“ANECDOTAS DE HASDAY”
Embajada
alemana en Medina Zahra
Por Elisa Simon
En
esta ocasión Hasday ibn Shaprut tuvo que emplearse a fondo para evitar el
enfrentamiento entre dos pesos pesados del siglo X: el Kaiser Otto I “el
Grande” (912 – 973) y el califa de córdoba Abd ar-Rahman III.
Se
preguntarán ¿Qué relación pudo haber entre estas dos potencias en aquellos
tiempos?
Espero
poder aclarar esta cuestión sin meterme en un berenjenal…
El
detonante de este conflicto, lo produjeron los corsarios andalusíes del golfo
de Saint Tropez.
Menos
mal que no quería meterme en ningún jardín, pero es inevitable.
A
lo largo de casi un siglo la costa francesa, el norte de Italia y los
principales pasos de los Alpes suizos estaban controlados por corsarios
andalusíes, que tenían su base en el golfo de la actual ciudad de Saint Tropez,
más concretamente en la zona de la montaña llamada en aquellos tiempos Fraxinet
(actual Garde-Freinet).
En
la Provenza francesa, en el momento de la llegada de estos andalusíes, reinaba
un vacío de poder, por lo que éstos pudieron campar a sus anchas, sin encontrar
resistencia. Es más, edificaron fortalezas y entraron en contacto con lugareños,
a los que le enseñaron acerca de la agricultura, la pesca e introdujeron flora,
hasta ese momento inexistente en la región. La cuestión es que estos corsarios
de Fraxinet, apoyados por el califa de Córdoba, controlaban los puertos
alpinos, impidiendo así el paso a los peregrinos cristianos que deseaban llegar
a Roma.
Debo
decir que esta historia de los corsarios, es muy interesante y poco conocida,
pero no puedo explayarme más, ya que nuestro tema es la embajada alemana y el
papel de Hasday en ella.
Como
indiqué al principio durante casi un siglo vivieron estos andalusíes bajo el
amparo del califa, hasta que hacia 950 el Kaiser Otto I dijo basta. Decidió
enviarle un mensaje a Abd ar-Rahman III, exigiendo el cese de los bloqueos y
demás operaciones de los corsarios de Fraxinet contra los cristianos peregrinos.
Abd
ar-Rahman III envió entonces un legado, llevando un mensaje para el monarca
alemán. Encabezaba esta comitiva un obispo mozárabe, que murió en el camino.
Sin embargo, la carta sí que llegó a manos de Otto I. En ella parece ser que el
califa se expresó en un tono algo subido y además invitó al Kaiser a abrazar el
Islam. Se podrán imaginar Ustedes el enfado de Otto “el Grande”, por lo que no
estuvo dispuesto a recibir en audiencia a la embajada andalusí, que permaneció en
Alemania, esperando ser recibidos por el monarca.
El
Kaiser, hombre de carácter fuerte, mandó redactar una carta escrita en griego
como respuesta, en una terminología poco amable e insultante. Estando las
relaciones diplomáticas tan tensas...
¿quién era el guapo que se atrevería a
entregar semejante carta al poderoso califa?
Se
presentó voluntario un monje benedictino procedente de Gorze, llamado Juan. Lo
acompañó otro monje, Garamannus y un pequeño séquito. Partieron de la zona de
Lorena, atravesaron Langres, Dijon, Lyon, Avignon, Barcelona, Tortosa, Zaragoza
y Córdoba. Después de estos 2.000 kilómetros los monjes arribaron exhaustos.
Fueron recibidos por Hasday con todos los honores y alojados en una almunia
cerca de la Iglesia de San Martín en las afueras de la ciudad. Hasday se ocupó
de que no les faltara de nada. Juan le entregó a Hasday la carta del Kaiser. Se
podrán imaginar a Hasday leyendo su contenido. Se quedaría de piedra y pálido
como la tiza.
¿Cómo le iba a presentar al califa un mensaje así? Pensaría él. Era
costumbre que el califa conociera el contenido de las cartas diplomáticas antes
de recibir en audiencia a sus portadores. Hasday dio a conocer el contenido de
la misiva al califa, quien decidió que los recibiría si le entregaban sólo los
regalos, pero no la carta. Hasday se lo hizo saber al benedictino, que era bastante
terco y se negó en rotundo. Mientras el monje Juan y su séquito esperaban en
Córdoba ser recibidos, los embajadores andalusíes hacían lo mismo en Alemania.
Total, que ambas comitivas quedaron durante años aguardando ser recibidos.
Durante
la prolongada estancia del monje Juan en Córdoba, Hasday mantuvo constante
conversaciones con él. Mientras el califa dilataba la contestación de la carta
insolente del Kaiser Otto. Finalmente el califa ordenó enviar otra
representación andalusí para Alemania, encabezada por un mozárabe llamado
Recemundo. Era éste un clérigo que trabajaba en la corte del califa y conocía
tanto el árabe como el latín. Recemundo comenzó su hazaña en la primavera del
año 955 y diez semanas después fue recibido calurosamente por los monjes del
monasterio de Gorze. Más tarde se trasladó a Frankfurt, donde fue recibido por
el Kaiser Otto I. Parece ser que Recemundo logró calmar al indignado monarca
alemán. Por fin, los dignatarios andalusíes pudieron regresar con Recemundo a
su tierra después de varios años en Alemania. En el mes de Junio del 956, Recemundo
era portador de nuevos mensajes más suaves y diplomáticos. Como recompensa fue
nombrado obispo de Elvira.
Por
su lado, después de tantos años de estancia del monje Juan en Córdoba y las
constantes visitas de Hasday, lograron despertar la admiración de éste hacia
Hasday. El monje Juan dijo “nunca he visto un hombre de intelecto tan sutil
como el judío Hasday” (“Vita Gorziensis Johannis, cap.21)
Imagino
las idas y venidas entre la almunia del monje y Medina Zahra haciendo todo lo
posible para evitar una revuelta o un conflicto aún mayor.
Bajo
estas nuevas condiciones, Hasday se apresuró en organizar la recepción de la
embajada del emperador alemán en el Salón Rico de Medina Zahra.
Cito
al abad de San Arnulfo: “El día señalado para la audiencia, se desplegó el
más imponente aparato de la pompa real. Desde el alojamiento de Juan hasta
Córdoba, y luego de Córdoba a Medina Zahra, cubrían la carrera fuerzas armadas
y había jinetes que simulaban escaramuzas y levantaban nubes de polvo. Desde el
umbral, el palacio estaba tapizado hasta la sala del trono. Y en ella el caifa,
como una divinidad inaccesible o poco menos, recibió a su huésped y como favor
insigne, le dio su mano a besar….”
Dionisio Baixeras Verdaguer 1885 - Universidad de Barcelona
Lástima
que la biografía de Juan de Gorze está inconclusa por lo que no sabemos si el
benedictino quedó contento cuando regresó a Alemania.
Según
parece las relaciones entre el Kaiser Otto I y el califa quedaron normalizadas.
Los corsarios de Fraixinet no duraron mucho tiempo más en aquellos territorios.
Debemos tener en cuenta que el califa Abd ar-Rahman III murió unos años después
y su hijo Al-Hakam II se caracterizó por ser hombre de paz. De ahí que sea
posible que cesaran las acciones de estos corsarios andalusíes.
Antes
de acabar me gustaría aclarar que, las fuentes árabes casi no mencionan a estos
piratas del golfo de Saint Tropez y los acontecimientos de la propia embajada
alemana, pero sí lo hicieron fuentes latinas.
Entre
ellas se encuentra un poema épico llamado “Gesta Ottonis” escrita por la
monja Hrosvita. Se trata de un relato sobre la vida de Otto I basado en
testimonios orales. Hrosvita de Gandersheim es considerada la primera escritora
alemana mística. Ella era de origen noble, incluso estaba emparentada con la casa real alemana. De ahí
que tuviera acceso a la información necesaria para su “Gesta Ottonis” escrita
en latín.
Además
existe la biografía de Juan de Gorze, escrita por su amigo, también llamado
Juan que era abad de San Arnulfo en Metz.
Otra
fuente latina fundamental es la obra del obispo de Cremona “Antapodisis”,
que narra acerca de las colonias andalusíes de Fraxinet.
Por
falta de tiempo no he podido acceder a estas fuentes, por lo que a continuación
detallo como habitualmente la bibliografía empleada para este artículo.
Bibliografía:
-
Historia de España de Menendez Pidal Tomo IV –
Espasa Calpe
-
Historia de los musulmanes de España Tomo III –
Reinhart Dozy – Ed. Turner
-
Internet: fragmentos extraídos de pequeñas reseñas
sobre obras alemanas escritas en latín como “Vita Gorziensis Johannis, cap. 21
de GH Pertz – Monumenta Germaniae. Geschichte Denkmale Deutschlands. Se trata
de un archivo o compilado de textos y fuentes medievales de la historia alemana
para la investigación científica.
Lectura:
-
Hasday “hagib” del Califa: Breve historia de los
judíos de Sepharad hasta el siglo X. Autor Raúl Romero Bartolomé.
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