Tinaja estampillada almohade
Por Elisa Simon
tinaja del siglo XII - exposición Malaqa,ciudad del saber. |
La mejor forma de acercarse a
la historia de un pueblo es visitando sus Museos.
La cerámica expuesta en ellos,
es muy especial, porque es un material resistente al paso de los siglos. Los
pueblos del Mediterráneo emplearon y emplean la cerámica en su vida diaria. De
ahí la importancia de la información que aporta. Puede dar respuesta a "dónde,
cuándo, cómo y quién" era la persona o sociedad que usó esas piezas cerámicas. Además
nos cuentan acerca de los alfareros, sus técnicas y especialidades. Nos puede dar información acerca de los alfares, su localización y la relación con la sociedad y las ciudades. El tipo de
arcilla nos puede hablar de la calidad de la tierra, su color, su textura. Esta forma de ver la cerámica, me la dio la investigadora de Sevilla, Pilar Lafuente. Ella tiene la capacidad de transmitir lo que las piezas le cuentan a ella.
fragmentos de tinajas con decoración estampillado |
En este artículo les quiero
mostrar unos ejemplos de cerámica específica. La estampillada. Se trata de una
técnica decorativa empleada ya por los griegos y los romanos a lo largo del
Mediterráneo. A partir del siglo VIII, los alfares tardo-romanos de la Península, se mezclaron con los
aportes de los pueblos beréberes y orientales, creando una cerámica bellísima en tiempos del califato omeya y en el siglo XI de los reinos de taifas. El máximo esplendor de esta
cerámica estampillada se alcanzó en tiempo de los Almohades, es decir, los
siglos XII y XIII.
tinaja expuesta en el museo arqueológico de Sevilla, almohade sigloXII |
El estampillado convivió con
la cuerda seca y otras técnicas decorativas. Se puede decir que la cerámica se
diversificó al tiempo que se estandarizó, ya que encontramos piezas muy
similares en distintos puntos de al-Andalus. Con anterioridad al siglo XII los
talleres estaban concentrados en ciudades como Córdoba o Málaga o la cerámica
de gharb al-Andalus.
fragmento de tinaja con estampillado, museo islámico de Tavira, Algarve, Portugal |
El estampillado consiste en la
aplicación de una matriz o sello, que solía ser de madera, con un dibujo sobre
el barro tierno. Este tipo de decoración, se empleaba en cerámicas de grandes
dimensiones, como tinajas, jarras o brocales de pozo.
cuño de estampillar, museo arqueológico de Jerez de la Frontera, Cádiz |
Las tinajas, llamadas jabiya en árabe, son grandes recipientes
para conservar el agua fresca en las casas. Tienen cuerpo ovoide y cuello
estrecho para evitar que se derrame el agua y dos asas para facilitar el
transporte. Las paredes porosas de estos recipientes actuaban como grandes
filtros, refrescando su contenido, rezumando hacia el exterior, que se recogía
en un rebosadero. En todas las casas andalusíes había al menos una tinaja en un rincón del patio, donde se disponía de agua fresca bien para beber o cocinar.
tinaja almohade expuesta en el museo de Silves, Algarve, Portugal |
Aquellas tinajas o jarras
destinas a contener otras sustancias, estaban vitrificadas en su interior. De
esta manera se impermeabilizaba el recipiente. El vidriado se lograba a base de
barnices de óxidos metálicos. Fue un gran avance en el siglo XII ya que así el
contenido no se impregnaba de la arcilla cocida evitando contaminación.
En las cocinas se encontraban
las jarras de diversos tipos donde se conservaba el aceite o las legumbres.
El alfarero aplicaba el sello
con mucho cuidado, con precisión y presión justa, creando bandas horizontales, que abarcaban gran parte de la superficie de la pieza.
El tinajero trabajaba en
alfares exclusivos con hornos adecuados al tamaño de las cerámicas. Habitualmente el alfarero
realizaba la base de la tinaja a torno.
fragmento de cerámica con estampillado, Museo Arqueológico de Málaga |
El cuerpo de la tinaja lo
creaba con la técnica de rollos, que consistía en colocar unas tiras amasadas a
mano, una sobre otras, formando la circunferencia de la tinaja. Debía hacer
estas tiras cuidando que tuvieran el mismo espesor.
El alfarero podía hacer esta
labor permaneciendo en el sitio, mientras que hacía girar la pieza o bien,
podía ser él quien gire alrededor de la misma.
El alfarero realizaba las asas
para el transporte y el cuello de la tinaja a torno.
Después debía alisar la
superficie, eliminar las imperfecciones y aplicaba una capa de engobe y se
dejaba secar. Sobre la pieza de barro fresco, el alfarero decoraba
las bandas horizontales con la ayuda del sello, con motivos geométricos,
vegetales, elementos arquitectónicos, como arquillos, símbolos talismáticos.
fragmento de tinaja con estampillado con símbolos profilácticos, Mano de Fátima dentro de arquitos con alfiz |
El tipo de decoración estaba
relacionado con la forma de vida mediterránea. Debemos pensar que esta sociedad
en la Edad Media era supersticiosa. La gente solía protegerse a sí misma, a
sus seres queridos y sus hogares con símbolos o rituales ancestrales. De esta
manera se protegían de lo desconocido, que consideraban maléfico.
decoración de fragmento de tinaja con Mano de Fátima, como símbolo de protección. La mano está dentro de un arquito estilizado |
De ahí que este elemento tan
valioso como es el agua, tuviera en la decoración de las tinajas representaciones de estos símbolos profiláctico, como la Hamsa o Mano de Fátima, el Sello de
Salomón, el Árbol de la Vida. Así como frases o palabras de contenido sagrado;
como “chahada”, “basmalah”, “al-mulk” que significa el poder, “al-´afiya”, la
felicidad, “al-yumn” la prosperidad, “baraka”, bendición, “ash-shurk”, la
recompensa.
fragmento de tinaja, estampillada con decoración arquitectónica, con arcos lobulados en forma de puntos |
ejemplo de brocal de pozo, del Museo arqueológico de Sevilla, donde el estampillado también muestra decoración con características similares a las tinajas. |
BIBLIOGRAFÍA:
- - Historia de España tomo VIII-2
Menéndez Pidal. Editorial Espasa Calpe
- - Os signos do Quotidiano. Catálogo de
la exposición Campo Arqueológico de Mértola, 2011
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