demás acopio para todo el recinto en tiempos de don Pedro I. No llevó ningún tipo de decoración, ya que se trata de un lugar para guardar distintos tipos de víveres. 

El profesor Tabales nos transmitió que hacia finales del siglo XVI, bajo el reinado de Felipe II las ventanas del sótano fueron transformadas en puertas y el sótano dejó de ser lugar de almacenamiento para tener otro uso. Cuando los Austrias abandonaron el recinto del Alcázar, uno de los lugares que dejó de tener interés fue el sótano del rey don Pedro. Tabales dijo que, hasta principios del siglo XX no se volvió a mencionar este espacio subterráneo. Fue cuando el rey Alfonso XIII mandó mejorar y remodelar los jardines, el sótano mudéjar comenzó a ser utilizado como escombrera y más tarde vertedero. Así cayó en el olvido hasta hace unos veinte años, cuando los arqueólogos, que sabían de la existencia de este lugar, comenzaron a tomar cartas en el asunto, hasta que las autoridades pertinentes dieron el visto bueno para comenzar los trabajos de limpieza, investigación y rehabilitación.

El arqueólogo Miguel Ángel Tabales, que trabaja desde hace años en diferentes y complejas campañas arqueológicas en el recinto sevillano, siendo uno de los mayores conocedores de las entrañas de este magnífico lugar, es el director de este proyecto. Tabales explicó que antes de poder investigar, tuvieron que extraer todos los escombros que se fueron acumulando en el sótano a los largo de los años, hasta una cota de 80 cm.

Una vez liberado el sótano, quedaron las paredes limpias y libres, entre los objetos hallados, nos mostró Tabales restos cerámicos de distintas épocas, siendo los más abundantes e interesantes las teselas mudéjares pertenecientes a la construcción del palacio del rey don Pedro. Es decir piezas cortadas y pintadas para decorar los zócalos del palacio, que don Pedro no vio finalizado.

táselas mudéjares halladas en el sótanos en perfectas condiciones 


cerámica de tiempo más tardío 

restos cerámicos de diferentes épocas halladas en el sótano 

En la visita al sótano, pudimos ver también un pequeño habitáculo adjunto, que servía al rey don Pedro como retrete, contando con un sistema de canalización de residuos hacia el exterior.

retrete del rey don Pedro 
retrete del rey don Pedro 
Fue una visita muy agradable y emocionante por su singularidad y el privilegio de haber podido escuchar las explicaciones del profesor Tabales.


Estoy deseando que pronto llegue la buena noticia de la apertura del sótano como sala de exposiciones lo cual será un aliciente más para visitar este hermoso y mágico recinto que es el Real Alcázar de Sevilla.



BIBLIOGRAFIA: 

- plano arqueológico del recinto con la incorporación del palacio de don Pedro I hacia 1356.
fig. 13 de la revista "Apuntes del Alcázar de Sevilla" nº 6 2005 - artículo firmando por el Dr. Miguel Ángel Tabales "El patio del las doncellas ... Génesis y transformación" .

- apuntes propios tomados durante la visita al sótano guiados por Miguel Ángel Tabales



domingo, 6 de diciembre de 2015

EL LEGADO DE AL-ANDALUS. PERSIA - IBERIA"


"EL LEGADO DE AL-ANDALUS. PERSIA - IBERIA" 



En esta ocasión quiero compartir con todos ustedes el trabajo realizado por mi querido amigo Manolo Espaliú. El es fotógrafo profesional nacido en Sevilla, con varios premios en su trayectoria profesional. Sus trabajos fueron expuestos en múltiples espacios y países. Yo lo conocí a nivel personal, hace apenas un año con motivo del curso anual de fotografía de FOTOMATA. 
Manolo nos acercó a la fotografía desde un punto de vista diferente. Él es un ser excepcional, que se expresa a través del visor de la cámara. Capta instantes cargados de emoción, momentos de soledad, imágenes poéticas, siempre según la intención de lo que él desee expresar en cada fotografía. Manolo es un poeta, un viajero, un explorador del Universo. Si desean conocer más acerca de Manolo Espaliú, visiten su página web http://www.espaliu.com

Su curiosidad lo ha llevado hasta Irán, país donde trabaja en varios proyectos, desde hace unos dos años. En este artículo firmado por él y con fotografías suyas, nos relata el Congreso Internacional "El Legado de al-Andalus. Persia - Iberia" ,celebrado en Teherán entre los días 17 y 18 de Noviembre pasado, donde han participado profesores e investigadores de diversos países sobre las relaciones entre Persia y al-Andalus.

Elisa Simon 

EL LEGADO DE AL-ANDALUS. PERSIA - IBERIA 

Por Manolo Espaliú - fotógrafo 





Los pasados 17 y 18 de noviembre tuvo lugar en la Universidad  Allameh Tabatabai de Teherán, un interesante congreso denominado “El Legado de Al Andalus. Persia - Iberia”.

Han sido dos años de preparación de este congreso por su principal organizadora, la Dra. Najmeh Shobeyri, directora del Depto. de español de la Universidad Allameh Tabatabai y con el se trata de relanzar las relaciones hispano-persas en base a las palabras del Embajador español en Teherán, Don Eduardo López Busquets: “Recuperar lo que las relaciones entre Irán y España siempre debieran haber sido. En realidad no debiéramos descubrirnos mutuamente porque hemos compartido grandes periodos de respeto mutuo y entendimiento y una herencia común, la de Al Andalus”. Las intensas relaciones culturales entre Al-Andalus y la Persia de la Edad Media constituyen un camino para la recuperación de los lazos entre España e Irán, dos países con mucho en común, una memoria compartida y unos contactos directos que durante gran parte de la historia quedaron olvidados y que pese a la distancia geográfica, hoy es posible rescatar. 

Podremos hacer una idea de la importancia del evento en función de los colaboradores con citada Universidad iraní (Universidad Complutense de Madrid, Universidad de Sevilla, Embajada de España, Fundación Tres Culturas del Mediterraneo, Institute for Humanities and Cultural Studies, Center of International Scientific Studies & Collaboration (Ministerio de Ciencia, Investigación y Tecnología de la R.I. de  Irán) y el centro Howze-e Honari. 

Según Emilio González Ferrín,  "la herencia clásica de Persia y Al-Andalus" parte de que los dos son los mayores representantes de la "periferia del islam" en una época en que viajeros de Al Andalus, literatos y filósofos buscaban ir a Persia en una conexión permanente. No hay que olvidar que en muchos casos los árabes que aquí estuvieron fueron correos del saber persa del momento.
La desconexión entre Persia y Al Andalus llegó “con la lógica del desencuentro” causado por la desaparición de las rutas comerciales directas en la época de los grandes descubrimientos y el consiguiente interés de España en America en lugar del otro lado del Mediterráneo. Pero a pesar de esta desconexión, aún resulta "obvia la familiaridad" entre las dos culturas y sus herederas directas en España e Irán, no solo en la literatura o en el arte, en donde se produjeron movimientos semejantes en momentos semejantes, sino incluso en prácticas religiosas cotidianas. "Al final cuando uno se pasea por la liturgia religiosa chií, ve el cristianismo. La pasión y muerte de Cristo es la pasión y muerte de Huseín, en donde la idea del martirio está muy presente, como en la Semana Santa española", apuntó.

Los diferentes paneles trataron sobre temas como lengua y literatura, los Fatimíes y el Al-Andalus de los Omeyas, gnosticismo y misticismo,  historia, arte, arquitectura y sobre el mito de Al Andalus y en total se dictaron un total de 37 ponencias que se recogerán en una publicación que será editada durante el 2016. Las ponencias pusieron de relieve factores culturales, sociales y cientificos que han tenido efecto sobre Al Andalus, su cultura y su herencia, no solo en España sino en todo el mundo, especialmente el mundo musulman. La falta de comunicación ha sido hasta ahora la principal razón del desconocimiento que existe hoy en día sobre las raices que comparten Irán y España, sin embargo se ha puesto de manifiesto durante el congreso que el interés en conocer esas raices es mutuo. Dicho de otro modo, Irán y España tienen mucho en común pero casi no se conocen. Existía comunicación durante los primeros siglos del Islam, pero de repente toda esa comunicación desaparece casi totalmente. 

Los principales temas tratados fueron las investigaciones del origen del pensamiento filosofico en Al Andalus, las influencias mutuas en las opiniones e ideas de sabios persas y de Al Andalus, el papel de Al Andalus en la cultura y el idioma de España, la formacion y el papel de la Escuela de Traductores de Toledo en la historia intelectual de occidente, el impacto de la civilización islámica en la arquitectura y pintura andalusí y las causas de la decadencia de la civilización andalusí. Gran parte de los españoles y los iranies desconocen los puntos en comun en diferentes ambitos a lo largo de la historia. El principal objetivo de este encuentro es este, encontrar dichos puntos, presentarlos a ambos pueblos para fortalecer lazos.

 El carácter internacional del congreso se pone en evidencia si vemos los origenes de los ponentes, Irán y España obviamente, pero tambien Italia, EE.UU, Líbano, Gran Bretaña, Marruecos, Colombia, Iraq, etc.

Este congreso tendrá una segunda vuelta en Sevilla durante el próximo en la Fundación Tres Culturas. 


La Dra. Najmeh Shobeyrí, principal organizadora del congreso, en su inauguración.



Emilio González Ferrín, Director Científico del Congreso.



La Dra. Shobeyrí inaugurando el Congreso.



D. Eduardo López Busquets, embajador de España en Teherán.




D. Carlos Aragón, segunda jefatura de la Embajada de España en Teherán.


D. José Manuel Cervera, Director de la Fundación Tres Culturas del Mediterraneo.


David Joseph Wrisley, profesor de la American University of Beirut durante su ponencia “La sabiduría fatimí en Al-Andalus: el caso de Mukhtar al-Hikam de Al-Mubashir Ibn Fatik sus traducciones al español y al latín”.

Un momento de la intervención de David Joseph Wrisley, junto a Raffaele Mauriello y Antonino Pellitteri.




Gran parte de los asistentes al Congreso fueron estudiantes de la Universidad Allameh Tabatabaí.


La Dra. Ibañez, durante su ponencia “La Córdoba de los Omeyas, entre la ficción y la realidad”, junto al Dr. Pellitteri.



La Dra. Shobeyrí dictando su ponencia sobre “La Escuela de traductores de Toledo y su influencia en el Renacimiento”, junto a los Dres. Heydari, Beheshti, Juan Luis Conde Calvo y Mohammad Bahram Zadeh.


Maryam Esmailpour , traduciendo al persa las ponencias del Congreso que fueron dictadas en castellano.


Un gran porcentaje de los asistentes fueron estudiantes femeninas de la Universidad Allameh Tabatabaí.




El embajador de España en Irán, D. Eduardo López Busquets junto al Director de la Fundación Tres Culturas, D. José Manuel Cervera.


José Antonio Gonzalez Alcantud durante su ponencia “El mito de Al-Andalus y el horizonte persa”.


Un momento de la intervención de la Dra. Arigita Maza, “ Pensar Al Andalus como legado Islámico de Occidente”, junto a Beatriz Salas y Emilio González Ferrín.



Manolo Espaliú 





jueves, 26 de noviembre de 2015

LAPIDA DE SABUR, BADAJOZ

Lápida de Sabur

Por Elisa Simon

En el Museo Arqueológico de Badajoz, Extremadura, se encuentra esta lápida funeraria de Sabur al-saqlabi, que fue el primer régulo taifa de Badajoz.  Su vida transcurrió a principios del siglo XI, cuando en al-Andalus se estaba desmembrando el poderoso califato omeya de Córdoba.



La lápida funeraria fue hallada a finales del siglo XIX, cuando se estaba restaurando una casa particular. Esta realizada en mármol blanco con un epitafio labrado en siete líneas en cúfico austero y en relieve. El epitafio dice lo siguiente:

“ En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso. Este es el sepulcro de Sabur, el hayib, Dios se apiade de él. Murió la noche del jueves a diez noches pasadas de sha´ban del año trece y cuatrocientos (8 Nov. 1022) y daba testimonio de que no hay divinidad sino Dios”


Sabur nació hacia 960 y era saqaliba, es decir, esclavo de origen eslavo. Éstos  fueron capturados en batallas o comprados. Los saqaliba procedían de los pueblos jázaros, búlgaros o eslavos. Este grupo de la sociedad tenía las características para convertirse en un grupo aislado, sin embargo, se islamizaron y se arabizaron integrándose en el sociedad andalusí. Los califas omeyas confiaron en ellos para los más diversos servicios de palacio. Desde eunucos y puestos humildes al servicio del califa, hasta puestos en la administración califal, como secretarios, funcionarios y hasta fueron nombrados hayib. En el caso de nuestro personaje Sabur, según parece estuvo al servicio del saqaliba Fa´iq al-nizamí, que ostentaba cierto poder en las altas instancias de palacio, pero terminó involucrado en intrigas tras la muerte del califa al-Hakam II.

alcazaba de Badajoz, si bien su aspecto actual es de origen almohade, fue en este mismo enclave donde Sabur
se estableció como primer regulo taifa. 
Podría ser que Sabur hubiera sido nombrado walí o gobernador de Badajoz y su territorio en tiempos del califa al-Hakam II. Al morir éste en el año 976, según parece acudió a Córdoba para jurar fidelidad a Hisham II. Sin embargo, se encontró con un enorme desorden, intrigas y conspiraciones, una lucha feroz por el poder que se transformó en la fitna, que llevó a la inevitable abolición del califato omeya andalusí. Sabur se vio forzado a tomar partido por alguna fracción. Decidió formar parte del partido amirí, hasta la muerte de Sanchuelo en 1009.

El nuevo califa al-Mahdi, impuesto por el “bando” omeya de Córdoba, desterró en 1009 de esta ciudad a un gran número de eslavos. Muchos de ellos se establecieron en ciudades limítrofes de al-Andalus, sobre todo en la zona de sharq al-Andalus, como Denia, Almería o Valencia.  

Sabur, que debió seguir los acontecimientos desde su plaza de Badajoz, cuando en al-Andalus el poder se debatía entre beréberes y árabes andalusíes. Sabur, una vez más debió elegir un bando y se inclinó por los beréberes, que por era la mayoría de la población de Badajoz y su territorio. Buscó el apoyo de dos personajes de renombre, siendo uno de ellos el notable bereber andalusí Ibn al-Aftàs. Sabur se hizo con el poder de Badajoz y adoptó el título de hayib, tal como hicieron muchos de los que asumieron el poder en las distintas regiones del fracturado califato andalusí. Sabur querría así legitimar su poder, siguiendo el modelo de al-Mansur.

Ibn al-Jatib lo refleja así en su kitab “al-Masalik wal Mamalik” :“al declararse la fitna, cada uno se apoderó para sí del territorio que tenía, dominando la región occidental con Badajoz, Santarem y la frontera inferior, un fatà, de los eslavos (´abid) de al-Hakam que se llamaba Sabur, político incapaz, aunque valiente, confió su gobierno a un beréber andalusí ´abd Allah b. Muhammad b. Maslama b. Aftás …. “

vista del río Guadiana desde la alcazaba de Badajoz 
Sabur gobernó hasta su muerte en 1022, desde la alcazaba construida por Ibn Marwan en el siglo IX en el cerro de la Mula y nombró visir a uno de los notables de la ciudad, que se convirtió en su mano derecha, Ibn al-Aftàs.
Sabur dejó dos hijos menores de edad, ´abd al-Malik y ´abd Allah, sin embargo ninguno de los dos sucedió a su padre. En su lugar lo hizo el que fuera su visir ´abd Allah ibn al-Aftàs, quien inició la dinastía taifa de Badajoz. Los dos hijos menores se retiraron a Lisboa, donde se hicieron fuertes, hasta que finalmente fue anexionada a la taifa aftasí.

BIBLIOGRAFIA

- M.A. Martínez Núñez (2013) “Epigrafía árabe del Museo Arqueológico Provincial de Badajoz “

- “Los reinos de taifas y las invasiones magrebíes” María Jesús Viguera Molíns – Colecciones MAPFRE 1992

-Historia de España de Ramón Menéndez Pidal VIII-1 los reinos de taifas – editorial Espasa Calpe


- Rise and Fall of the Party Kings de David Wasserstein – Princeton University Press, Princeton, New Jersey





miércoles, 18 de noviembre de 2015

SINAGOGA DE CÓRDOBA

SINAGOGA DE CORDOBA

Por Elisa Simon

Uno de los tesoros de la hermosa ciudad de Córdoba es su sinagoga, la única medieval existente en Andalucía y a nivel Peninsular, va de la mano de las dos de Toledo, El Tránsito y Santa María la Blanca. La sinagoga o keneset en hebreo significa lugar de reunión. Los sefardíes cordobeses del siglo XIV contaban con este pequeño templo de estilo mudéjar para reunirse en oración.




Breve introducción:

La comunidad sefardí o qahal contaba con su propia organización para regular tanto a nivel político, religioso y civil sus asuntos comunitarios. La judería estaba situada en la medina, junto a Bab al-Yahud (puerta de Almodóvar), abarcaba las actuales calle Judíos, Albucasis, Averroes, hasta las plazas de Judá Leví y Maimónides.




Durante el período andalusí, los sefardíes conformaban una pequeña comunidad, que sin embargo logró alcanzar un nivel cultural, científico y artístico sin igual. A lo largo del califato omeya vivieron en paz y tranquilidad, pudiendo desarrollar sus actividades sin impedimentos. Una de las figuras más relevantes que aportaron mucho a esta situación de buena convivencia fue Hasday ibn Shaprut. El médico tanto de abd ar-Rahman III como de su hijo al-Hakam II, quien lo  nombró nasí o jefe de las comunidades sefardíes de al-Andalus.
Una vez desintegrado el califato y bajo los reinos de taifas, los sefardíes continuaron gozando de paz, tranquilidad y siguieron desarrollando sus conocimientos. En esos momentos, la figura sobresaliente y protector de los sefardíes más allá de las fronteras del reino de Granada fue Samuel ibn Nagrella. En aquel tiempo la ciudad de Lucena brilló con luz propia gracias al prestigio de los sabios de la escuela talmúdica.


Cuando el período taifa llegó a su fin y bajo el imperio almorávide, los sefardíes prosiguieron con su vida tranquila a cambio de grandes sumas de dinero.
La situación cambió cuando los almohades vencieron a los almorávides. Los almohades, menos tolerantes con las minorías religiosas andalusíes, provocaron la emigración de muchos sefardíes cordobeses hacia otros lugares, como lo hizo la familia de Maimónides, que marcharon a Fez, mientras que otros eligieron los reinos del norte. La cuestión es que la judería de Córdoba ya no volvió a brillar como antaño.
Una vez que la ciudad fue conquistada por los castellanos a mediados del siglo XIII, los primeros reyes cristianos, permitieron que los sefardíes permanecieran en su barrio, el cual fue incluso ampliado. Pudieron reconstruir las sinagogas ya existentes, pero no se les permitía construir nuevas. En 1272 por orden del rey Alfonso X la judería cordobesa fue amurallada y contaba con dos puertas de acceso.
La sinagoga cordobesa esta datada en el siglo XIV bajo el reinado de Pedro I de Castilla, el cual fue bastante condescendiente con los sefardíes, no olvidemos que su ministro de finanzas y fiel consejero fue Samuel ha-Leví de Toledo. Durante su época de ministro financió la construcción de la sinagoga del Tránsito de Toledo, monumento que alberga hoy día el Museo Sefardí.


La sinagoga mudéjar:

Está situada a media altura de la calle Judíos, entre la puerta de Almodóvar y la estatua de Maimónides en plena medina. En el siglo XIV los sefardíes acudían a primera hora de la mañana y a la puesta del sol, además de en las fiestas religiosas. Para acceder a la sinagoga desde la calle atravesaban un pequeño patio, donde se debían dejar todos los pensamientos y preocupaciones del mundo exterior. 



A la derecha del patio se abría una puerta en cuya jamba se encontraba la mezuzah, que los fieles tocaban con los dedos para luego besarlos. Atravesando esta puerta accedían al zaguán o vestíbulo, donde a un lado se encontraba la escalera por la que las mujeres accedían a la galería superior para tomar parte en la oración.


Los hombres por su lado, accedían a la sala de oración cuya forma casi cuadrada, recordaba una qubba. En aquellos tiempos esta sala la cubría un bello artesonado de lacería. Debajo de éste, la luz entraba a través de 15 ventanas de medio punto. Tres de ellas fueros cegadas, posiblemente para seguir la tradición de que una sinagoga debe contar con 12 ventanas, una por cada tribu. Los rayos del sol iluminaban los muros de yeserías con motivos geométricos, atauriques y cenefas con inscripciones hebreas. 


En aquella  exuberante riqueza ornamental, se reunían los cordobeses sefardíes, en número mínimo de diez hombres mayores de 13 años para poder realizar la oración con las bendiciones y la lectura de las Escrituras en Shabbat.



Antes de comenzar la ceremonia, el personal de la sinagoga abría el armario o arca de la Torah, situada en el muro oriental de la sinagoga. El hombre encargado descorría una cortina, quizá de terciopelo, que tapaba el armario o arca, la abría y extraía los rollos de la Ley. Un hermoso gran panel de estuco decora esta zona sagrada de la sinagoga, con rombos rellenos de atauriques vegetales y una piña en el centro de cada uno. La parte superior del panel muestra un friso de 18 arquillos de cinco lóbulos, donde se puede leer “baraka li-llah”. El ayudante de la sinagoga, colocaba el Rollo de la Ley sobre el atril de la bimah, extendido por la parte correspondiente. El varón encargado de recitar, seguía la lectura con la ayuda de un puntero de plata, de tal manera que no se podía equivocar mientras seguía el Texto Sagrado.


Durante la ceremonia la voz grave del hazzan entonando las bendiciones, resonaba desde la bimah situada frente al arca de la Torah, en el muro occidental. Este estrado de madera, estaría situado en un pequeño nicho abierto en la zona central del muro, con un arco de siete lóbulos, enmarcado dentro de un alto alfiz a base de rombos y ataurique. 





A ambos lados extremos del arco por al parte interior aparecen inscripciones en árabe “al-mulk” y “baraka”. Finalmente un hombre sabio de la comunidad o bien un rabino, efectuaba una explicación o interpretación de los textos leídos.
En cuanto a las inscripciones en hebreo, se trata en general de fragmentos del libro de los Salmos.

En el muro oriental y a la derecha del arca de la Torah, hay una inscripción en hebreo que dice lo siguiente:




“ Santuario provisorio y morada del Testimonio,
que terminó Yishaq Moheb, hijo del señor Efraim
Wadawa, el año setenta y cinco. ¡Así que vuélvete,
Oh dios, y apresúrate a reconstruir Jerusalén.”

El apellido Moheb hace alusión al fundador de esta sinagoga, “este apellido Mohib, Moheb o Mohep aparece frecuentemente en Toledo ya desde la primera mitad del siglo XIII, estando también documentado en la época misma de nuestra inscripción cordobesa incluso el nombre de Yishaq Moheb “ (CB 23) La fecha del año 75, corresponde al 5075 del calendario judío, y equivale a que la construcción comenzó el 20 de septiembre de 1314 y terminó el 1 de septiembre de 1315. (fragmento del libro La Sinagoga de Jesús Peláez del Rosal, pág. 151)

NOTA:

Rollos de la Ley:

La Torah se conservaba en la forma que tenían los libros en la antigüedad. Se trataba de hojas de pergamino cosidas una tras otra, a ambos lados de los extremos del libro se fijaban unos cilindros en los que se enrolla la Torah. Estos cilindros se llaman hayyim, que significa árbol de la vida. La Torah esta formada por los cinco Libros de Moisés (Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio) Cada semana se lee un fragmento, de tal forma que en un año litúrgico se leen los cinco libros completos y en continuado. Cuando se va a celebrar el servicio religioso, un funcionario de la sinagoga se dirige al armario o caja, lo abre y recoge con cuidado el rollo de la Ley que está protegido por un lienzo o dentro de un cilindro metálico.

La mezuzah:

 Es una cajita de metal o madera que contiene un pequeño pergamino en el que está escrito en 22 líneas el texto de Dt 6,4-9 y 11, 13-21.

La bimah:




la bimah o tribuna, que es un estrado de madera desde donde se recita la lectura de la Ley. Un puntero de plata muestra el lugar exacto por donde se debe seguir la lectura. El rabino o varón encargado de recitar se colocará sobre la bimah y con la ayuda del puntero seguirá el texto siguiendo una entonación y dicción, que se asemeja a un canto.

BIBLIOGRAFIA:

- “La Sinagoga” de Jesús Peláez del Rosal. Ediciones El Almendro, Córdoba

- “Judíos entre árabes y cristianos” de Ángel Sáenz-Badillos. Ediciones El Almendro, Córdoba