LA MEZQUITA DE
IBN ADABBAS DE ISHBILYA
Por Elisa Simon
En este artículo les quiero
mostrar la desaparecida mezquita de Ibn ´Adabbas de Sevilla, permítanme que me
tome la licencia de hacerlo a través de un personaje imaginario, llamado Hamid.
Me encuentro en el antiguo patio
de abluciones de la mezquita, en cuyo centro hay una fuente y me llama la
atención los destellos caprichosos que trazan los rayos del sol en el agua. Me
acerco, me asomo a la fuente, acaricio el agua con una mano y algo sucedió …
como por arte de magia apareció un hombre vestido con chilaba marrón y con un
gorro cónico rojo en la cabeza, parecía mayor, pero su mirada era viva.
-- Ahlan wa sahlan – me saludó
con una leve inclinación
-- ¿pero? … ¿quién? … ¿cómo? … ¿de
dónde? … - pregunté perpleja, moviendo la cabeza hacia todas las direcciones.
-- No temas, amiga, me llamo
Hamid, soy un viajero del tiempo. Al mover el agua, has abierto la llave de la
fuente de la historia. Y aquí estoy para servirte - me dijo con voz calmada y
grave.
Hamid, hombre alto de suaves
modales, se acercó a mi y me preguntó:
-- ¿deseas conocer la vieja
mezquita de Ibn ´Adabbas?
Sin mediar palabra asentí con la
cabeza.
-- entonces, cierra los ojos,
respira y concéntrate en mis palabras …
Hipnotizada seguí sus instrucciones hasta que pude volver a
abrir los ojos y de repente, me encontré rodeada de tenderetes, gente que
pasaba a mi lado con prisa, burros con su carga, el suelo de tierra que
levantaba polvareda y ahí estaba en medio del bullicio del zoco, la mezquita de
Ibn ´Adabbas. El alminar (1) cuadrado sobresalía de los demás edificios y la
silueta de la mezquita me pareció un pequeño tesoro frágil al devenir de los tiempos.
Me embargó la emoción, boquiabierta dejé que mis pies me llevaran hacia la
entrada. El atrio que rodea el templo está repleto de vendedores ambulantes que
compiten entre sí vociferando el mejor precio.
Levanté la mirada hacia Hamid,
quien me regaló una sonrisa y me aclaró:
-- Estamos en el siglo XII, en
tiempos del gran califa almohade al-Mansur (2), en Sevilla se están llevando a
cabo grandes obras arquitectónicas. Debes tener en cuenta que nadie puede
verte, ni oírte, tú solo puedes observar y llevar en la memoria lo que están
viviendo. Es un obsequio de la fuente de la historia.
Enseguida comencé a sentirme más
relajada y pregunté a Hamid si podíamos acceder a su interior, a lo que él
respondió afirmativamente y con gusto accedió a enseñarme el edificio.
Entramos por el sahn o patio de
abluciones, donde justo había llegado el encargado de acarrear el agua desde el
río con la ayuda de una mula. El sahn rodeado por galerías porticadas con arcos
de herradura sobre columnas romanas y visigodas reaprovechadas. Los naranjos
daban un aire íntimo y fresco al pequeño patio con una fuente en el centro.
Una vez en el interior, me llamó
la atención que el haram o sala de oración es más ancha que larga, las naves
están separadas por columnas coronadas con capiteles romanos y visigodos sobre
los cuales descansan los arcos de ladrillo en forma de herradura de traza
sencilla. La techumbre, algo más elevada en la parte central, compuesta por un
artesonado de tirantes de madera de alerce. El suelo está repleto de esteras
con flecos sobre un simple suelo de tierra. El mihrab (3), esbelto y sencillo, está
decorado con un alfiz en cuyo interior se encuentra un arco de herradura, me
recordó al de Almonaster la Real (4)…
-- Lo primero que te voy a
mostrar es una inscripción en árabe que se encuentra en la columna de la segunda nave de la parte oriental, frente
al mihrab – me indicó Hamid, señalando con el dedo índice la inscripción que
reza así:
“Dios tenga misericordia de ´abd ar-Rahman b. Al-Hakam, el emir justo, el
bien guiado por Dios, el que ordenó la construcción de esta mezquita, bajo la
dirección de ´Umar b. ´Adabbas, qadí de Sevilla, en el año 214 de la hégira (
830 de la era cristiana). Y ha escrito esto ´abd al-Barr b. Harun”
inscripción fundacional de la mezquita de Ibn Adabbas |
Había muy poca luz y la columna
es de mármol grisáceo, por lo que me costó mucho identificar las cinco líneas
de la inscripción.
columna donde se encuentra dicha inscripción, conservada en el Museo Arqueologico de Sevilla |
-- Parece que la inscripción fue
grabada estando la columna tendida en el suelo – le indiqué a Hamid.
Mientras caminamos entre las
naves, los encargados del mantenimiento de la mezquita se encargan de barrer,
de volver a colocar las esteras, otro está limpiando las lámparas de aceite. Algunas
personas están reunidas en el patio manteniendo conversaciones en voz baja, un
hombre está leyendo el Corán apoyado en una columna de la nave central y en una
esquina unos estudiantes rodean a su maestro mientras escuchan con atención sus
enseñanzas. Su voz fuerte retumba en la pequeña mezquita.
Comento con Hamid, que una vez
más se repite la teoría de que una cultura construye sobre la anterior sobre
todo cuando se trata de templos religiosos. Según dicen esta zona pertenecía al
foro romano y parece que habría aquí una Iglesia visigoda.
-- Hamid, cuéntame una anécdota
ocurrida en esta mezquita – le pregunté con curiosidad.
-- Aquí se produjo un milagro –
me dijo abriendo sus ojos negros y alzando sus brazos al cielo.
Cuenta mi amigo Ibn al-Qutiyya,
que en el año 844, cuando los mayus (5) atacaron la ciudad, intentaron destruir
esta mezquita lanzando flechas incendiarias, como no lo lograron, apilaron
madera y gran parte de las esteras para que prenderle fuego y entonces surgió
del mihrab un joven valiente, que se enfrentó a ellos y los echó sin que
pudieran destruir la mezquita y este joven la defendió durante los tres días
que los hombres del norte hicieron estragos en la ciudad. Desde entonces, la
gente le guarda devoción a su mezquita y sienten un cariño especial por ella.
-- ¿No fue destruida durante un
terremoto? le pregunté a Hamid
-- No, sólo se destruyó la parte
superior del alminar, durante el seísmo del año 1079. En aquellos tiempos
gobernaba el gran rey-poeta al-Mu´tamid ibn Abbad (6). Gracias a su generosidad
e intervención el alminar fue restaurado de forma inmediata, tal como indica
esta placa conmemorativa que puedes ver aquí junto a la torre.
“ …Baslama, tasliyya. Ha ordenado al-Mu´tamid ´ala Allah, al-Mu´ayyad
bi-nasri Allah, Abu-l-Qasim Muhammad, hijo de ´Abbad - ¡que Allah preste ayuda
continua a su imperio y contribuya a su fuerte victoria! – la construcción de
la parte más elevada de este alminar - ¡que nunca se interrumpa en él la
invocación islámica! – cuando acababa de ser derribado por un gran número de
sacudidas sísmicas que tuvieron lugar la víspera del domingo, al comienzo de
rabí I del año 472 (1º Septiembre de 1079). Y esto se terminó, por el poderío y
la asistencia de Allah, al finalizar el mismo mes. ¡Que Allah se digne aceptar
por esta obra sus ocupaciones generosas del rey y le colme de sus favores
construyéndole, por cada piedra que ha empleado, un palacio, en su paraíso, por
su gracia y su bondad!”
placa conmemorativa del rey al-Mu´tamid |
detalle de la placa |
-- El alminar fue construido con
grandes bloques de piedra colocados de forma un tanto desordenados, pero lo
singular de esta torre, es que el interior es circular. Una escalera de caracol
estrecha lleva al almuecín hasta arriba, el cuerpo central de la torre es un
grueso pilar cilíndrico – me explicó Hamid con entusiasmo.
-- Querido Hamid, tengo una duda,
¿esta mezquita tiene ocho, nueve u once naves?
-- Vamos a contarlas, esta es una
vieja discusión entre los eruditos.
Para ello nos situamos frente a
la puerta principal, frente a la nave central un poco más ancha que las demás y
al fondo está el mihrab. Una, dos, tres, cuatro ….
-- yo cuento nueve … – le digo a Hamid
-- Es correcto, esta disposición
sigue el modelo en T de las mezquita andalusíes, siendo la nave central algo más
ancha y contando con una nave a lo largo del muro de la qibla (7). A lo largo
de los siglos, nos científicos no se ponían de acuerdo, pero finalmente, se
comprobó que efectivamente son nueve las naves perpendiculares al muro
orientado al sur – sur-este … - me aclaró Hamid con paciencia, antes de proseguir ...
-- Con el paso del tiempo, la
población musulmana fue en aumento y se produjeron algunos cambios para ampliar
el espacio de los fieles. El almimbar (8) fue traslado desde la derecha del
mihrab hacia el muro occidental. La maqsura (9), cerramiento de madera
reservado para el dirigente, indicó mi amigo Ibn Sahib al-Sala que fue
eliminado y se repartió por las naves de los pórticos norte y oriente. Con el
paso del tiempo esta mezquita había quedado ya muy pequeña. Mira, observa … - me indicó señalando con la mano izquierda hacia el sahn de la mezquita.
El almuecín subió por la estrecha
escalera de caracol hasta lo más alto del alminar y comenzó su canto para que
los fieles acudan al rezo del mediodía. Poco a poco se van congregando, después
de realizar la purificación y descalzarse, los hombres van situándose uno al
lado del otro. En la sala de oración o haram, ya no cabe más gente, los fieles
siguen acudiendo y deben encontrar un hueco en el patio, otros en el atrio y
casi en la calle delante de la mezquita. Tanta gente no tiene ya espacio para la
oración del viernes.
-- El alfaquí Ibn Abdún ya había
indicado la necesidad de varios almuédanos para que se coloquen junto a las
puertas y al final de la nave central y vaya anunciando en voz alta lo que
hayan de hacer los que rezan en el patio o en las galerías y están demasiado
lejos para oír la voz del imam – explicó Hamid
-- Ah, claro, para saber cuando
los fieles deben inclinarse o prosternarse
-- Nuestro califa, Abu Yusuf
Yaqub al-Mansur, Dios le otorgue larga vida, decidió la construcción de una
nueva mezquita aljama de dimensiones acordes a su vasto imperio, al mismo
tiempo esta realizando grandes obras para mejorar las infraestructuras de la
ciudad además de embellecerla con una torre alminar que nada tiene que envidiar
a las de oriente – cuenta Hamid con orgullo.
--De hecho, esta mezquita, dejará
de tener la función de mezquita mayor en cuanto acaben las obras de la nueva.
Incluso puedo decirte que eso sucederá en 1182.
-- Nuestro tiempo se agota,
querida amiga, debemos regresar a tu tiempo – me indicó Hamid.
Cuando estábamos saliendo de la
sala de oración, me percaté de la puerta principal de donde colgaban dos
aldabas de bronce. Una cabeza de león en cuya boca sostenía la aldaba
propiamente dicha. Un trabajo delicado y muy fino, probablemente de tiempos del
rey al-Mu´tamid, pensé yo … se trata desde luego de una pieza muy singular,
sólo superada por las aldabas almohades de la nueva mezquita aljama …
aldaba de bronce de la mezquita Ibn Adabbas |
conservadas hoy en el Sagrario de la Iglesia del Salvador |
Siguiendo las instrucciones de
Hamid, el viajero del tiempo, regresé al presente y me hallé nuevamente en el
patio de la actual Iglesia del Salvador. Abrumada pero feliz, retomé el ritmo
del siglo XXI.
Hamid había sido una buena fuente
de la historia, unos años después de su tiempo, hacia 1196, el mismo califa
al-Mansur, hizo caso a las sendas cartas del gran sufi murciano Ibn ´Arabí y
Abu-l- Abbas Ahmad b. Ibrahim b. Mutarrif de Almería, para que restaurara la
vieja mezquita que amenazaba derrumbe. Fue así como se restauró la techumbre,
que tenía parte de la madera podrida debido a la humedad, se apalancó el muro de poniente que
estaba inclinado, se restauraron los arcos con yeso y cal, se cubrió el suelo
del sahn o patio con ladrillo.
Así quedó la mezquita de Ibn
´Adabbas hasta la conquista de Fernando III en 1248, que la convirtió en Iglesia,
cambiando la orientación y levantando pequeñas capillas en las naves de los
extremos, dicha mezquita-iglesia se usó como culto cristiano hasta 1671 cuando
se decidió a demolición total de la vieja mezquita para construir en su lugar
la enorme Iglesia Colegial del Salvador, tal y como la conocemos hoy en día.
AGRADECIMIENTO:
Queremos agradecer a la
coordinadora de la Iglesia del Salvador Sr. Raquel Niñán Martín, por su amabilidad y buena
disposición sin lo cual nuestro trabajo no hubiera sido posible de la forma en
que lo hemos presentado. Nos gustaría agradecer, de forma especial, al personal
de seguridad, Jesús Morales Limón, por su simpatía, su disposición y amplios
conocimientos, que nos ayudaron y facilitaron nuestro trabajo de investigación.¡Muchas Gracias!
NOTAS:
1.- alminar: torre de una
mezquita desde donde el almuecín llama a la oración
2.- Abu Yusuf Yaqub al-Mansur,
califa almohade (1184 – 1199) período de máximo esplendor del imperio almohade.
3.- mihrab: nicho en la parte
central del muro de la mezquita orientado hacia la Meca, indica la dirección en
la que se debe rezar.
4.- Almonaster la Real, es una de
las más antiguas mezquitas andalusíes situada en la provincia de Huelva. Ver
enlace:
5.- mayus: nombre árabe otorgado
a los vikingos, también llamados hombres del norte. Ver enlace:
6.- Muhammad Ibn ´Abbad al-Mu´tamid, (1039 – 1095) reinó el
territorio más vasto y poderoso de los reinos de taifas entre los años 1069 y
1091.
7.- muro de la quibla: muro de la
mezquita orientado hacia la Meca en cuyo centro se encuentra el mihrab
8.- almimbar: es el púlpito desde donde el imám dice
el sermón (jutba). Se trata de una plataforma elevada con unas escaleras.
9.- maqsura: espacio reservado en la mezquita, junto
al mihrab, sólo para el califa o dirigente durante la oración.
BIBLIOGRAFIA:
- - revista al-Andalus XII “la mezquita de ibn
´Adabbas de Sevilla – la inscripción fundacional de la mezquita de ibn ´Adabbas
de Sevilla. M. Ocaña Jimenez
- - revista al-Andalus XIII “la primitiva mezquita
mayor de Sevilla por L. Torres Balbás
- - Sevilla a comienzos del siglo XII, el Tratado de
Ibn Abdun. Emilio García Gómez, E. Lévi-Provençal. Biblioteca de temas
sevillanos
- - La Sevilla Islámica 712 – 1248 de Jacinto Bosch
Vilá – Universidad de Sevilla
- - http://institucional.us.es/revistas/arte/07/01%20comez.pdf Fragmentos de una mezquita sevillana:
la aljama de Ibn Adabbas por Rafael Cómez Ramos
- - http://rodin.uca.es/xmlui/bitstream/handle/10498/10660/18572066.pdf?sequence=1 La mezquita de Ibn Adabbas de Sevilla.
Estado de la cuestión. Magdalena Valor Piechotta – Universidad de Sevilla
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