El poeta Ibn Hamdis de Sicilia
Por Elisa Simon
Por Elisa Simon
Ibn
Hamdis, nació en Noto, región de Siracusa, en la isla de Sicilia en el año 1056.
Los árabes habían conquistado la isla y la parte sur de Italia en el 827.
Ibn
Hamdis gozó de una juventud plena, donde los combates, las pasiones y los
deportes fueron los protagonistas. En el año 1071, su tierra fue conquistada
por los normandos al mando de Roger. Unos años después, en 1078, Ibn Hamdis
decidió buscar suerte como poeta en al-Andalus, había escuchado acerca de la generosidad del rey
poeta de Sevilla, al-Mu´tamid. El siciliano era un poeta hábil, original, elegante y noble, tenía facilidad para la improvisación y empleaba mucho la metáfora. Ibn Hamdis se defendía igual de bien y con destreza usando el calam y el sable.
Cuando
se presentó en Sevilla, tuvo que esperar mucho tiempo hasta que el rey lo mandó
llamar. Tanto aguardó, que estuvo a punto de abandonar Sevilla en busca
de otro mecenas. Durante ese largo período de incertidumbre, desahogaba su
añoranza por Sicilia de la única manera que sabía:
“Vivo recuerdo constante
Guardo de la hermosa isla
Que en mis venas ha infundido
El espíritu de vida.
Como los lobos rabiosos
En las florestas sombrías
Los infortunios destruyen
Los verjeles de Sicilia...”
Una noche, tocaron a la puerta de su casa, un paje le dijo, que debía presentarse ante el rey de inmediato. Al-Mu´tamid lo recibió en una sala privada y lo hizo sentar en una silla de madera labrada.
-
Abre
la ventana que está junto a ti – le ordenó el rey que le había dado la espalda.
Ibn
Hamdis obedeció. Se asomó y vio a lo lejos el horno de un vidriero. El fuego
brillaba en las dos bocas del horno. Entonces al-Mu´tamid le dijo, que terminara
el siguiente verso:
- “contémplalas
brillando en la negrura…" - dijo el monarca
- " Como un león que acecha en la
espesura" – improvisó Ibn Hamdis
El
fogonero cerraba y abría las dos bocas alternativamente.
- " Cierra una, y sólo la otra
centellea" – prosiguió el rey
- " Así, el enfermo de ojos
parpadea." – completó Ibn Hamdis
Luego
se cerró del todo una de las bocas y quedó abierta la otra.
- " Más, por fin, el destino una
la tapa…" añadió al-Mu´tamid
- " ¿quién al acoso del destino
escapa?" -
concluyó Ibn Hamdis
El
rey quedó sorprendido por su capacidad de improvisación. Estaba tan satisfecho
que ordenó que se le entregaran unos regalos magníficos. (2)
-
Tienes
talento, siciliano. – comentó el rey. Dime tu nombre completo, -
-
Majestad,
me llamo ´Abd al-djabbar Abu Muhammad b.
Alí Bakr al-Azdí Ibn Hamdis. Nací en la villa de Noto, Siracusa.
Durante
su vida junto a al-Mu´tamid, ibn Hamdis fue uno de los mejores poetas que sirvieron al
rey. Se acostumbró a Sevilla, aunque en sus versos extrañaba Sicilia.
“Aquellas campiñas fértiles
A menudo se presentan
Ante mis ojos en sueño,
Y osa mi espíritu verlas.
Con lágrimas pienso siempre
En aquella hermosa tierra…”
Ibn
Hamdis participó en las tertulias semanales, disfrutó de las fiestas, escribió
hermosos versos de alabanza al rey, que son su legado. Las fuentes no lo mencionan mezclado en intrigas ni traiciones. Luchó junto al rey en varias
batallas, en una de ellas fue herido. Se lanzó al campo de batalla en Zallaqa,
de donde salieron victoriosos. Ibn Hamdis se convirtió en un buen amigo del rey
al-Mu´tamid y su fidelidad llegó hasta el
punto de acompañar en su exilio al rey al-Mu´tamid en 1091, cuando los
almorávides tomaron el control de al-Andalus.
Visitó al depuesto rey poeta en
su celda de Aghmat. Cuando el rey murió, buscó nuevo mecenas en Bugía, donde
prestó servicio a los hammudíes. No se sabe con exactitud si su vida se apagó en
Bugía o en la isla de Mallorca. Sí se sabe que sus últimos años los pasó ciego
y murió a los 77 años. Mientras fue
poeta del rey al-Mu´tamid, trazó versos como éstos, describiendo el palacio de
al-Mubarak:
“¡Oh qué maravillosa morada
Sobre la que Allah ha
decidido
Renovarla sin que se
desgaste!
Está santificada hasta tal
punto
Que Moisés, si pisase su
suelo,
Se descalzaría.
No es sino la residencia
Del reino a la que acude
todo aquel que espera.
Cuando sus puertas se abren
Parece que ellas dicen al que
entra:
¡Bienvenido!
Los constructores han
transportado
Las cualidades del príncipe a
su construcción.
Así, de su pecho
Han tomado su amplitud,
De su luz, el brillo;
De su fama, la amplia
distribución y
De su sabiduría, los
cimientos.
Al tomar como modelo
Su alto rango real,
Su salón se ha elevado tanto
Que está a la altura de las
constelaciones.
Este palacio hace olvidar al
Iwan de Cosroes,
Y aún más, creo que podía
haberle
Servido de modelo.
Y Salomón, temiendo las
comparaciones,
No permitió a los genios
hacer un edificio parecido.
El sol parece en él un pincel
Con el que unas manos pintan
figuras diferentes.
Figuras que parece que se
mueven en su inmovilidad,
Pues sus manos y pies están
quietos.
Cuando nos quedamos ciegos
Por el ardor de estos
colores,
Empleamos como colirio
Para nuestros ojos
El esplendor del príncipe.
Bibliografía:
- Henri Pérès “Esplendor de al-Andalus”, Hiperión.
- A. Friedrich von Schack “Poesía y arte de los árabes en España y Sicilia”, Hiperión
- Pilar Lirola Delgado, “al-Mu´tamid y los abbadíes”, Fundación Ibn Tufayl
- María Jesús Rubiera Mata, “Literatura Hispanoárabe”, Mapfre 1992
- Reinhart Dozy “Historia de los musulmanes de España IV, Turner
Para Saber más:
- http://www.salernoeditrice.it/Scheda_libro.asp?id=263&it=ok&categoria=13
- http://www.ilportaledelsud.org/poesia_araba.htm
- Henri Pérès “Esplendor de al-Andalus”, Hiperión.
- A. Friedrich von Schack “Poesía y arte de los árabes en España y Sicilia”, Hiperión
- Pilar Lirola Delgado, “al-Mu´tamid y los abbadíes”, Fundación Ibn Tufayl
- María Jesús Rubiera Mata, “Literatura Hispanoárabe”, Mapfre 1992
- Reinhart Dozy “Historia de los musulmanes de España IV, Turner
Para Saber más:
- http://www.salernoeditrice.it/Scheda_libro.asp?id=263&it=ok&categoria=13
- http://www.ilportaledelsud.org/poesia_araba.htm