EL CUARTO REAL DE SANTO DOMINGO
Por Elisa Simon
En el corazón del barrio de El Realejo de Granada, se encuentra un edificio
muy singular: El Cuarto Real de Santo Domingo
Su historia está relacionada con el desarrollo y evolución del barrio de El
Realejo y San Matías, que en tiempos andalusíes se llamaba rabad al-Fajarrin o
arrabal de los alfareros.
En el siglo XI, los reyes ziríes residían en el barrio del Albaycín, donde
el rey Badis levantó un palacio y realizó importantes obras de ingeniería
hidráulica aprovechando las ricas aguas procedente de la Fuente Grande. A lo
largo del siglo XI la medina se fue extendiendo, cruzando el río Darro hacia la
Vega. Su sobrino y sucesor, el rey Abd ´Allah, construyó la acequia Gorda
(al-saqiya al-Kubra) procedente del río Genil (Sanyal), la cual irrigaba la
Vega y atravesaba esta zona para abastecer los alfares y los cultivos
agrícolas.
vista sur del cuarto real de santo domingo |
Fue así cómo el arrabal de al-Fajjarín se fue poblando, a medida que los
talleres de los alfareros se fueron desplazando hacia el extremo del arrabal.
Ya nos indicó ibn Abdun en su Tratado, que este tipo de industria debía estar situado extramuros. …
“las tejas y los ladrillos deberán
ser fabricados fuera de las puertas de la ciudad y las alfarerías se instalarán
en torno al foso que rodea a ésta …”
cuarto real de santo domingo |
El segundo monarca nazarí, Muhammad II (1273-1302) mandó levantar una cerca
entorno al arrabal de los alfareros. Dicha muralla arrancaba en bab al-Tawwabin
(puerta de los Ladrilleros), proseguía por varias cuestas, debido a lo
escarpado del terreno, hasta llegar a bab al-Hayar (puerta del Pescado).
El
lienzo de muralla, que unía bab al-Tawwabin con la fortaleza de Mauror (torres
Bermejas), quedó intramuros. A la mitad de este lienzo se abrió una puerta interior,
llamada bab al-Fajjarin (puerta de los alfareros) la cual comunicaba la medina
con el arrabal. Dicha puerta fue demolida en el siglo XVI, actualmente es la
plaza de Fortuny.
cuesta de Aixa, lienzo de la muralla nazarí |
restos del lienzo de muralla que mandó levantar Muhammad II, cuesta de Aixa |
Intramuros de dicho arrabal quedó un cementerio, aún algunos talleres de
alfareros y contaba también con almunias, siendo cinco las más importantes. Una
de ellas se llamaba Yannat al-manyara al-Kubra (la huerta grande de
Almanjarra). Esta almunia era propiedad de los soberanos nazaríes, donde habían
construido un palacio rodeado de amplias huertas y jardines.
En el siglo XIV el viajero tangerino ibn Battuta visitó Granada. En su
rihla dejó escrito: …“ sus alrededores no
tienen igual entre las comarcas de la tierra toda, abarcando una extensión de
40 millas, cruzada por el famoso río Genil y por otros muchos cauces más.
Huertas, jardines, pastos, quintas y viñas abrazaban a la ciudad por todas
partes.”
Dichos palacios constaban de una zona privada y otra pública, la cual se
centraba entorno a una sala qubba, construida en el interior de uno de los
torreones de la muralla levantada por Muhammad II.
Esta cerca fue construida en tapial de
argamasa, al igual que gran parte de la torre, sin embargo el cuerpo superior
fue construido en ladrillo y rematada con un cuerpo de ventanas, formando así
una torre-linterna. Hoy es el llamado Cuarto Real de Santo Domingo.
torre de la muralla nazarí del siglo XIII, en cuyo interior está la sala qubba |
parte superior de la torre de la muralla donde se encuentra la sala qubba |
La qubba, cuadrada y de pequeñas dimensiones, estaba precedida por un
hermoso pórtico de cinco arcos sostenidos por esbeltas columnas dobles y
decorado con paños de sebka. Justo delante se encontraba una fuente de suelo
octogonal. El acceso a esta sala se hacía a través de un hermoso jardín, con un
largo andén central, flanqueado por parterres en setos de arrayán. Además de
pequeños pabellones en los laterales, estaba ornamentado con arbustos de
granados, jazmines, romero, árboles de higueras, naranjos y palmeras datileras.
El pasado invierno, cuando visitamos El Cuarto Real, estábamos solos. La
qubba nos recibió con hospitalidad majestuosa. Con el orgullo de una reina, se
alzó con toda su belleza y esplendor en alicatados, yeserías y artesonado. Nos
tomamos nuestro tiempo para asimilar tanta belleza. Nada más atravesar su
enorme puerta de madera tallada, las jambas, nos dieron la bienvenida en una
bellísima escritura cúfica, resaltando la unicidad de Dios. Hasta cuatro veces
se repite, estando en macroletra de color verde los dos primeros vocablos y los
otros dos en microletra celeste.
Esta bellísima entrada se corona con un intradós en cuyo centro vemos una estrella o flor herencia del arte
almohade, así como una inscripción indica que dicha sala estaba al servicio de
los reyes nazaríes
“Te hemos abierto una puerta manifiesta para que te perdone Dios tus
faltas antiguas y modernas; para que te conceda su cumplida gracia; para que te
dirija por el camino recto, y te ampare con su poderoso auxilio. El es el que
hizo bajar la paz a los corazones de los musulmanes.”
escritura cúfica en las jambas de la puerta de entrada a la qubba |
intradós de la puerta principal, decorada con ataurique e inscripción cúfica |
Justo enfrente, mirando hacia el sur, se abre en el grueso muro, un hermoso
ventanal compuesto por tres arcos de medio punto peraltado, con perfiles
ondulados. El vano central es más ancho, lleva un parteluz en forma de
columnita. Este gran ventanal central está envuelto en un gran arco con perfil
ricamente ornamentado. Las semicolumnas adosadas al muro están alicatadas.
Los
capiteles de esta gran ventana, son compuestos. Un cuerpo inferior de hojas de
acanto lisas y un cuerpo superior, que deja entrever la herencia almohade. Esta
gran ventanal sur, desde donde habría magníficas vistas a la Vega, deja entrar
la luz a través de una hermosa celosía. Por un momento me imaginé al monarca
nazarí sentado en su trono presidiendo la audiencia.
detalle de la decoración en estuco del gran arco que envuelve el ventanal sur |
detalle de la decoración del ventanal sur. alicatado, estuco, capiteles compuestos |
En los muros laterales, se abren sendas alcobas, para el descanso,
flanqueadas por dos alacenas, donde se guardaban los enseres.
Admiramos la ornamentación de los zócalos alicatados con decoración
geométrica. Lazo con ruedas de doce enmarcados por hexágonos, estrellas de ocho
puntas, otras de diez e incluso de doce.
Los artesanos emplearon colores fríos,
como el blanco, negro, azul y verde. El almenado en blanco y negro y la
magnífica epigrafía cúfica aludiendo a la “felicidad” y “bendición” con fondo
de atauriques. Los paños de sebka de estas alcobas laterales son añadidos del
siglo XX.
detalle de la yesería de la pared sur de la qubba |
Alzando la vista, nos quedamos maravillados por la impresionante armadura a
cuatro aguas, en madera de cedro. Fue realizada con la técnica apeinazada
formando lazo de ocho, creando un armónico cielo, en cuyo centro se encuentra
la divinidad. Esta techumbre parece flotar en el aire, gracias a las pequeñas
ventanas, cinco por cada lado, con delicada labor de celosía en estuco, dejando
atravesar la luz al interior.
En los talleres de estos maestros alarifes se fraguó el arte nazarí.
Gracias a estas técnicas empleadas tanto
en la decoración como en la arquitectura de esta qubba, se pudo alcanzar la
máxima expresión del arte nazarí en los palacios del recinto de la Alhambra.
Cuando la ciudad fue conquistada en 1492, por los Reyes Católicos, esta
almunia fue cedida a la orden religiosa de los Predicadores de Santo Domingo,
quienes convirtieron estos palacios nazaríes y sus huertas en el convento de
Santa Cruz la Real. Los monjes aprovecharon los edificios, mientras les fueron
útiles. Hacia el siglo XVI fueron demolidos muchos de ellos, para ampliar la
zona de huertas. A raíz de la desamortización de Mendizábal en 1836, el
convento dominico pasó a manos privadas. Lamentablemente no se tuvo en cuenta
el valor real que envolvía esta propiedad, y sus nuevos dueños, decidieron derribar
lo que aún quedaba, destruyendo incluso el jardín, para construir en su lugar
un palacete propio. Se logró salvar la qubba, que quedó integrada en el edificio
del siglo XIX.
Ya en el siglo XX Gómez Moreno dijo: “ queda pues el salón, pero él sólo es
suficiente para dejarnos satisfechos, aunque su estado de ruina y abandono sea
deplorable…”
restos de estructuras del edificio halladas en el subsuelo de la qubba |
El ayuntamiento adquirió este edificio en 1990. Entre los años 2001 y 2005 la qubba fue
objeto de una primera restauración, al tiempo que se llevaron a cabo importantes
intervenciones arqueológicas, arrojando luz no sólo acerca de la historia de la
qubba sino también acerca del desarrollo urbanístico del entorno. Después de
exhaustivos y concienzudos labores de arqueología e investigaciones
científicas, se pudo hacer una puesta en valor.
Las excavaciones en el subsuelo
han permitido identificar estructuras del jardín y sus límites. Se ha
identificado la alberca octogonal, restos del andén, y una serie de estructuras
a nivel de cimientos. Por suerte,se pudo
“rescatar” la qubba de aquella maravillosa almunia. Recientemente se obtuvo la
rehabilitación integral del edificio y su entorno y entre 2014 y 2015 lo ha
recuperado en todo su esplendor para el disfrute de los visitantes.
restos arqueológicos hallados en el subsuelo de la qubba |
BIBLIOGRAFIA:
-
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-
“La Granada zirí” tesis
doctoral editada parcialmente (2009) del doctor en Historia Medieval Bilal
Sarr. Ed. Ajbar colección.
-
Arqueología
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de la arquitectura. Análisis arqueológica como base de dos propuestas: El
Cuarto Real de Santo Domingo y Patio de crucero, por Prof. D. Antonio Almagro
Gobea.
-
Historia
de España de Menendez Pidal, tomo VIII-4 reino nazarí de Granada
-
Arte
y culturas de al-Andalus. El poder de la Alhambra. Catálogo de la exposición
2013/2014. Capítulo de Antonio Orihuela Uzal, Escuela de Estudios Árabes
“Granada, entre ziríes y nazaríes”
-
Cristaos
e Muçulmanos na Idade Média Peninsular. Encontros e Desencontros.
“De Palacio a Convento. Cuarto Real de Santo Domingo y las transformaciones
en la ciudad de Granada” por Alberto García Porras
-
“Sistemas
hidráulicos de la vega de Granada en época medieval: los regadíos
del Genil.” Por Miguel Jimenez Puertas. En Paola Galetti 2012
-
Intervención
arqueológica preventiva mediante sondeos arqueológicos en c/cuesta Monteros,
n3. José María García-Consuegra Flores, José Miguel Jiménez Triguero, Francisco
Javier Morcillo Matillas, Julia Rodríguez Aguilera
-
Miscelánea
Medieval Murciana. Vol. XXV-XXVI. Años 2001-2002 “La expansión de la ciudad de
Granada en época almohade. Ensayo de reconstrucción de su configuración. Por
Antonio Malpica Cuello. Universidad de Granada
-
“Un
espacio singular de la ciudad nazarí de Granada. El Cuarto Real de Santo
Domingo.” Por Alberto García Porras y Eva Muñóz Waissen. Universidad de Granada
-
“El
capitel almohade: importancia y consecuencias.” Por Purificación Marinetto Sánchez
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