HASDAY IBN SHAPRUT
En
esta ocasión les voy a contar la importancia de este personaje sefardí del
siglo X, época de máximo esplendor en al-Andalus. Se trata de Hasday ibn
Shaprut, quien protagonizó el nacimiento y desarrollo de la cultura judía
andalusí. Las circunstancias políticas y sociales era propicias y Hasday se
convirtió en uno de los hombres más relevantes, dentro de su comunidad y en la corte del califa Abd ar-Rahman III, apodado an-Nasí (el Victorioso).
No
fue una tarea fácil redactar este artículo, ya que tanto la figura de Hasday
como los hechos históricos ocurridos en torno a él y de los que el propio
Hasday formó parte, son extensos y merecen atención especial. Así que
comenzaré con este artículo, al que seguirán otros, donde me explayaré
contándoles los acontecimientos más sobresalientes de su vida.
Dichos artículos llevarán el título de “anécdotas de Hasday”.
Hasday
ibn Shaprut nació en Jaén hacia 915 en el seno de una familia
aristocrática. Como era costumbre en esa época, recibió una esmerada educación en Jaén. Siendo adolescente, su padre Yishaq se trasladó con su familia a Córdoba, atraído por la corte del
Emir Omeya, en donde Hasday completó sus estudios de la ciencia del
Talmud y se especializó en medicina. Desde joven, sintió atracción por los
idiomas, aprendió el árabe, latín y romance, además del hebreo.
Por
aquellos años ejercía el poder Abd ar-Rahman III aún con el título de Emir.
Era éste un hombre amante del saber, de la vida lujosa y ostentosa. Bajo sus
casi 30 años de gobierno reinó, generalmente, la paz. Si bien contaba con
poderosos enemigos fuera de al-Andalus. Dentro de sus dominios imperó la
tolerancia entre religiones, la vida en al-Andalus era próspera y su economía boyante.
Todas estas circunstancias llevaron a que Abd ar-Rahman III fijara su atención
en promover y patrocinar las ciencias, la investigación, apoyar la cultura y las
artes.
Los
Shaprut se convirtieron en una de las familias más prósperas de la comunidad
judía cordobesa. Tanto que el padre de Hasday llegó a sufragar la construcción de una
sinagoga. Yishaq contrató un secretario personal, llamado Menahem ben Saruq,
quien se ocupaba de los trabajos administrativos de la familia, era poeta y componía versos en honor a los Shaprut en las fiestas
familiares y actos sociales.
Ibn
Shaprut era un hombre curioso e inquieto. Dentro del campo de su profesión, se
interesó por investigar en los medicamentos simples y compuestos. Siendo ya un
renombrado médico, elaboró un fármaco como antídoto contra el veneno, que llamó
al-Faruk, la primera panacea universal. Esta gran noticia llegó
pronto a oídos del califa quien solicitó su servicio y fue así cómo Hasday entró a
formar parte de la corte del califa Abd ar-Rahman III. No sólo se convirtió en
su médico particular sino que le confió el control de la aduana y las cuotas de
buques en el puerto de Córdoba. Esta partida de los impuestos se convirtió en
una gran fuente de ingresos en las arcas de los Omeya.
Hasday era un hombre de carácter noble y honesto, tenaz, astuto e inteligente. Su fuerte personalidad y la seguridad en sí mismo,
gustó al Emir, así como su tono de voz suave y tranquila, su forma de
expresarse y sus modales educados.
Estas
características, el dominio de varios idiomas y la fidelidad demostrada al
Omeya, lo convirtieron en su hombre de confianza.
En el año 929 el Emir Abd ar-Rahman III dio un giro drástico a su
política y a la historia de al-Andalus. Se autoproclamó califa de al-Andalus y
dejó de prestar obediencia al califa abassí de Bagdad. Fue el inicio de un
largo período de bienestar económico y social. A partir de
ese momento se puede decir que comenzó la época de máximo esplendor en al-Andalus. El
flamante califa ordenó construir hermosos edificios, ampliar la mezquita y
sobre todo construir una nueva ciudad a pocas millas de Córdoba, llamada Madinat az-Zahra.
Entre
las paredes estucadas del Salón Rico floreció la cultura, se desarrolló la
ciencia y la investigación, los poetas vertieron su sensibilidad en bellos poemas, los músicos se dejaron llevar por los ritmos de la tolerancia y entre
todos disfrutaron de la paz reinante.
En
este ambiente de opulencia dedicó Hasday parte de su vida a servir al califa y
a ocuparse por el bienestar de los sefardíes andalusíes, ya que fue nombrado
nagid o “príncipe de las comunidades sefardíes de al-Andalus”. No satisfecho
con esta tarea honorable, se preocupó por llevar el bienestar a todas las
comunidades judías del mundo conocido. Cuando su padre murió, Hasday tomó como
su secretario a Menahem ben Saruq quien prosiguió ejerciendo la misma labor
bajo las ordenes de Hasday. Le encargó a Menahem que redactara una carta a la Emperatriz
bizantina Helena, exigiéndole un mejor trato a los judíos del sur de Italia. En ella Hasday se quejaba de la penosa situación de estos judíos, que estaban siendo
forzados a la conversión.
Hasday fue informado de la existencia de una comunidad judía en un lugar remoto
de Asia Central, en el Cáucaso norte a orillas del mar Caspio. Por orden de
Hasday, Menahem escribió una carta al rey Yosef de dicha comunidad expresando
su sorpresa e interesado en saber cómo era su forma de vida en aquel rincón del
mundo.
El
califa omeya confió a nuestro protagonista las misiones diplomáticas más
delicadas, no solo por sus dotes lingüísticas, sino por su carácter y su forma
de ser. Entre estas misiones hay tres que sobresalieron y pasaron a la
historia:
En
el año 944 se encargó de recibir y atender a la embajada llegada de Bizancio.
Las relaciones diplomáticas entre Bizancio y al-Andalus fueron fluidas, ya que
ambos dirigentes tenían en común un enemigo; los fatimíes. Además tanto Abd
ar-Rahman III como el Emperador Constantino VII eran mecenas, amantes de las
ciencias, el arte y la cultura. Uno de los regalos del Emperador Constantino
VII consistió en un ejemplar de "Materia Médica" de Dioscórides escrita en griego. Se
trata de cinco volúmenes donde se describen unas 600 plantas, 90 minerales y
alrededor de 30 sustancias de origen animal. El califa quedó encantado con el presente y encargó a Hasday que lo tradujera al árabe, para lo cual Hasday consiguió
traer a Córdoba un sabio bizantino que dominaba el griego, el monje Nicolás.
Ambos trabajaron codo a codo durante años entre las bibliotecas hasta lograr
traducir "Materia Médica" al latín y al árabe.
Códice de "Materia Medica" de Dioscórides, traducida por Hasday ibn Shaprut y el monje Nicolás |
En
el año 956 llegó a Medina Zahra la comitiva alemana en representación del
Kaiser Ottón I. Fue ésta una misión delicada, ya que tanto Ottón I como el
califa cordobés no simpatizaban. Esta embajada estuvo encabezada por el abad
Johannes von Görtz (Juan de Gorze) y Garamannus. Para que se den una idea de la
complicada situación, el califa tuvo esperando a la embajada alemana durante
unos dos años en Córdoba, hasta que finalmente fueron recibidos en el salón
Rico de Medina Zahra. Es ésta una larga historia que requiere varias
explicaciones y cuenta con muchas anécdotas.
http://dealandalusasefarad.blogspot.com.es/2012/10/anecdotas-de-hasday-embajada-alemana-en.html
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En
el año 958 Hasday realizó una labor médica y diplomática, cuando la
reina Toda de Navarra, pidió ayuda al califa para reponer en el trono a su
depuesto nieto, Sancho “El Craso”. Hasday fue además el médico que logró que
Sancho volviera a recuperar su peso, después de haber engordado tanto hasta
quedar casi deforme e incapaz de caminar sin ayuda. Este acontecimiento es
conocido por muchos, pero muy extenso para ser relatado en este artículo.
En
cuanto a la labor que Hasday realizó en calidad de príncipe de las comunidades
sefardíes fue vasta y continua. Gracias a su mecenazgo convirtió a Córdoba en
el centro del saber, estableciéndose en esta ciudad uno de los gaonim de las
grandes Academias de Babilonia, rabí Moseh ben Hannoch.
Hasday atrajo a otros sabios sefardíes y de fuera de al-Andalus para que
desarrollaran en Córdoba los estudios del Talmud, la poesía, la ciencia y las
artes. Así arribó a estas tierras uno de los discípulos del gran gaón Se´adyah,
el poeta Dunas ben Labrat, gracias a él floreció la poesía sefardí.
Nuestro personaje patrocinó la adquisición de libros de Oriente y de todos los rincones del mundo conocido, para ser
traducidos y ampliar el saber en al-Andalus. Hasday sentó las bases para
alcanzar el esplendor de la cultura sefardí andalusí en todos los campos del
saber.
http://dealandalusasefarad.blogspot.com.es/2012/11/anecdotas-de-hasday-mecenas-de-la.html
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Hasday
le encargó a su secretario Menahem ben Saruq la redacción del primer
diccionario-hebreo de las raíces bíblicas, llamado “Mahberet”. El secretario se tomó
muy en serio su tarea, fue agrupando las palabras hebreas según sus raíces
biconsonanticas, uniconsonanticas y triconsonanticas. Explicó el significado de
la raíz de cada palabra en lengua hebrea. En cuanto este
diccionario se dio a conocer, comenzó una gran discusión de tipo gramatical,
semántica y filológica entre los eruditos sefardíes, que protagonizaron grandes disertaciones en las sinagogas. Lo más relevante del trabajo de Menahem ben Saruq, es que redactó el primer diccionario hebreo, que supuso el desarrollo de la lengua hebrea en al-Andalus.
Sin
desfallecer prosiguió con su leal servicio de médico y hombre de estado hasta
la muerte del califa en el año 961. Heredó el próspero califato al-Hakam II que
continuó las directrices de su padre y mantuvo a su lado a Hasday ibn Shaprut,
hasta que la edad comenzó a alejarlo poco a poco de tantas responsabilidades.
Murió Hasday hacia el año 970, después de haber dedicado su vida a la dos califas Omeya, a su comunidad judía y haber contribuido con todo ímpetu al nacimiento y
desarrollo de la cultura sefardí andalusí, de la cual han aprovechado las
generaciones siguientes.
BIBLIOGRAFIA:
-
“Judíos españoles de la Edad de Oro” Antonio Antelo
Iglesias – Fundación Amigos de Sefarad, Madrid 1991
-
“Literatura hebrea en la España medieval” Ángel
Sáenz-Badillos – Fundación Amigos de Sefarad, Madrid 1991
-
“Poetas hebreos de al-Andalus” Ángel Sáenz-Badillos
y Judit Targarona Borrás – Ediciones El Almendro, Córdoba
-
“Diccionario de autores judíos” Ángel
Sáenz-Badillos y Judit Targarona Borrás – Ediciones El Almendro, Córdoba
-
“Historia de los musulmanes de España” Tomo III
Reinhart Dozy – Ed. Turner
-
“Los judíos de Sefarad” Francisco Bueno García –
Ediciones Miguel Sanchez, Granada
- imagen de Hasday ibn Shaprut del blog http://www.cosasdeandalucia.com/web/index.php/identidad-topmenu-48/nuestra-gente/3290-el-hombre-de-la-trinidad-hasday-ibn-shaprut.html
- imagen de Hasday ibn Shaprut del blog http://www.cosasdeandalucia.com/web/index.php/identidad-topmenu-48/nuestra-gente/3290-el-hombre-de-la-trinidad-hasday-ibn-shaprut.html
Elisa, gracias por estas historias, seguiremos las anécdotas de Hasday con interés, te lo aseguro. Son las historias de la historia!! Muy interesante. Animo!
ResponderEliminarHola, Elisa. Muchas gracias por tu artículo. Hay un texto sobre Hashday ibn Shaprut que me gustaría reencontrar. Es una semblanza que hace de él un musulmán y que empieza así. "Este hombre maldito, aunque no había sido iluminado por Dios, era un hombre superior." A ello le sigue una sucesión de alabanzas que no dejan lugar a duda sobre la admiración que el musulmán sentía por el judío. Me impresionó en su momento porque vi en este texto todo un ejemplo de tolerancia, es decir, de tener un prejuicio y "tragárselo" ante la evidencia. ¿Sabes tú algo de este texto? ¿Sabe alguno dónde localizarlo? Muchas gracias.
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